El Banco de España avisa: la subida de tipos duplicará el pago de la deuda de las empresas en peor situación financiera
El Banco de España pone los primeros números al impacto en las empresas de la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de ahogar la economía para luchar contra la inflación. En primavera, la institución ya avisó de que las subidas de los tipos de interés de referencia en la eurozona acometidas hasta ahora llevarán al 20% de los hipotecados con menos ingresos a superar la línea roja del endeudamiento (un tercio de la renta familiar). Y ahora advierte de que de continuar en próximos meses, según se espera, duplicarán el pago de la deuda de las empresas en peor situación financiera.
Maristela Mulino, economista del Banco de España, firma este martes un informe en el que señala que la consecuencia de incrementar agresivamente los tipos de interés para enfriar la actividad económica y frenar las subidas de precios será de hasta 11 puntos más en la carga financiera de las grandes compañías que afronten más renovaciones de préstamos a corto plazo.
De media, este carga financiera era de cerca de un 11% antes de que se iniciarán en julio las subidas de los tipos de interés oficiales, según recoge la propia institución en su informe, con una muestra de 800 empresas (ver gráfico). Esto significa, que según el modelo que utiliza Mulino, que contempla una subida máxima de tipos de 4 puntos porcentuales, las compañías que tengan una peor situación financiera doblarán la carga que soportan, lo que afectará directamente a su actividad, al empleo...
“Las fuertes presiones inflacionistas que se vienen produciendo en los últimos trimestres [...] han provocado una aceleración en el proceso de normalización de la política monetaria, lo que se ha traducido en un repunte muy acusado de los tipos de interés de referencia en los mercados financieros. Así, por ejemplo, el Euribor a 12 meses ha aumentado en 258 puntos básicos (2,58 puntos porcentuales) entre el 31 de diciembre de 2021 y el 12 de septiembre pasado, hasta situarse en el 2,08%. Por su parte, en el mismo período, el tipo [de referencia para el Estado] a diez años se ha incrementado en 2,08 enteros”, observa Maristela Mulino.
“El detalle por tamaño de empresa muestra que, cuando se considera la renovación de las deudas y de los créditos a corto plazo, el efecto sería mayor en las empresas grandes que en las pymes, en línea con su mayor endeudamiento”, incide la economista del Banco de España, quien recuerda que la carga financiera es “la ratio entre los gastos financieros y la suma del resultado de explotación y los ingresos financieros”.
Porque las “subidas de los tipos de interés se trasladarán progresivamente al coste medio de la deuda de las empresas, pero también a la remuneración media de algunos de sus activos financieros —como los depósitos y los créditos concedidos—, aumentando, de esta forma, tanto sus gastos como sus ingresos financieros”.
Subidas de tipos y riesgo de recesión
Efectivamente, el BCE se aferró el 8 de septiembre al manual clásico de la política monetaria. El que dice que subir los tipos de interés de referencia sirve para reducir la inflación. De esta forma, insistió en la estrategia de priorizar la lucha contra las subidas de precios y asumir el riesgo de provocar una recesión y mayor paro. Lo que contempla ya en su peor escenario de previsiones, que incluye un guerra larga en Ucrania y un corte del gas, ante lo que España presenta más resistencia que, por ejemplo, Alemania.
La lógica es la siguiente: el encarecimiento de las hipotecas, los préstamos y de la financiación en general reduce el consumo, la inversión de las empresas y la capacidad de gasto del Estado. O lo que es lo mismo, los incrementos de tipos enfrían la actividad y los precios deberían dejar de subir.
El riesgo de fondo es más cruel. Una recesión con consecuencias mayores que un simple frenazo. Llevado al extremo es elegir entre tener una inflación controlada pero llevar el paro al 25% –nivel que se podría alcanzar en España en una crisis según los datos históricos–. O sufrir inflación, con el correspondiente daño al poder adquisitivo, pero con un desempleo mucho más bajo.
Según la fórmula escogida por el consejo de gobierno de la institución, su presidenta, Christine Lagarde, anunció este jueves un aumento de los tipos de interés del 0,75%, el mayor de la historia de la eurozona, hasta el 1,25%. Otra subida tras la primera en julio del 0,5%, desde el 0% en el que se habían mantenido los tipos durante años para favorecer la salida de la Gran Crisis Financiera de 2008, primero, y para superar el shock de la COVID, después. Y adelantó que los seguirá elevando en los próximos meses, sin concretar cuánto ni cuándo, bajo un análisis continuo del contexto, al ritmo de “reunión a reunión”.
Debilidad del euro
La estrategia del BCE plantea muchas incógnitas. Además de encarecer las hipotecas y el resto de los préstamos con las subidas de los tipos de interés oficiales para “enfriar” la actividad económica y que bajen los precios, el otro objetivo de la institución es resucitar al euro.
En la primera tarea enfrenta contradicciones como la incapacidad de sus decisiones para intervenir en temas energéticos o geopolíticos, causas principales de la crisis de inflación, mientras asume el riesgo de favorecer una recesión y aumentar el desempleo.
En el segundo propósito, esa misma incertidumbre y la amenaza de un corte del gas ruso trabajan en su contra, así como los distintos factores que apoyan la fortaleza del dólar por la realidad diferente que vive Estados Unidos.
Así, la debilidad del euro añade un problema a la eurozona. Las importaciones de petróleo o gas, recursos que se compran en dólares y que se han disparado por la guerra en Ucrania, se encarecen todavía más por la depreciación de la 'moneda común' desde 2021 respecto a la divisa norteamericana. Lo mismo ocurre para otras materias primas importantes para la industria o para la agricultura. Y la subida de tipos del BCE no está logrando corregirlo.
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