El Banco de España ha actualizado este viernes sus previsiones para el crecimiento de la economía este año y los tres próximos. El documento presentado por el organismo incluye una previsión de crecimiento para el próximo año que tiene una amplia horquilla entre el 4,2% y el 8,6%, según sea el avance en la vacunación y el surgimiento o no de nuevos brotes que complicarían y retrasarían la reactivación de la economía. En la anterior proyección se esperaba un crecimiento de entre el 4,1% y el 7,3%.
Sin embargo, ambas proyecciones no pueden compararse por completo, puesto que en el informe de septiembre había dos escenarios y en este el Banco de España incluye tres posibles hipótesis. Óscar Arce, director general de estadística y economía del organismo, ha justificado esta diferencia en la complejidad y la “incertidumbre” de realizar proyecciones económicas ante los cambios de la evolución de la pandemia. Pese a esta complicada comparación, el documento presentado este viernes apunta que “en todo caso, los escenarios más recientes suponen, en conjunto, una cierta mejora de las perspectivas de evolución del producto de la economía española en el medio plazo”.
En el escenario central, el Banco de España prevé que el PIB suba un 6,8% en 2021, un 4,2% en 2022 y un 1,7% en 2023. En este caso, el Banco de España asume que se podrían producir nuevos rebrotes de la enfermedad similares a los últimos que se han visto en el país, lo que precisaría de mantener medidas restrictivas como las que se han visto en las últimas semanas. Las vacunas ayudarían a que a principios de 2022 pudieran levantarse gran parte de las medidas que limitan la actividad económica.
Por su parte, el escenario suave es más optimista en cuanto a la distribución de las vacunas y la reapertura de la actividad económica. En este caso, proyecta un crecimiento del 8,6% en 2021, el 4,8% en 2022 y el 1,9%, en el 2023. El más pesimista de los escenarios, sin embargo, señala que un nuevo repunte de los casos y un retraso en la solución médica de la pandemia llevarían a que la economía apenas creciera un 4,2% en 2021, del 3,9% en 2022 y del 1,5% en 2023.
En lo que se refiere al cierre de este año, como ya se proyectaba, la caída del PIB será histórica, de entre el 10,7% y el 11,6%, siendo el 11,1% la caída del escenario base. El Banco de España señala que el cuarto trimestre del año ha sido sustancialmente peor para la economía en toda la zona euro y también en España respecto a lo que se presumía en septiembre. Sin embargo, como nota positiva para la evolución española, el Banco de España apunta que “el deterioro en la segunda ola en España va a ser menor que en la zona euro”. “Nos afectó antes que en los otros países y aquí ya se están replegando medidas de contención”, ha señalado Arce en la presentación del informe.
En este sentido, el Banco de España remarca que el impacto económico de la segunda ola no es comparable al de la situación en primavera. “La influencia económica está siendo mucho más moderada”, ha enfatizado Arce, quien destaca que en las últimas semanas se están viendo indicadores “mixtos”, algunos que apuntan a un empeoramiento y otros muchos que ya avanzan una recuperación.
Las nuevas proyecciones del Banco de España, frente a septiembre, tienen en cuenta los avances en el desarrollo de la vacuna y el impacto de los fondos europeos. Además, llegan después de la aprobación en el Congreso de los Presupuestos Generales del Estado. En este sentido, el organismo lanza una advertencia al Gobierno sobre la ejecución de las inversiones y el gasto previsto en la ley presupuestaria ligada a los fondos europeos. “Prevemos un grado de absorción menor que el que maneja el Gobierno. La velocidad para gastar esos 26.000 millones no es tan elevada como ha planteado para el año 2021. Es razonable para el gasto corriente pero no para las inversiones”, ha apuntado Arce. “Para finales del horizonte —hasta 2023— el Gobierno plantea un 100% de absorción de estos fondos, nosotros planteamos algo por encima del 80%”, ha incidido. También es más cauto el organismo respecto a los múltiplos que estos fondos otorgarán a la actividad económica.
La incertidumbre marca el resultado de las proyecciones
En cualquier caso, el Banco de España enfatiza que las proyecciones económicas están muy afectadas por la “incertidumbre”. Por un lado, se desconoce cuál será finalmente el ritmo de vacunación en España, lo que permitiría acelerar la apertura económica. Por otro lado, queda por ver cómo se absorben y se utilizan los fondos europeos, que pudieran suponer un crecimiento de la economía de los países receptores. A ello suma dos factores que no están vinculados a la pandemia: el cierre definitivo del Brexit en Reino Unido y cuál será la política económica de la administración estadounidense bajo el Gobierno de Joe Biden.
El Banco de España hace una proyección de la evolución de la deuda, después de las grandes inyecciones de dinero público provocadas por la pandemia. Según el escenario base, España tendrá un nivel de endeudamiento de las Administraciones Públicas del 116,7% en 2020, que subiría al 117% en 2021 y quedaría, al final del periodo en 2023 en torno al 118%. Sin embargo, en caso de que se produjera el escenario adverso, la deuda se podría disparar hasta un 128%.
Respecto al empleo, el Banco de España señala que en los próximos trimestres, a medida que se produzca un repunte de la actividad económica, se permitirá retomar la senda de mejora que se había perdido en los últimos meses por el aumento de trabajadores en ERTE. Esta tendencia al alza en el empleo será “especialmente intensa” en la segunda mitad del próximo año y, a partir de ahí, se moderará, en línea con la evolución del PIB prevista por el organismo. A finales de 2023, sin embargo, la tasa de paro sobrepasaría todavía ligeramente el 14% bajo el escenario central, nivel algo superior al previo a la pandemia, y sería unos tres puntos superior en el severo.
El Banco de España advierte que la crisis va a dejar “efectos persistentes” en la actividad económica, incluso tras la eliminación definitiva de las limitaciones que se han aplicado debido a la pandemia. Por ello, avanzan que “existirán puestos de trabajo que no superarán la crisis y que darán lugar a un cierto aumento del desempleo de larga duración”.