La diferencia en las pensiones medias que perciben hombres y mujeres en España se mantiene muy alta, en el 35% en febrero de 2019, muy superior a la disparidad entre el salario medio de trabajadores y trabajadoras, del 20,2%. El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, ha celebrado este lunes no obstante que la brecha de género entre pensionistas se redujo en los últimos doce meses 1,8 puntos porcentuales, más que en los seis años precedentes. La caída se explica sobre todo por medidas como el aumento de las pensiones mínimas y la mejora de las pensiones de viudedad en este periodo.
La pensión media de las mujeres en España es de 781,63 euros al mes, mientras que el importe medio de los hombres alcanza los 1.202,52 euros, según los últimos datos de febrero de este año. Tras estas cifras se esconde un mayor número de mujeres que cobran las prestaciones dotadas con cuantías más bajas, como las de viudedad, y una mayor presencia femenina en las pensiones que tienen que ser complementadas por el Estado para alcanzar el mínimo legal, entre otras causas.
Esa brecha del 35% entre las pensiones medias de hombres y mujeres en España era del 36,8% en febrero de 2018 y, aunque pueda parecer que la merma de 1,8 puntos porcentuales es reducida, ha indicado el secretario de Estado de la Seguridad Social, ese dato supone una mayor reducción que la conseguida entre 2012 y 2018 (1,7 puntos).
El análisis de datos entra en campaña
En pleno periodo preelectoral, la lectura de los datos por parte del responsable del Ministerio de Trabajo ha estado marcada por el clima de campaña. “En un año de Gobierno socialista, hemos reducido más la brecha de género que en todo el periodo de Gobierno del Partido Popular”, ha apuntado Granado. Sin embargo, el secretario de Estado ha atribuido la reducción de la brecha a medidas a las que ya se había comprometido el Ejecutivo de Mariano Rajoy al final de su mandato, aunque no llegó a ejecutar.
Granado ha justificado el empuje de los últimos doce meses en la disminución de la brecha de género a dos factores especialmente: el mayor crecimiento de las pensiones mínimas (del 3% en 2018 y 2019 frente al 1,6% general) y la ampliación de la base reguladora de las pensiones de viudedad (hasta el 60% este 2019 para beneficiarios mayores de 65 años y con pocos recursos).
Estas medidas fueron acordadas por el Ejecutivo del PP con el PNV para intentar sacar adelante sus Presupuestos Generales del Estado para 2018, mientras miles de jubilados se manifestaban en las calles. Con este pacto, el PP dejó en suspenso su reforma de las pensiones que provocó las subidas mínimas del 0,25%, aunque Mariano Rajoy abandonó la Moncloa sin ejecutarlas.
Tras la moción de censura, Pedro Sánchez aplicó las subidas acordadas para 2018 y 2019, entre las que figuran estas dos con mayor impacto en las mujeres, ya que son las que cobran pensiones más bajas y suponen una amplia mayoría (92%) entre las personas beneficiarias de pensiones de viudedad. El crecimiento de la base reguladora de las pensiones de viudedad –desde el 52% al 60%– fue acordada por el Gobierno de Zapatero en 2011, para ser aplicada progresivamente, pero el PP la dejó en el congelador hasta 2018. Finalmente, el incremento fue aplicado por el Gobierno de Sánchez el pasado agosto, con una ampliación al 56% de la base reguladora en 2018 y del 60% en 2019.
En los últimos doce meses, de febrero de 2018 al mismo mes de 2019, la pensión media de viudedad de las mujeres aumentó un 8,9%. Si se mira el mismo periodo de 2017 y 2016 se observa que los incrementos son mucho más reducidos, del 1,4%.
La brecha se arraiga en el mercado laboral
La catedrática de Derecho del Trabajo Julia López subraya a eldiario.es que, además de la brecha en las pensiones ya en vigor, hay otra más invisible: “la brecha de cobertura”. Muchas mujeres, explica, no llegan a generar el derecho a una pensión contributiva debido a sus carreras profesionales de cotización, más marcadas por el empleo a tiempo parcial y por las interrupciones ligadas a las tareas de cuidados.
López señala que “no se puede estudiar las brechas en Seguridad Social sin estudiar las brechas en las condiciones de trabajo entre hombres y mujeres; lo que cobras de pensión depende de tu carrera profesional”. La catedrática considera que la principal receta para combatir la desigualdad en las prestaciones pasa por reducir “la precariedad” en el mercado de trabajo. Como ejemplo, Julia López recuerda que gran parte del trabajo a tiempo parcial (ejercido mayoritariamente por mujeres) es involuntario: “Muchas mujeres trabajarían a tiempo completo y ya se organizarían con los niños. Ellas quieren trabajar a tiempo completo”.
Carlos Bravo, responsable de Políticas Públicas y Protección Social de CCOO, también atribuye la mayor reducción de la brecha de género del último año a los incrementos de las pensiones mínimas y de viudedad de 2018 y 2019. Entre las peculiaridades de disparidad en las pensiones entre hombres y mujeres, añade el sindicalista, también tiene repercusión “la mayor esperanza de vida de las mujeres”, muchas de ellas beneficiarias de prestaciones de viudedad, menos cuantiosas que otras prestaciones.
En opinión de Bravo, seguir reduciendo la brecha de género en las pensiones en el futuro debe centrarse en atacar esta desigualdad cuando los trabajadores están en activo: “No solo en el terreno salarial, sino también en la corresponsabilidad y la promoción profesional de las mujeres”.