Hay que dar una respuesta a la competencia proteccionista de China, Estados Unidos, Japón o Canadá en el mercado de la tecnología verde y la UE lleva semanas dándole vueltas al asunto hasta que este miércoles la Comisión Europea ha planteado formalmente una propuesta que persigue flexibilizar el acceso a las ayudas para ayudar a la industria europea de ese sector y que no se vaya a otros continentes por las ventajas competitivas que les ofrece. El gobierno comunitario ha enviado su plan a los 27 y los líderes lo examinarán en la cumbre extraordinaria de la próxima semana. Por ahora Bruselas propone un cambio en las reglas para las ayudas estatales que levantaba suspicacias en algunos miembros de la UE que consideraban que podía beneficiar a países como Alemania y Francia y romper la igualdad de oportunidades en la que se sustenta el mercado único. La flexibilización, según la Comisión, tiene que estar focalizada a las tecnologías verdes y de forma temporal hasta 2025.
La intención del plan de Bruselas se sustenta en cuatro pilares: crear un entorno regulatorio predecible y simplificado, acelerar el acceso a los fondos, mejorar las cualidades de la UE (sobre todo en cuanto a la mano de obra dado que el 30% las empresas del sector tiene problemas para encontrar personal capacitado) e incrementar la capacidades en cuanto a las cadenas de suministro. “Nuestra industria necesita un marco simple, rápido y más predecible”, ha explicado al presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que ha reiterado la intención de impulsar una ley la industria verde con el objetivo de reducir las emisiones hasta el 'Cero Neto'. “Nos vamos a centrar en esto: queremos recortar la burocracia y vamos a fijar objetivos hasta 2030 porque solo lo que se puede medir se puede hacer”, ha expresado Von der Leyen, que también ha apuntado a la necesidad de una ley de materias primas que facilite la extracción, el procesado y el reciclado de las mismas dentro de la UE. En su discurso en Davos, la jefa del ejecutivo comunitario planteó a socios como EEUU una alianza de materias primas para hacer frente a China, que tiene prácticamente el monopolio de algunas como el litio.
Para el corto plazo la Comisión Europea sostiene que tiene herramientas para salir al paso de la competencia proteccionista de los demás países con las ayudas estatales y también los fondos Next Generation y RepowerEU que se pusieron en marcha para encarar crisis como la de la pandemia o la guerra en Ucrania, pero que Bruselas opta por “reorientar” para impulsar la industria verde. El cálculo de Von der Leyen es que hay 250.000 millones ya disponibles para esas industrias. “Vamos a alentar a los estados a que usen el dinero para incentivos o para reducciones fiscales”, ha afirmado.
En cuanto a las ayudas estatales para fomentar la inversión, que es el tema que levanta algunas suspicacias en el seno de la UE, ha explicado que se activó un marco de crisis temporal que ahora se debe adaptar a la industria 'Cero Neto'. De ahí que la intención sea extender las ayudas dos años más y centrarlas en sectores clave más allá de flexibilizar el acceso a las mismas. Esos cambios salen a consulta pública este mismo miércoles para que los países hagan sus aportaciones. “Tenemos que tener cuidado y evitar la fragmentación del mercado interior”, ha advertido la presidenta de la Comisión.
“La Comisión tiene la intención de permitir una mayor flexibilidad a los estados miembros para que concedan ayudas limitadas a áreas bien definidas y de forma temporal. La Comisión consultará a los estados miembros una propuesta para adaptar las ayudas de estado temporalmente, hasta finales de 2025, para acelerar y simplificar, con procedimientos más simples, cálculos más fáciles y aprobaciones más rápidos”, señala el gobierno comunitario en su comunicación. Las ayudas tendrán que focalizarse en “industrias clave”, según ha explicado la presidenta, que ha mencionado algunas como los paneles solares, la energía eólica, las baterías o el almacenamiento de carbono entre otros. “Tenemos que dar una alternativa a las ofertas que vienen de fuera”, ha dicho Von der Leyen.
Los socialistas europeos han expuesto ya sus críticas al plan, que ven poco ambicioso desde el punto de vista de los derechos sociales. “La relajación de las ayudas de Estado no puede ser la única respuesta. Las inversiones de la ley de reducción de la inflación (IRA) se basan en el compromiso del presidente de EEUU con las familias trabajadoras, la equidad y la justicia ambiental. Esperamos el mismo nivel de compromiso por parte de la Comisión”, expresa la presidenta del S&D, Iratxe García, que echa de menos alguna mención a los derechos de los trabajadores en ese nuevo marco flexible que ha esbozado la Comisión.
La propuesta tiene un plan para el medio o largo plazo que es la activación de un fondo de soberanía con el que la Comisión pretende dar una respuesta “estructural” a la industria verde ante la situación de competencia que se ha abierto recientemente. No obstante, ese mecanismo no tiene ningún detalle perfilado (respecto a su financiación o calendario). Von der Leyen ha dicho que el primer paso se dará durante la revisión del Marco Financiero Plurianual y ha marcado el verano como una fecha orientativa para poder tenerlo esbozado.