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Bruselas recorta a la mitad el crecimiento de España para 2023 mientras la UE se encamina a la recesión en invierno

El vicepresidente económico de la CE, Valdis Dombrovskis (i), y elcomisario europeo de Fiscalidad y Unión Aduanera, Paolo Gentilon.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
11 de noviembre de 2022 11:06 h

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La Comisión Europea ha dado un buen recorte a las previsiones económicas para España en 2023: pasa del 2,1% al 1%. Eso sí, lo hace en un contexto en el que el principal países europeo, la tantas veces llamada locomotora europea, va camino del túnel de la recesión. Según Bruselas, Alemania cerrará 2023 con un -0,6% de PIB. Pero no será el único país que transite la senda de la recesión en la Unión Europea durante los próximos trimestres: Suecia (-0,6%) y Letonia (-0,3%) también cerrarán el año próximo con caídas del PIB: “Se espera que la UE y la zona del euro, y la mayoría de los Estados miembros, experimenten una recesión técnica este invierno”.

“El crecimiento se contraerá significativamente a finales de año”, dice Bruselas: “En medio de una elevada incertidumbre, se espera que las altas presiones sobre los precios de la energía, la erosión del poder adquisitivo de los hogares, un entorno externo más débil y condiciones de financiación más estrictas lleven a la UE, la zona euro y a la mayoría de los Estados miembros a la recesión en el último trimestre del año”, afirma el Ejecutivo comunitario: “Aun así, el potente impulso de 2021 y el fuerte crecimiento en la primera mitad del año elevarán el crecimiento del PIB en 2022 en su conjunto al 3,3% en la UE (3,2 % en la zona del euro), muy por encima del 2,7 % previsto en verano. En general, mientras que a corto plazo prevalecerán las fuerzas contractivas, parece poco probable que se produzca una recesión profunda en la UE”.

Según el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, “las perspectivas vuelven a estar rodeadas de una incertidumbre excepcional. El potencial de nuevas perturbaciones económicas debido a la guerra de Rusia está lejos de agotarse. La mayor amenaza proviene de la evolución adversa del mercado del gas y el riesgo de escasez, especialmente en el invierno de 2023/2024. Más allá de nuestro escenario de referencia, la Comisión Europea estima que los costes económicos de una interrupción total de los flujos de gas desde Rusia, combinados con ahorros insuficientes en el consumo de gas e inviernos fríos, serían considerables. Estos costes podrían mitigarse si continuamos aumentando las importaciones de gas de otros proveedores de fuera de Rusia para prepararnos para un invierno frío en 23/24. Sin embargo, si no nos preparamos para una temporada de alta demanda, los costes económicos podrían ser algo más altos en 2023, con una disminución del PIB de aproximadamente un 0,9%, y notablemente más altos en 2024 que en nuestro pronóstico general, con un crecimiento de solo alrededor de 0,5%). La inflación podría aumentar en 2 puntos porcentuales adicionales en 2024 en comparación con nuestro pronóstico. El aumento de los costes de endeudamiento, combinado con un fuerte aumento de los costes de producción en un momento en que la demanda se enfría, amplifica las vulnerabilidades financieras preexistentes en el sector empresarial. También puede surgir una tensión renovada en los mercados financieros en respuesta a un empeoramiento de las perspectivas de beneficios de las empresas y un contexto general de tipos de interés más elevados”.



Según las previsiones de otoño presentadas este viernes por la Comisión Europea, la zona euro cerrará 2022 con un crecimiento del 3,2% (España lo hará con el 4,5% y la UE a 27, en el 3,3%); el año 2023 acabaría con el 0,3% (España lo haría con el 1% y la UE a 27 con otro 0,3%) y el dato de 2024 para la eurozona sería de un 1,5% de crecimiento del PIB (2% para España y 1,6% para la UE a 27).

Así, la Comisión Europea eleva el crecimiento de España en 2022 del 4% al 4,5%, si bien rebaja el de 2023 del 2,1% al 1%. Eso sí, la cifra española para el año que viene queda por encima de las medias europeas y de países como Alemania (-0,6%), Francia (0,4%) o Italia (0,3%).

“Los shocks desatados por la guerra de Rusia contra Ucrania están mermando la demanda global y reforzando las presiones inflacionarias globales. La UE se encuentra entre las economías avanzadas más expuestas, debido a su proximidad geográfica a la guerra y su fuerte dependencia de las importaciones de gas de Rusia. La crisis energética está erosionando el poder adquisitivo de los hogares y lastrando la producción. El sentimiento económico ha caído notablemente. Como resultado, aunque se espera que el crecimiento en 2022 sea mejor de lo previsto, la perspectiva para 2023 es significativamente más débil para el crecimiento y más alta para la inflación”, explica la Comisión Europea.

