El presidente del BBVA, Carlos Torres, ha comenzado la estrategia para convencer al Gobierno, a los accionistas y a los empleados del Banco Sabadell de las bondades de que salga adelante la oferta de compra (opa) hostil que hoy ha lanzado el banco por su rival de origen catalán. Sin embargo, también reconoce que habrá que hacer un recorte de personal, aunque sin dar cifras.
“Puede haber salidas de personas en el corto plazo, pero tenemos experiencia” en recortes y en salidas “no traumáticas”, que se hacen “de acuerdo con los sindicatos” que han derivado en salidas de personal “con demandas muy importantes”, en referencia a los empleados que se han apuntado en el pasado a los planes de bajas.
“Es verdad que puede suponer una reducción de empleo, en un primer momento, pero no con medidas traumáticas y con paquetes que tendrán mucho atractivo para los que se acojan a ellos”, ha insistido. Sin embargo, a largo plazo “seremos una entidad más preparada” para los retos que vienen, como los “geopolíticos” y porque “tenemos que pensar en clave europea”. “Es un negocio donde los costes fijos cada vez pesan más, los costes en una entidad más grande, se diluirán más y se podrá generar más empleo”.
Actualmente, Sabadell tiene una plantilla de 14.000 personas España; y BBVA, alrededor de 28.000. Aunque no han número sobre cuántas pueden ser las salidas, diferentes fuentes calculan que pueden llegar a ser hasta 4.000.
“Es demasiado temprano para especular con cifras”, ha asegurado Torres. “Queremos hacer esto sin medidas traumáticas, tenemos que preservar el talento y la cultura de ambas entidades”, ha insistido.
“El Gobierno acabará apreciando la operación”
Este jueves, el Ministerio de Economía ya ha mostrado su rechazo, de entrada a la operación, porque introduce efectos lesivos potenciales en el sistema financiero y porque tampoco le han gustado las formas. “Tenemos el mayor respeto a las personas del Gobierno”, ha asegurado Torres. “Confiamos plenamente en que acabarán apreciando la operación por el valor que tiene, por su mayor capacidad de apoyo a la economía española, por la remuneración a los accionistas accionistas” y porque será una entidad más grande “que va a pagar más impuestos”. “Lo apreciará cuando tengamos ocasión de explicar bien la operación”, ha indicado. “El tiempo va a hacer más atractiva la operación”.
Torres reconoce contactos con el Ejecutivo, pero sin dar nombres. “Hemos hablado con autoridades, con el Gobierno de España, con distintas personalidades, con distintas personas, con el Banco Central Europeo, con el Banco de España, como es normal en estos procesos”.
Y asume que necesita la “autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y del BCE y luego el Ministerio de Economía para la fusión posterior”, en un proceso que puede durar hasta ocho meses. “Pero acabarán apreciando la operación, es buena para España, para los accionistas y los empleados. Confiamos plenamente en que así lo entenderá”, ha ahondado. “No contemplamos otro escenario”.
La operación “tenía que discutirse en privado” pero se filtró
El presidente de BBVA ha reconocido que esta no era la hoja de ruta que pensaban para una operación que “tenía que discutirse en privado”. También, que en abril trasladó al presidente de Sabadell, Josep Oliu, el interés por retomar la fusión que fracasó hace cuatro años. “Si nos gustaba hace cuatro años, nos gusta más ahora”.
“Hemos presentado la opa, eso no tiene vuelta atrás, pero mantenemos el mismo espíritu amistoso con el consejo del Sabadell para que esto fructifique”, ha asegurado Torres.
El presidente del BBVA también ha defendido que se trata “de una transacción buena para todos, para la sociedad, los empleados y los accionistas”, ha enumerado. “Los clientes se van a beneficiar de un mayor alcance y de una oferta” más amplia; los empleados, “por un grupo con oportunidad de crecimiento profesional, en una entidad que va a preservar el talento, basado en la competencia y en el mérito”. “La oferta es buena para España, para las comunidades autónomas y los territorios donde tenemos presencia”, ha resumido.
“El mayor tamaño nos da más base impositiva conjunta, un compromiso total con el tejido empresarial, científico, cultural y social”, ha apuntado. Vamos a “preservar la operativa del Sabadell, la sede operativa en Sant Cugat, el centro de emprendimiento de Barcelona”, pero la sede dejará de estar en Alicante –donde ahora está el Sabadell–, aunque se preservará la actividad en la Comunitat Valenciana. “Tendremos más capacidad de concesión de crédito” para movilizar “el ahorro hacia inversión productiva y poder destinar más recursos, unos 5.000 millones anuales de impulso al crédito”.