El Banco de España plantea que dar prioridad al déficit pudo elevar la factura del rescate bancario

12 de julio de 2017. Casi diez años después de que estallara la burbuja del ladrillo y cinco después del rescate financiero, ha arrancado por fin la Comisión de Investigación de la crisis financiera en España en el Congreso de los Diputados. El primer compareciente ha sido Luis María Linde, actual gobernador del Banco de España, que ha defendido su informe sobre el papel del organismo en el rescate financiero. Linde, que llegó a la institución en pleno rescate financiero en junio de 2012, ha repartido escasas y medidas culpas entre sus antecesores, y sobre todo, con los guardianes de las finanzas públicas en los años de la crisis, esto es, Pedro Solbes y Elena Salgado, a los que ha venido a decir que “lo barato sale caro”.

En los últimos coletazos de su intervención (que se ha alargado alrededor de 40 minutos), Linde “reflexionó” sobre las consecuencias de haber intentado “minimizar a corto plazo el coste de la resolución de la crisis bancaria para los presupuestos públicos mediante un enfoque gradual, enfrentando los problemas según iban apareciendo” que habría “comprometido un mayor volumen de recursos públicos que un enfoque, digamos (sic), más agresivo o ambicioso desde el inicio de la crisis”.

Dentro del lenguaje de gobernador de banco, Linde apunta con más claridad que nunca hasta ahora a un posible error en la estrategia que se tomó desde 2008 a la hora de afrontar la sangría del sector financiero. Tal y como explica, las intervenciones se fueron dando una a una, empezando por la de Caja Castilla-La Mancha, y se optó en un primer momento por intervenciones parciales, reestructuraciones con instrumentos de deuda y fusiones frías (los llamados SIP) que terminaron siendo insuficientes.

Con su “reflexión” Linde deja caer que estos remiendos terminaron saliendo más caros a las arcas públicas que una primera intervención decidida en el sector. Y señala además que los culpables de adoptar esta estrategia no estaban en el Banco de España. “Es obvio, el Banco no podía actuar con independencia de la evolución de nuestras finanzas públicas y de las decisiones de otras autoridades”.

Esas “autoridades” fueron, por orden, Pedro Solbes, guardián del superávit en los primeros coletazos de la crisis, y Elena Salgado, su sucesora que tuvo que lidiar con el estallido de la crisis de la deuda en 2010 que obligó a los polémicos recortes de mayo de 2010, que en buena parte fueron impulsados por Bruselas, también una “autoridad” que pudo ser responsable de esta estrategia austera de saneamiento que terminó desbordando las medidas de contención. 

Linde reconoce que no se hizo un “manguerazo” esto es, inyectar masivamente dinero en el sector financiero como se hizo en la mayoría de los países europeos y en EEUU, porque “cuando se podía no hacía falta y cuando hacía falta no se podía”. En 2011 España estaba ya en el procedimiento de Déficit Excesivo y se había comprometido con Europa a reducir el tamaño de su agujero. De hecho, Bruselas siempre ha permitido a España cuantificar su déficit sin tener en cuenta la parte del roto de las cuentas correspondiente al rescate.

Sin medidas para la burbuja

Este punto fue el quinto de las conclusiones con las que Linde cerró su intervención y en las que en palabras del diputado Pedro Saura, fue “más allá” que el informe publicado hace dos semanas por la institución. Aunque el gobernador dice que las conclusiones estaban contenidas en el informe, en sus palabras ha sido mucho más claro y contundente.

Entre las consideraciones de Linde, la primera es que el Banco de España “no adoptó medidas que hubieran podido, quizás, frenar el gran aumento del crédito al sector privado registrado entre 2001 y 2007, en especial en los sectores de la construcción, promoción inmobiliaria y crédito hipotecario”. En esos años, que comprenden los dos últimos del Gobierno de José María Aznar y los primeros del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La mayor parte de este periodo el gobernador del Banco de España fue Jaime Caruana y en el último año, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. En una de las réplicas, Linde reconoció que “se podía haber hecho más”, frase que luego repitió varias veces a lo largo de su comparecencia.

Pese a lo taxativo del enunciado, Linde lo suaviza asegurando que tampoco había en aquel momento las normas legales adecuadas para hacerlo y puso en valor algunos instrumentos, como las provisiones anticíclicas (esto es, nutrir el colchón para evitar crisis cuando las cosas van bien), que luego sirvieron de ejemplo al inicio de la crisis. Con todo, reconoció que se podría haber usado más la “persuasión moral” para frenar la burbuja, un instrumento, dice, clave para los banqueros centrales.

Los otros tres errores que asume en la gestión de la crisis está las fusiones frías entre cajas de ahorro que dieron lugar a Frankstein como Bankia y que no sirvieron para parar el descalabro de las cajas de ahorro; haber fallado en la predicción de la crisis pensando que sería en forma de V y finalmente fue de W con una segunda recesión no contemplada; y “errores de apreciación” en la forma de corregir los desequilibrios acumulados con la burbuja económica  al pensar que se podían atajar de forma gradual. “La realidad mostró que esta expectativa era demasiado optimista porque la corrección fue rápida, brutal, con consecuencias que aún no hemos superado enteramente”.

Para no pillarse los dedos, Linde ha apelado en varios ocasiones a la falta de “contrafactuales”, esto es, a qué hubiera sucedido si se hubiera actuado de otra forma. Solo se ha mojado con la creación de Bankia ya que en su opinión, aunque no se hubiera formado ese conglomerado, el resultado no hubiera sido muy diferente.

La Comisión se ha organizado de tal forma que cada diputado portavoz mantiene un turno de réplica y contra-réplica con el Gobernador. El primer turno, el de Pedro Saura por el PSOE, ha ocupado un largo espacio de tiempo y ha salteado la intervención con referencias a Banco Popular. El segundo turno, el de Alberto Garzón por Unidos Podemos, ha sido más breve y en la primera réplica Linde ha comenzado contestando “aunque no lo crea, estoy de acuerdo con lo que ha dicho”. Garzón ha sido muy crítico con el papel del organismo haciendo una enmienda a la totalidad de la gestión y ensalzando los errores de gestión.

El tercer turno ha sido para el diputado Francisco de la Torre que ha lamentado que el informe fuera claramente “insuficiente” y coincidió en que la falta de agresividad encareció la factura. La portavoz de ERC, Ester Capella, hizo un alegato duro en el que se planteó para qué sirve la entidad que preside Linde si su responsabilidad en la crisis financiera es tan escasa y lamentó la ausencia de la cuantificación del impacto social y real del rescate. También dio pie para hablar de la oleada de desahucios que desencadenó la crisis.

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN 19:38