La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha encargado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que analice por qué los bancos no suben los depósitos, pese a los agresivos aumentos de los tipos de interés oficiales del Banco Central Europeo (BCE) para luchar contra la inflación.
Calviño lamenta que las entidades financieras están trasladando más lento de lo que deberían el endurecimiento de la política monetaria para luchar contra la inflación a sus productos de ahorro, que apenas ofrecen rentabilidad a los clientes, y mucho menos rentabilidad real. Es decir, los intereses que ofrecen están en por debajo de la inflación, que este mes cayó al 1,9%, pero que se espera que cierre el año por encima del 3% de media, después de que en el conjunto de 2022 se fuera al 8,4%.
Por eso, la vicepresidenta económica pide a Competencia que estudie qué factores están fallando en este mercado, según ha explicado en la rueda de prensa posterior a la reunión trimestral con las patronales y asociaciones de usuarios de las entidades financieras y con el Banco de España.
Hace unos días, la presidenta de la CNMC, Cani Fernández, ya mostró su asombro por que los bancos no estén remunerando los depósitos. “A mí me cuesta trabajo pensar que no haya un banco que quiera ganar clientes si yo (como banco) me dedico a captar depósitos para luego así poder prestar dinero. Me cuesta entender que no quieran aumentar su cuota de mercado, salvo que uno vea plácidamente que los demás tampoco lo hacen”, dijo.
En cambio, las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) sí se están trasladando al euríbor (el índice de referencia para el cálculo de las cuotas de las hipotecas), que se ha incrementado del 0% al 4% en menos de un año. Y, por tanto, se están encareciendo rápidamente los préstamos para vivienda a tipo de interés variable que se actualizan. Y también los que cambian de variable a tipo de interés fijo. O los nuevos que se firman.
Para atajar la asfixia que supone esta subida de las hipotecas para las familias, el Gobierno firmó un Código de Buenas Prácticas con los bancos, voluntario, de cara a 2023. Este código recomendaba acordar entre banco y cliente la gratuidad de la conversión de préstamos variables a fijos y la ampliación de los plazos con congelación de cuotas.
Estas medidas se añadían a las ya existentes para los hogares más vulnerables, con ingresos bajos. Y, en total, se han realizado 33.000 solicitudes de alguna de ellas, según desveló la propia Calviño este jueves. Se trata de una cifra muy baja en comparación con el millón de famillias con hipotecas a tipos de interés variable a las que pretendía aliviar el “bono de emergencia” propuesto por Sumar recientemente.
La nueva proposición del Ministerio de Asuntos Económicos a la banca ha sido la extensión en un máximo de tres años de las hipotecas a tipo variable para la adquisición de primera vivienda. Aunque ha admitido que tanto las patronales de las entidades financieras como el Banco de España la han rechazado y la han emplazado a septiembre para hablar de nuevas medidas.
Por último, ha reclamado una fórmula para aprobar definitivamente la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero, que la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio dejó pendiente, al no haberse podido culminar todo el trámite legislativo.