El Banco Central Europeo (BCE) ha publicado las cartas que en agosto de 2011 se intercambiaron el entonces presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y Jean Claude Trichet, que afrontaba sus últimos meses al frente del instituto emisor de la eurozona.
Estas cartas, cuyo contenido se conocía parcialmente después de que el expresidente español publicara el año pasado la carta recibida desde Fráncfort, reflejan la petición al BCE desde Moncloa de que comprara deuda pública española “en volumen suficiente” para estabilizar los mercados.
Así, en la misiva remitia el 6 de agosto de 2011 en respuesta a la carta de Jean Claude Trichet del día anterior, Zapatero afirma que el BCE puede jugar un papel “crucial” en la reducción de las tensiones “a través de la compra de deuda pública española en volumen suficiente para estabilizar los mercados y asegurar el funcionamiento correcto del mecanismo de transmisión de la política monetaria”.
De este modo, la propuesta planteada a Trichet por Zapatero recomendaba al BCE mantener el impacto de estas acciones hasta que las medidas pactadas por los líderes de la zona euro en julio de 2011 en relación con la operatividad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), el fondo de rescate temporal de la eurozona, estuvieran “plenamente operativas”.
Asimismo, el por entonces presidente de España aprovechaba su respuesta a Jean Claude Trichet para informar al presidente del BCE de la puesta en marcha por parte del Ejecutivo español de una serie de medidas para reforzar la consolidación fiscal y para flexibilizar el mercado laboral.
A este respecto, el presidente del BCE había planteado en su carta a Zapatero la necesidad de acometer “medidas significativas para mejorar el funcionamiento del mercado laboral con vistas a avanzar en la reducción de una tasa de paro muy elevada”.
Las exigencias del BCE
Entre las reformas planteadas por Trichet se incluía la adopción de medidas para reformar la negociación colectiva, abolir las cláusulas de indexación entre salarios e inflación, alentar la moderación de salarios en el sector privado, así como eliminar las restricciones al encadenamiento de contatos temporales e introducir durante un periodo limitado de tiempo una modalidad de contrato con una indmnización muy baja por despido.
Por otro lado, el entonces presidente del BCE planteaba a Zapatero la importancia de incrementar la competencia en el sector energético, con el objetivo de que los precios reflejaran mejor los costes, así como para reducir la dependencia energética de España.
Asimismo, Trichet recomendaba adoptar medidas para impulsar el alquiler de vivienda, así como para elevar la competencia en el sector servicios a través de una reforma de la regulación de los servicios profesionales.
“Confiamos en que el Gobierno español está al tanto de su muy alta responsabilidad con respecto al tranquilo funcionamiento de la eurozona en la actual coyuntura y adoptará con decisión las necesarias medidas para recuperar la confianza de los mercados en la sostenibilidad de sus políticas”, concluía Trichet en el cierre de su carta.
El cruce epistolar entre Trichet y Zapatero coincidió con la decisión del BCE de reactivar su programa de compra de bonos al adquirir deuda, principalmente de España e Italia, por valor de 22.000 millones de euros, la mayor cantidad gastada hasta entonces por la institución, que había mantenido este programa en 'hibernación' durante 19 semanas consecutivas. Asimismo, una semana después el BCE invertiría otros 14.291 millones de euros en deuda soberana y 6.651 millones en la semana siguiente.