España aplica unos impuestos a la luz por encima de los mínimos europeos y, si quisiera, podría incluso aplicar un tipo reducido a la electricidad en los hogares. Son las conclusiones de una respuesta de la Comisión Europea a las preguntas del eurodiputado Toni Comín (Junts) sobre el precio de la energía en España.
La pregunta recordaba que “coincidiendo con una ola de frío y en medio de la pandemia, el precio de mercado mayorista de la energía en España alcanzó el 9 de enero de 2021 los 121,24 EUR/MWh, el más alto de la Unión Europea y el segundo valor medio diario más alto desde 2002. Este aumento afecta al 40 % de los consumidores en España”.
Comín explicaba que “este incremento del precio coincide con un pico de demanda asociado a la puesta en servicio de una central de gas de ciclo combinado, que genera una energía más cara que las fuentes renovables”, recordaba que “la asociación de consumidores FACUA pide al Gobierno español que reduzca los impuestos indirectos sobre el consumo de energía de los hogares, que representan el 27% de cada factura”, y preguntaba: “¿Está la Comisión en contra de una reducción del impuesto sobre el consumo de electricidad de los hogares?”
En su respuesta, el Ejecutivo comunitario afirma: “El impuesto especial español sobre el consumo de electricidad de los hogares está muy por encima del mínimo de la UE establecido por la directiva sobre fiscalidad de la energía. En cuanto al impuesto sobre el valor añadido (IVA), España puede aplicar un tipo impositivo reducido a la electricidad suministrada a los hogares”.
Bruselas, además, afirma que “la mejor manera de conseguir que las facturas de electricidad de todos los consumidores sigan siendo bajas consiste en garantizar que el diseño general del sistema sea eficiente y que existan salvaguardias clave para los consumidores”. Y añade: “Los Estados miembros tienen libertad para determinar su combinación energética de conformidad con el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. España está a punto de alcanzar su objetivo de energías renovables para 2020, fijado en un 20% a nivel nacional, de conformidad con la directiva sobre fuentes de energía renovables. Cerró 2019 con una cuota de fuentes de energía renovables del 18,36%. En la versión final de su Plan Nacional de Energía y Clima, España anunció que su cuota de energía procedente de fuentes renovables en el consumo final bruto sería del 42% para 2030, lo que se calificó de objetivo 'suficientemente ambicioso', pues superaba el objetivo de la UE, del 32%”.