Bruselas explica que “dado que la inflación sigue recortando los ingresos disponibles de los hogares, se prevé que la contracción de la actividad económica continúe en el primer trimestre de 2023”. Así, “se espera que el crecimiento regrese a Europa en primavera, a medida que la inflación relaja gradualmente su control sobre la economía. Sin embargo, dado que los fuertes vientos en contra siguen frenando la demanda, la actividad económica se moderará y el crecimiento del PIB alcanzará el 0,3% en 2023 tanto en la UE a 27 como en la zona del euro. Para 2024, se prevé que el crecimiento económico recupere progresivamente la tracción, con una media del 1,6 % en la UE y del 1,5% en la zona del euro”.

En relación con España, Bruselas espera “que el repunte del turismo a lo largo del año, junto con las medidas gubernamentales para mitigar el impacto de los altos precios de la energía y la resiliencia del mercado laboral, ayuden a España a capear en parte los vientos en contra crecientes derivados del contexto geopolítico incierto. Como resultado, la economía crecerá un 4,5% en 2022”.

La Comisión Europea añade sobre España: “Se prevé que el crecimiento del PIB se mantenga moderado a principios de 2023 antes de recuperar el vigor en la segunda mitad del año. Se espera que las presiones derivadas de los altos precios de la energía disminuyan parcialmente a partir de mediados de 2023, lo que permitirá un repunte gradual de la actividad gracias a la reactivación moderada del consumo privado y una mayor normalización del turismo. Además, se espera que la implementación de las reformas e inversiones en el marco del Plan de Recuperación y Resiliencia conduzca a un mayor dinamismo en la demanda agregada. Teniendo en cuenta todos estos factores, y considerando el bajo efecto de arrastre a partir de 2022, se prevé que el crecimiento del PIB en 2023 alcance el 1%. Se prevé que la expansión sea más sólida en 2024, también gracias a la vigorización de la demanda interna y externa, incluida una mayor contribución de la inversión en comparación con 2023, por lo que se prevé que el PIB crezca un 2%”.

Para el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, “la Comisión Europea respalda las estimaciones fiscales del Gobierno, con una previsión de deuda pública a finales de 2023 idéntica a la de los PGE y una senda de reducción de déficit que permitirá estar por debajo del 3% del PIB en 2025. En un contexto incierto en el que realizar previsiones es complejo, la Comisión prevé que España crezca claramente por encima del conjunto de la zona euro tanto en 2022 como en 2023. El año que viene sólo Irlanda, Malta y Rumania crecerán más que España. La Comisión prevé que España tenga una bajada intensa de la inflación en los próximos años y alineada con la media este año.  Se confirma el buen comportamiento del mercado laboral en España, con una tasa de desempleo por debajo del 13% en todo el periodo de previsión y un crecimiento de la población activa superior al previsto por el gobierno”.

La inflación aún no alcanza su punto máximo

Bruselas prevé que los datos de inflación más altos de lo esperado registrados durante los primeros diez meses de 2022, así como la ampliación de las presiones sobre los precios, lleven el pico de inflación a fin de año y eleven la proyección de la tasa de inflación anual al 9,3% en la UE y al 8,5% en el zona del euro. Se espera que la inflación disminuya en 2023, pero se mantenga alta, en un 7,0% en la UE y 6,1% en la zona del euro, antes de moderarse en 2024 a 3% y 2,6%, respectivamente.

En comparación con el pronóstico de verano, esto representa una revisión al alza de casi un punto porcentual para 2022 y más de dos puntos en 2023, a causa de los precios mayoristas de gas y electricidad significativamente más altos, que ejercen presión sobre los precios minoristas de energía, así como sobre la mayoría de los bienes y servicios de la cesta de la compra.



En lo que respecta a España, el Ejecutivo comunitario expica: “La inflación general alcanzó un máximo del 10,8% interanual en julio, gracias a un fuerte aumento de los precios de la energía y los alimentos, antes de descender al 7,3% en octubre. En su conjunto, se prevé que alcance el 8,5% interanual en 2022. En 2023, la moderación progresiva esperada de los precios de la energía y el enfriamiento de la demanda prevén que la inflación se reduzca hasta el 4,8%. Además, el impacto de las medidas gubernamentales para mitigar el impacto de los altos precios de la energía, en particular la reducción del IVA y el tope sobre el precio mayorista del gas, reducirá la presión inflacionaria en los primeros trimestres del próximo año. Para 2024, se prevé que el IPC armonizado disminuya al 2,3%. El traspaso de los precios de la energía y los alimentos a otros bienes y servicios se ha vuelto cada vez más visible en 2022 y provocará que la inflación subyacente se mantenga elevada durante. Los riesgos de un ajuste salarial más rápido podrían generar una inflación subyacente más alta durante”.

