El Banco Central Europeo (BCE) ha publicado este lunes las prioridades de supervisión de los próximos tres años a los grandes bancos comunitarios. El organismo priorizará, entre otros aspectos, la exposición de las entidades al mercado de la vivienda, que considera que está “sobrevalorado”. El supervisor bancario considera que el sector tiene todavía vulnerabilidades a la hora de detectar riesgos y protegerse ante los problemas de los sectores más vulnerables ante la crisis provocada por la guerra en Ucrania y la situación del sector inmobiliario.
El documento marca las prioridades que marcarán la agenda de supervisión del Mecanismo Único de Supervisión, encargado de vigilar la situación de los grandes bancos de la zona euro. Una de ellas pone el foco en las “deficiencias en la gestión del riesgo de crédito, incluidas las exposiciones a sectores vulnerables”. Entre estos sectores, el BCE sitúa a aquellos que están más afectados por la guerra de Ucrania y el aumento de la inflación y, en concreto, el sector inmobiliario y de la vivienda.
“Las entidades de crédito deben subsanar eficazmente las deficiencias estructurales de su ciclo de gestión del riesgo de crédito, desde la concesión de préstamos hasta la mitigación y el seguimiento de los riesgos, y abordar en el momento oportuno cualquier desviación de los requisitos regulatorios y de las expectativas supervisoras”, apunta el documento publicado este lunes por el BCE. El organismo que preside Christine Lagarde urge a los bancos a “identificar y mitigar rápidamente cualquier aumento de riesgos en sus exposiciones a sectores más sensibles, incluidos los afectados por la guerra en Ucrania y las carteras inmobiliarias”.
El BCE reconoce que los problemas de morosidad en los bancos europeos siguen contenidos y la baja, si bien apunta a problemas crecientes. Uno de ellos afecta a la vivienda. “Pese a las persistentes indicaciones de sobrevaloración en la zona del euro, los precios de la vivienda aumentaron en el primer semestre de 2022, ampliando en mayor medida la brecha con los precios de los alquileres”, asegura el organismo al trazar sus prioridades para los próximos tres años.
El supervisor advierte de que esta situación de aumento de precios ante un sector sobrevalorado se une a otros aspectos como “el encarecimiento del coste de la vida, el descenso de los salarios reales y la subida de los tipos de interés”. Este conjunto de problemas “suscita preocupación” para el organismo, “especialmente para las entidades de crédito que operan en países con una elevada proporción de hipotecas a tipo de interés variable”. Aunque los bancos españoles han reducido esta proporción en los últimos años, sigue siendo elevado el peso de las hipotecas a tipo variable frente a las fijas.
El BCE recuerda en el documento que en 2020 envió cartas a los consejeros delegados de los bancos para desarrollar planes que corrigieran las deficiencias en la detección y control de los riesgos que puedan surgir por exposición a sectores vulnerables. Sin embargo, advierte de que “algunas no se han corregido aún, incluidas las deficiencias en las prácticas de refinanciación y reestructuración, de evaluación de la capacidad de pago y de dotación de provisiones”.
El BCE centra así las prioridades para el periodo 2023-2025 a los efectos que en los bancos tenga la actual incertidumbre económica abierta por la inflación y la crisis en Ucrania. Así, llama a “prudencia extrema” del sector bancario para los próximos años. Entre otros aspectos, el supervisor señala que vigilará la dotación de provisiones que hagan los bancos, para que se adapten a los riesgos, o los objetivos de capital, incluidos los dividendos entre accionistas. El BCE también señala a los riesgos de la digitalización, la transición hacia modelos de financiación más adecuada con los riesgos climáticos o a la gobernanza.