Un bosque 'okupado' para evitar que lo tale Tesla

Aldo Mas

Berlín —
22 de marzo de 2024 22:43 h

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Un grupo de activistas han 'okupado' con éxito el bosque de Grünheide, la población alemana situada a las puertas de Berlín en la que ha instalado Elon Musk su fábrica de Tesla, la gran marca estadounidense de coches eléctricos. No llegan al centenar pero han logrado levantar en el bosque varias casitas y cabañas sobre los árboles. Están fabricadas con los más altos estándares de seguridad y son capaces de seguir ahí durante años, según defienden los activistas de la iniciativa 'Tesla Stoppen' o “Frenar a Tesla”.

Estos activistas tratan de paralizar la ampliación de la fábrica en la localidad alemana. Los planes de Musk para su 'Gigafactory' pasan por triplicar sus capacidades y donde se prevé dar trabajo a unas 40.000 personas. Actualmente, la compañía tiene 12.500 empleados en la factoría abierta hace apenas dos años. Esa ampliación, sin embargo, pasa por talar 100 hectáreas suplementarias a las 300 hectáreas ya taladas en su momento en esta boscosa región.

Musk quiere que, a corto plazo, de Grünheide salgan un millón de vehículos nuevos al año. Actualmente los trabajadores de Tesla allí luchan por alcanzar el objetivo de producir 500.000 vehículos anuales. Ampliar capacidades para Tesla parece inevitable en vista de los planes de la empresa. La 'Gigafactory' europea juega también un papel en la estrategia de Musk para producir 20 millones de coches anuales en 2030.

Cumplir con ese objetivo también pasa por el bosque de Grünheide. Ese bosque es obra del hombre. Concretamente, de la administración de la extinta Alemania comunista. Estaba previsto que esos árboles sirvieran a la actividad económica de la República Democrática de Alemania (RDA), pero en 1989 cayó el muro de Berlín, desapareció el régimen y aquellos árboles siguieron creciendo. Haber talado 300 hectáreas para que Musk instalara su 'Gigafactory' ya causó preocupación y enfado entre los ambientalistas locales. Sin embargo, los planes de ampliación ha generado una movilización aún mayor.

Al alcalde de Grünheide, el político independiente Arne Christiani, se ha quejado de la llegada de ambientalistas de toda Alemania a protestar en 'su' ciudad, en la que no viven más de 10.000 habitantes. Son los habitantes de Grünheide, sin embargo, los que votaron mayoritariamente el mes pasado en una consulta no vinculante en contra de los planes que daban a Tesla la luz verde para talar las 100 hectáreas suplementarias. Dos de cada tres participantes en la consulta se oponía a la tala.

Tesla y sus 1,5 millones de metros cúbicos de agua

El plan B, del que se habla ahora, plantea la tala de 50 hectáreas. Pero los activistas de 'Frenar a Tesla' no parecen nada convencidos por esta iniciativa. De hecho, dicen querer quedarse allí hasta el próximo 20 de mayo, e incluso más allá de esa fecha. Su objetivo es, además de parar la tala, frenar los planes de ampliación de Tesla.

También han hecho suya la preocupación de muchos en la región que rodea a la fábrica relativa al agua. Las autoridades locales han autorizado a Tesla el uso de hasta 1,5 millones de metros cúbicos de agua. Esa cantidad de agua complica la capacidad de los políticos locales de pensar el desarrollo futuro de la región en vista de que las precipitaciones en la región son, con el paso del tiempo, cada vez menos abundantes. Por eso, entre los mensajes que tienen entre las pancartas que se ven en el 'bosque okupado' de Grünheide se lee también: “¡El agua es un derecho humano!”.

“En Grünheide, somos testigos de cómo se priorizan los beneficios de una megacorporación sobre las necesidades de las personas cuando escasean recursos como el agua”, plantean los activistas. “¡Prometemos que mientras sigamos vivos no habrá capitalista, dictador, fascista, etcétera que esté seguro!”, señalan en redes sociales los responsables de 'Frenar a Tesla'.

Con “permiso oficial” para quedarse 'okupando' el bosque

Este martes, en “Frenar a Tesla” estaban de enhorabuena porque habían recibido “permiso oficial” para quedarse en sus cabañas sobre los árboles. El tribunal administrativo de Potsdam rechazaba las los planteamientos expuestos por las autoridades de Brandeburgo – el Land que envuelve a la capital alemana – para proceder al desalojo de los activistas. La policía argumentaba incluso que había que desmantelar las casas de los árboles por el peligro que corren allí las personas. Éstas sin embargo, dicen haber implicado en su construcción a ingenieros y expertos en este tipo de obras.

Además, el tribunal de Potsdam consideraba la 'okupación' protegida por un derecho básico como es la libertad de reunión, según recoge el diario berlinés Die Tageszeitung, un periódico de línea editorial ecologista. René Sander, uno de los portavoces de 'Frenar a Tesla' confirma a ElDiario.es este extremo y da cuenta del “alivio” y “satisfacción” por la decisión judicial.

“Hicimos una fiesta para celebrarlo”, dice aludiendo a la decisión del tribunal. “Podemos continuar con nuestra protesta, ampliar el campamento y seguir presionando”, añade. “Vamos a quedarnos hasta que salgan de los planes de Tesla su deseo de cortar árboles y utilizar más agua. No puede ser que el uso del agua por una empresa se considere más importante que las necesidades básicas de la gente”, abunda Sander.

Para el ministro del interior de Brandeburgo, el político democristiano Michael Stübgen, la decisión del tribunal es un revés. Él ha venido defendiendo que la concentración de activistas estaba permitida hasta el jueves de esta semana, y que el campamento no podría ampliarse. Este jueves, sin embargo, para 'Frenar a Tesla' erá un día más en el bosque 'okupado de Grünheide. En el programa de actividades, además de dos asambleas, hubo una sesión de cine. Se proyectaró la película documental sobre el racismo en Estados Unidos 'I am Not Your Negro' – o “No soy tu negro” – realizada por el director de cine haitiano Raoul Peck en 2016.

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