Buenas sensaciones. Es lo que ha transmitido la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tras reunirse con el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Domvrobskis. “Han tenido una buena acogida las propuestas del plan de modernización para el mercado de trabajo”, ha dicho la vicepresidenta en relación con uno de los componentes más delicados, junto con el de la reforma de las pensiones: aquel que tiene que ver con la modernización del mercado laboral. Unas reformas que, según ha confirmado Díaz, quedarán listas antes de que acabe el año, una vez hayan pasado por el diálogo social.
En palabras del equipo de Dombrovskis, la reunión ha sido “positiva”. Una reunión de casi una hora en la que se “abordaron las reformas e inversiones propuestas por España para mejorar el funcionamiento del mercado laboral español y las oportunidades para los trabajadores, basadas en el diálogo social”. Un diálogo social que se ha traducido en “ocho acuerdos en un año”, recuerdan en Trabajo.
Tras las reuniones con Dombrovskis y el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, Díaz ha explicado: “Hemos puesto fin a la primera etapa del plan de recuperación con una valoración positiva. Vamos a ser uno de los primeros países que ha hecho sus tareas y nuestras propuestas del plan de recuperación para la modernización del mercado de trabajo han tenido buena acogida”. ¿Le ha pedido algún cambio el vicepresidente económico de la Comisión? “Sin perjuicio de no desvelar el contenido de la reunión que han de comprender que sea discreta, no se ha producido eso en ningún momento”.
“Llevamos más de 70 reuniones de trabajo intensísimas”, ha dicho Díaz al ser preguntada si puede haber alguna objeción de algún país autodenominado frugal en algún momento de la evaluación de las reformas laborales.
Este viernes, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, mantendrá, así mismo, una reunión por videoconferencia con el propio Dombrovskis para hablar de los planes de reforma y recuperación de España vinculados con los fondos de 140.000 millones de aquí a 2026, ahora desbloqueados por el Tribunal Constitucional alemán.
Una vez entregado formalmente el plan de recuperación completo antes del 30 de abril, la Comisión Europea tiene hasta dos meses para evaluar los planes y, después, el Consejo (los gobiernos) dispondrían aún de otro mes para hacer algún tipo de comentario. Es decir, el dinero como pronto empezaría a llegar en julio o agosto. “Formalmente se presenta la semana que viene, pero el componente liderado por Trabajo y Economía Social está concluido”, ha afirmado Díaz.
A menudo circula en Bruselas la idea de que la Comisión Europea se siente identificada con la reforma laboral de Mariano Rajoy. Y, durante la pasada crisis financiera, es verdad que recibió el respaldo comunitario. Sin embargo, en los últimos años Bruselas no deja de insistir en asuntos pendientes que han ido pasando de reforma en reforma –la precariedad, la dualidad, el paro juvenil, el paro estructural– y que la reforma de 2012 no ha logrado resolver.
El Gobierno de coalición se pactó con un programa que comprometía una reforma del mercado de trabajo que incluyera el desmontaje de la normativa de Rajoy, que además de no sacar a España del podium de países de la UE con más paro, se ha llevado toques de atención por parte de la Comisión Europea por ser tan lesiva con los convenios colectivos.
“Es bastante sorprendente que, a pesar de las recomendaciones que viene haciendo la propia Comisión Europea al Reino de España desde hace años”, ha explicado Yolanda Díaz en Bruselas, “que tienen que ver con el déficit estructural del mercado de trabajo, sustancialmente la falta de estabilidad, el gran problema que supone la segmentación del mercado de trabajo español o de la dualidad, vayan a ser abordadas ahora por primera vez en nuestro país. Hay una absoluta anomalía en el mercado de trabajo español que se alarga desde hace más de 36 años. Los problemas del mercado de trabajo español son el paro estructural, el paro coyuntural, el paro estacional, el paro juvenil y una precariedad que es absolutamente insoportable. Pues bien, es la primera vez que el Gobierno de España, de la mano de la Comisión Europea, va a abordar estas reformas. Y digo más, son absolutamente corresponsables de la misma”.
En este contexto, el Gobierno ha ultimado un plan que pretende modernizar el mercado laboral español al tiempo que desmonta la reforma de Rajoy. O, dicho de otra manera, un plan que desmonta la reforma de Rajoy con la modernización del mercado laboral, es decir, cambia el punto de vista, explican las fuentes: “No son reformas desde el punto de vista solo de los empleadores, sino que tienen en cuenta el punto de vista de los empleados y trabajadores también”. En este sentido, una medida clave es la recuperación de la negociación colectiva, sobre todo en lo relativo al ámbito salarial.
¿Es la reforma que quiere Bruselas? “Sinceramente, creo que sí”, responde Díaz: “Si ven los datos de paro y de temporalidad y precariedad a lo largo de la democracia española, en sus series históricas, comprobarán cómo es difícilmente explicable que, a pesar de esos mismos datos, a lo largo de estos 40 años, no se hubieran cambiado las dinámicas. Lo vamos a intentar y este es el objetivo de las reformas. Los agentes sociales conocen el alcance de las reformas y les doy las gracias porque están a la altura de las circunstancias. Comparten el diagnóstico y saben bien que tenemos mucha tarea este año para cambiar por fin el mercado de trabajo español en conjunto”.
“La calidad del trabajo en España es uno de sus grandes problemas estructurales, junto con el desempleo, y en efecto lleva invariable décadas”, explican fuentes de Trabajo: “El monocultivo de la temporalidad es algo que se arrastra prácticamente durante todo el período de democracia. Esto implica que los cambios necesarios para revertir esa situación que se han producido en este último año son en dos ámbitos”.
“El primero”, prosiguen, “es que, pese al grave problema de calidad en el empleo que arrastra España, intentamos retenerlo a través de esquemas modernos, similares los que se usan en Europa, como son los ERTE. Parcialmente se ha conseguido, aunque no ha llegado a todos los trabajadores temporales. Estos mecanismos mitigan el potente efecto de precarización tradicional del mercado de trabajo. El segundo aspecto que hay que resaltar es que, por primera vez, España se ha comprometido con Europa a hacer frente a los problemas de la temporalidad y precariedad, y es uno de los elementos de las reformas estructurales clave del componente del mercado de trabajo. España asume el compromiso de mitigar en su ordenamiento laboral todos los dispositivos que han dado lugar a esta enorme tasa de temporalidad. Para ello, se revisarán los contratos y se hará todo lo posible para que la estabilidad en el empleo sea el mecanismo ordinario de contratación de los trabajadores, entre otras cosas”.