Bruselas empeora sus previsiones para España y estima que el PIB caerá este año el 10,9% por la pandemia del coronavirus

Economía / EFE

7 de julio de 2020 10:15 h

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La Comisión Europea (CE) prevé que la economía española caiga un 10,9% en 2020, un punto y medio más de lo que proyectó en mayo pasado, por la contracción “sin precedentes” de la actividad en la primera mitad del año debido a las restricciones para frenar la pandemia, sobre todo en el sector servicios.

España será el segundo país de la Unión Europea (UE) más golpeado por la crisis este año, solo superado por Italia, cuyo Producto Interior Bruto (PIB) se reducirá en un 11,2%, y en línea con la caída del 10,6% que registrará Francia, según las previsiones macroeconómicas de verano publicadas este martes por el Ejecutivo comunitario.

El empeoramiento de las previsiones afecta a toda la Unión Europea. Para la eurozona calcula ahora una caída del producto interior bruto (PIB) del 8,7% durante 2020, y para la Unión Europea (UE) anticipa un descenso del 8,3% este año. En sus anteriores previsiones, publicadas en mayo, Bruselas esperaba que la pandemia de coronavirus provocase un descenso del PIB del 7,7% en los diecinueve países del euro y del 7,4% en los Veintisiete.

Bruselas espera que la economía española empiece a repuntar en el segundo semestre conforme se retiran la mayoría de restricciones y que la recuperación continúe en 2021, cerrando el año con un crecimiento del 7,1 %, una décima superior al previsto por la Comisión en mayo.

Las proyecciones del Ejecutivo comunitario son más pesimistas que las últimas emitidas por el Gobierno español, que en mayo preveía una caída del PIB del 9,2% este año, pero algo más optimistas que las del Fondo Monetario Internacional, que prevé un descenso del 12,8%, o la OCDE, que lo cifra en 11,1%.

Las proyecciones de la Comisión parten del escenario de que no habrá una nueva oleada del virus y el desconfinamiento proseguirá gradualmente, pero Bruselas ha advertido de que no puede descartarse un rebrote que empeore la situación, por lo que ha llamado a acordar pronto el plan de recuperación europeo.

En el caso de España, Bruselas prevé que las medidas de distanciamiento social que se mantendrán en la “nueva normalidad”, unidas a los cambios en los comportamientos del consumidor, tendrán un impacto a largo plazo en los servicios que requieren interacción personal, como la alimentación, hostelería, comercio minorista, servicios personales o el entretenimiento.

En el caso del turismo internacional, el impacto se verá agravado por la menor disponibilidad de conexiones aéreas, pese a la reapertura de fronteras. En el sector manufacturero la actividad se recuperará antes que en el de servicios, mientras que en la industria podría no llegar a normalizarse antes de finales de 2020 por la baja demanda global y los problemas en las cadenas de suministros, dice el informe.

La Comisión espera que el consumo privado empiece a mejorar antes que otros componentes de la demanda, aunque no llegará a recuperar en 2021 los niveles previos a la crisis, mientras que la inversión repuntará más lentamente por la incertidumbre, la baja rentabilidad o la falta de liquidez.

El Ejecutivo comunitario no actualizó en esta ocasión sus previsiones de desempleo, pero advirtió de que habrá “un importante aumento de la tasa de paro y es probable que haya más incrementos conforme se eliminan los ERTE”, de los que afirmó que “han ayudado a limitar la pérdida de empleos a gran escala hasta ahora”.

En mayo, había previsto un aumento del paro hasta el 18,9% este año, así como un incremento del déficit hasta el 10,1% del PIB y de la deuda hasta el 115,6 % del PIB, indicadores para los que tampoco ha renovado las proyecciones. En cuanto a la tasa de inflación, Bruselas estimó hoy que caerá al -0,1% este año debido al aumento de los precios del combustible y rebotará hasta el 0,9% en 2021.