El Banco de España revisa el colchón de la banca para cuando vengan mal dadas y va a exigir a las entidades financieras 7.500 millones de euros para que estén disponibles si hay problemas. El supervisor va a revisar el denominado colchón de capital anticíclico (CCA) que se exige a todas las entidades bancarias ubicadas en España. “Desde hace unos trimestres dijimos que lo íbamos a revisar, de acuerdo a las prácticas internacionales, es una decisión importante, que supone una anticipación”, ha explicado el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
“Lo que iniciamos es un proceso de consulta pública, la decisión final será en el segundo semestre” pero ya está tomada, porque “el Banco de España no negocia con los bancos”, ha recalcado el gobernador, aunque ahora los bancos puedan opinar. “Nos vamos a mover”, ha adelantado. “Frente a una situación previa en el que solo se activaba” ese CCA, “cuando los riesgos eran elevados, ahora se elevará cuando sean intermedios o estándar, ni muy altos, ni muy bajos”, ha argumentado. “Si el Banco de España identifica que estamos en un nivel intermedio, el colchón óptimo, con distintas simulaciones que hemos realizado, es un 1%”.
Y es ahí dónde estamos. “En ese marco, con esos indicadores, llegamos a la conclusión que el nivel de riesgos que observamos hoy es intermedio y, por tanto, iniciamos el proceso de acumulación del colchón de capital hasta ese 1%. Lo vamos a hacer de forma gradual para dar a las entidades tiempo suficiente, para que, de forma pausada, lo vayan activando”, ha indicado. Este año –con efecto ya para el año que viene– tienen que llegar al 0,5%. Y el otro medio punto, 12 meses después, “si la situación de riesgo sigue siendo la misma”.
A día de hoy, lo que se va a exigir, ese 1%, supone 7.500 millones de euros entre todos los bancos. Es decir, en un primer momento se exigirán 3.750 millones y, si todo sigue igual, otros 3.750 millones en 2026. Hernández de Cos señala que es “inadecuado” hablar de cifras, de esos 7.500 millones, porque lo relevante es que sea un porcentaje sobre el capital de las entidades, no una cifra concreta.
“Es la decisión que tomamos hoy con los actuales riesgos macroeconómicos, pero lo vamos a seguir monitorizando, con los informes de estabilidad financiera”. ha indicado Hernández de Cos. No es que ahora haya problemas, sino aprovechar que la banca vive un momento dulce, con resultados récord, para que asuman ese colchón para cuando sí los haya. “No tenemos sensación ni de que nos hayamos pasado, ni de que nos hayamos quedados cortos”.
Diferentes escenarios
El CCA es, básicamente, una herramienta que se activa cuando existen riesgos sistémicos cíclicos, cuando se produce un terremoto económico o financiero y reforzar así la solvencia del sector bancario. Se activa cuando esos riesgos se materializan. Es decir, si se necesitan se liberan para absorber las pérdidas que los riesgos puedan ocasionar. Hay más colchones, también voluntarios, pero ahora se añade este. “Cuando vengan mal dadas, lo liberamos y habrá más estabilidad”, ha explicado Hernández de Cos.
El motivo de poner el CCA en marcha ahora es la brecha de crédito sobre el Producto Interior Bruto (PIB), que señala posibles deficiencias, asume el supervisor. Primero se analizan una serie de indicadores y luego, se añadirán más. Así, en esa primera fase, se verán esos créditos, cómo crecen, la deuda o los desequilibrios de precios en el sector inmobiliario, ha enumerado Ángel Estrada, director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España. Después, se añadirán otros indicadores de mercado, como los ratios de dudosos y más detalles de cómo está el sector bancario.
Con todo eso, el Banco de España ha analizado diferentes escenarios de shock, en función de las pruebas de resistencia que ya se realizan a las entidades. Uno leve que conlleva un consumo de capital de 4 décimas; uno medio, de 1 punto porcentual; y uno severo, de dos puntos. Este último, el peor de los escenarios, conlleva haya una suma de factores: una subida de los tipos de interés, aumento de la deuda pública, caída de crédito, de la bolsa y de los precios de la vivienda; además de un desplome del consumo y de la vivienda.
Se va a exigir en 2026, es decir, ha indicado Hernández de Cos, pueden ir utilizando los beneficios que ya han obtenido; o los que van a obtener este año, el próximo y el siguiente. “Los colchones voluntarios también son elevados”, ha matizado, por lo que exigir ahora más reservas, no tiene por qué tener un efecto directo en la situación de las entidades. “No es una situación coyuntural, es mejor tenerlo ante riesgos intermedios o altos, su posibles beneficios son muy positivos”, ha recalcado. “Hemos acumulado experiencia sobre lo difícil que es anticiparse a los riesgos, si pasáramos de la noche a la mañana a riesgos altos ya lo tendríamos activado. Lo podemos hacer de forma gradual y, al final, los requerimientos serán el promedio más alto y vamos a tener más capital liberable ante una desaceleración económica o una crisis de la banca”.