La banca cierra un año récord con 19.000 despidos y 4.800 millones de coste

Diego Larrouy

9 de diciembre de 2021 22:06 h

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Ni uno, ni dos, ni tres. Ocho han sido los ERE y los procedimientos de bajas incentivadas que se han negociado en los últimos doce meses en el sector bancario español. El último en acordarse ha sido el de Unicaja, que afectará a más de 1.500 trabajadores de la entidad andaluza tras absorber a Liberbank el pasado verano. Con ello, la banca española cerrará el año con el mayor número de despidos de la historia, quedando cerca de los 19.000 y asumiendo un coste de casi 5.000 millones de euros en indemnizaciones y cierres de oficinas.

El de Unicaja pone el punto y final a doce meses de intensas negociaciones entre las entidades y los sindicatos que arrancaron en diciembre del año pasado con el anuncio de un ERE en Banco Santander y de un plan de bajas incentivadas en Sabadell. Tras ello, fue el turno de Ibercaja, BBVA, CaixaBank, de nuevo Sabadell, Unicaja y Abanca. Son pocos los grandes nombres del sector financiero los que han evitado presentar recortes de plantilla en España, con un sector bancario muy presionado por parte de supervisores e inversores para reducir sus costes y mejorar su solvencia. El brusco recorte de puestos de trabajo ha provocado media docena de huelgas en distintas entidades y numerosas concentraciones de protesta, en una actividad tradicionalmente conocida por su paz social.

Los ocho procesos de recorte de personal que se han vivido en el último año suman 18.957 trabajadores despedidos. A esta cifra habría que agregar las salidas que se han producido en el sector fuera de los ERE y los acuerdos colectivos, por lo que el número definitivo no se conocerá hasta que los bancos presenten sus cuentas consolidadas de este año. Es, pese a ello, el dato más alto registrado en el sector, superando a 2013, que hasta ahora era el récord. En plena crisis financiera, con el colapso de las cajas y la desaparición de muchas de ellas, en aquel año se despidieron 18.339 personas, según los datos del Banco Central Europeo.

Son casi nueve veces más despidos este año que en 2020, un año excepcionalmente bajo en reducción de plantilla para el sector desde la pasada crisis. En total, desde 2008, han desaparecido en el sector financiero español 124.000 puestos de trabajo.

Las fusiones han sido protagonistas de algunos de los movimientos que han provocado recortes. El ERE más sonado del año ha sido el de CaixaBank. La entidad catalana cerró antes del verano un despido colectivo para 6.432 personas, el más grande que se ha producido en el sector bancario español. Acometió este ajuste tras absorber a Bankia, que dejó de existir durante la pasada Semana Santa, diez años después de su creación y desastrosa salida a Bolsa.

Fue el proceso más mediático y llegó a provocar la intervención del Gobierno, que tras la fusión tenía el 16% de la entidad. Distintos ministerios, incluida la vicepresidencia de Asuntos Económicos dirigida por Nadia Calviño, pusieron el foco en el aumento de los sueldos de la dirección al tiempo que se ejecutaba el ERE. El FROB, la sociedad estatal que gestiona las acciones en esta entidad, llegó a votar en contra en la junta de accionistas del nuevo salario de su presidente, José Ignacio Goirigolzarri.

También a causa de una fusión ha sido el último acuerdo en cerrarse. Unicaja despedirá a 1.513 trabajadores tras haber absorbido a la asturiana Liberbank. El recorte se produce justo doce meses después de que ambas entidades anunciaran un acuerdo para fusionarse, luego de que las conversaciones entre ambos fracasaran en 2019. Abanca, la entidad heredera de las cajas gallegas, ha absorbido este año Bankoa y Novo Banco, tras lo cual ha presentado un ERE que afecta a 350 trabajadores.

Pero hay procesos de salidas más allá de las fusiones. El primero en abrir la puerta fue Banco Santander, hace ahora un año, aunque los despidos se fueron produciendo a lo largo de la primera mitad de este 2021. La entidad que preside Ana Botín acordó con los sindicatos 3.572 despidos, apenas dos años después de su anterior ERE en España. Tras este recorte, se sucedieron otros en otras filiales del banco en el extranjero. BBVA, el otro gran banco internacional español, acometió el considerado como primer ERE de su historia, con la expulsión de 2.935 trabajadores.

Caso aparte es el de Banco Sabadell. La entidad negoció el pasado año su fusión con BBVA, pero no llegó a buen puerto y ahora proyecta su futuro con la prioridad de seguir en solitario. Para ello, el grupo ha realizado en los últimos doce meses dos recortes de empleo. El primero fue un acuerdo con los sindicatos para salidas incentivadas. Fueron 1.800 trabajadores. Posteriormente, ya durante este otoño, la entidad catalana presentó un ERE que finalmente ha afectado a 1.605 trabajadores. En suma, solo CaixaBank y Santander han hecho más despidos que la entidad catalana este 2021.

La banca pretende con estos recortes de gastos, acompañados por centenares de cierres de oficinas bancarias, mejorar su rentabilidad y su solvencia. El sistema bancario español es, a menudo, señalado por los distintos organismos como el BCE o la EBA, como el menos solvente de Europa, a pesar de encadenar más de una década de recortes de costes. En este sentido, Calviño llegó a advertir al sector que “no es positivo plantear el futuro de un sector solo mediante la reducción del número de empleados”. A la reducción de costes, los bancos añaden la justificación de la transformación digital del sector y el menor uso de las sucursales.

El pasado verano se presentó el examen que cada dos años realiza el supervisor bancario europeo, la EBA, a los bancos del continente para medir la resistencia ante posibles shocks económicos. La banca española obtuvo en conjunto una nota sensiblemente inferior a la media europea —solo Bankinter se situó por encima—, quedando con el cuarto peor registro del continente, solo por encima de Alemania, Irlanda e Italia.

Un coste millonario

Pero para ahorrar, los bancos primero tendrán que gastar. Las cuentas de resultados de las entidades citadas anteriormente han tenido que incluir en los últimos trimestres el coste de los ERE y el cierre de oficinas de este año. A tenor de los datos que han ido aportando los distintos grupos bancarios, el despido de estos casi 19.000 empleados y la clausura de cientos de sucursales costará unos 4.800 millones de euros. CaixaBank encabeza el gasto en este recorte, al haberlo cifrado en 1.900 millones de euros. El banco aspira a ahorrar 770 millones al año, por lo que tardará todavía algunos ejercicios en compensar el desembolso.

Banco Santander es el segundo que más dinero a dedicado al ajuste de plantilla y de la red de oficinas, con 1.146 millones. BBVA asumió un coste de 960 millones de euros. El resto de entidades han cifrado sus ERE en 368 millones, en el caso de Unicaja; 269 millones, en Banco Sabadell; o 151 millones de euros en Ibercaja.

El desembolso de los ERE de los bancos en 2021 ha coincidido con la vuelta al dividendo, que ha permitido el BCE desde finales de septiembre, tras el veto y la limitación que impuso el supervisor por la pandemia de coronavirus. Banco Santander anunció el desembolso de 1.700 millones de euros —más que el gasto en el ERE— en un dividendo y una recompra de acciones, que supone también un pago para los accionistas. BBVA abonó en octubre 533 millones de euros de dividendo y, recientemente, ha anunciado un aumento para el año que viene, proyectando el pago de entre el 40 y el 50% del beneficio a sus accionistas. CaixaBank también ha anunciado que a partir de 2022 pagará el 50% del beneficio, que hasta septiembre era de 4.800 millones. Sabadell, por su parte, distribuirá el 30%. Millones para despedir y para repartir entre los accionistas.