Fuerte mercado laboral

“A pesar del entorno desafiante, el mercado laboral ha seguido funcionando con fuerza, con el empleo en su punto más alto y el desempleo en su punto más bajo en décadas”, reflexiona la Comisión Europea: “La fuerte expansión económica ha atraído a dos millones de personas adicionales netas al mercado laboral en la primera mitad de 2022, elevando el número de personas empleadas en la UE a un máximo histórico de 213,4 millones. La tasa de desempleo se mantuvo en un mínimo histórico del 6% en septiembre. Se espera que los mercados laborales reaccionen a la desaceleración de la actividad económica, pero que sigan siendo resistentes. Se prevé que el crecimiento del empleo en la UE sea del 1,8 % en 2022, antes de estancarse en 2023 y subir moderadamente hasta el 0,4% en 2024.  Las tasas de desempleo en la UE se proyectan en 6,2 % en 2022, 6,5% en 2023 y 6,4% en 2024”.

En relación con España, Bruselas detalla: “El mercado laboral se mantuvo resistente durante la pandemia. Se prevé que la tasa de desempleo se mantenga estable entre 2022 y 2023 (en 12,7%) antes de registrar un descenso marginal al 12,6% en 2024. Se prevé que el crecimiento de los salarios repunte a fines de este año y en 2023, pero a un ritmo más lento que los precios, lo que se traduce en pérdidas en el poder adquisitivo de los hogares. En 2024 se recuperará parte del poder adquisitivo perdido gracias a que los salarios crecerán por encima de la inflación”.



Deuda y déficit

El fuerte crecimiento en los primeros tres trimestres del año y la eliminación gradual del apoyo relacionado con la pandemia han impulsado una mayor reducción de los déficits públicos en 2022, a pesar de las nuevas medidas adoptadas para mitigar el impacto del aumento de los precios de la energía en los hogares y las empresas.

Tras caer hasta el 4,6% del PIB en 2021 (5,1% en la zona del euro), se prevé que el déficit de la UE a 27 siga reduciéndose hasta el 3,4% del PIB este año (3,5 % en la zona del euro).

No obstante, en 2023, se prevé que el déficit público vuelva a aumentar (al 3,6 % en la UE y al 3,7% en la zona del euro) a medida que se debilite la actividad económica, aumente el gasto en intereses y los gobiernos amplíen o introduzcan nuevas medidas para mitigar el impacto de los altos precios de la energía.

Su retirada prevista a lo largo de 2023 y la reanudación del crecimiento deberían reducir la presión sobre las arcas públicas a partir de entonces. Como resultado, el déficit se proyecta en 3,2% del PIB en la UE y 3,3% en la zona del euro en 2024.

Durante el horizonte de previsión, se prevé una nueva reducción de la relación deuda/PIB en la UE, desde 89,4% del PIB en 2021 al 84,1% del PIB en 2024 (y del 97,1% al 91,4% en la eurozona).

En relación con España, Bruselas explica que “el Gobierno aprobó varios conjuntos de medidas para mitigar el impacto de los altos precios de la energía que, en general, supusieron el 1,6% del PIB. Algunas de estas medidas, como las reducciones del IVA sobre la electricidad y el gas, la exención del impuesto sobre el valor de la producción de electricidad o la reducción del impuesto especial sobre la electricidad, están destinadas a reducir los ingresos públicos. Otros, como la bonificación de 20 céntimos por litro de combustible, el bono social de calefacción o varios subsidios a hogares de bajos ingresos y a los sectores económicos más golpeados por la crisis energética, se prevé que aumenten el gasto”.

“El déficit global de España sigue reduciéndose”, dice la Comisión Europea, “impulsado por un fuerte crecimiento de los ingresos. Se espera que las principales cifras de impuestos registren un crecimiento de dos dígitos en 2022. La evolución positiva del mercado laboral, las sólidas ganancias corporativas y la alta inflación se encuentran entre los principales impulsores. Además, se espera que la retirada de la mayoría de las medidas relacionadas con la pandemia contribuya a reducir el déficit público, que disminuirá del 6,9% del PIB en 2021 al 4,6% del PIB en 2022”.

Así, Bruselas prevé en 2023 “que el déficit público se reduzca aún más, pero de forma más gradual, como reflejo del escenario macroeconómico más débil. Se espera que el crecimiento de los ingresos se modere, pero se prevé que el nivel general en términos de PIB se mantenga en alrededor de 4 puntos porcentuales. más alto que en 2019, a pesar de que se prevé que el nivel del PIB anterior a la pandemia se alcance en 2024. Por el lado del gasto, la eliminación gradual de algunas medidas energéticas llevan a reducir el déficit, pero se espera que la revinculación de las pensiones a la inflación pese considerablemente en el presupuesto público de 2023 (coste estimado del 1,4% del PIB). Se prevé que el déficit público disminuya hasta el 4,3% del PIB en 2023. En 2024, se prevé que el déficit de las administraciones públicas disminuya hasta el 3,6% del PIB, favorecido por un mayor crecimiento económico. Se prevé que la deuda pública disminuya gradualmente del 114% del PIB en 2022 al 112,1% en 2024, impulsada por el PIB nominal”.

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