La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha abogado este martes por “volver a lo básico” a la hora de diseñar la política fiscal, frente a las teorías de que a menores impuestos, mayores ingresos fiscales por la dinamización de la economía (una interpretación de la llamada “curva de Laffer”). “Si suben los tipos, sube la recaudación, y si bajan, baja”, ha zanjado Calviño.
Al respecto, ha calculado que la reforma fiscal de 2015 en la que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, bajó los impuestos supuso una caída de 12.000 millones en los ingresos del Estado, lo que “no es coherente con la política de rebajar el déficit público”. También ha tachado esta decisión que se efectuaba al mismo tiempo que se recortaba el gasto público de “cortoplacista”.
En una intervención organizada por Nueva Economía Forum, Calviño ha advertido de que el aumento impositivo que acompañará a los Presupuestos Generales del Estado para 2019 será “muchísimo” mayor en el caso de que el Congreso insista en rechazar los objetivos de déficit más suaves que el nuevo Ejecutivo ha negociado con Bruselas. El Ejecutivo de Sánchez pactó 6.000 millones menos de recortes en dos años, pero por el momento la mayoría de los grupos parlamentarios lo rechazan, algunos, como Unidos Podemos, porque lo ven insuficiente.
Lo que no se va a hacer, ha advertido Calviño, es financiar con deuda pública, ya bastante elevada, el gasto de las administraciones. “No hay lugar para políticas fiscales irresponsables”, ha afirmado, recordando que el ratio ingresos fiscales-PIB es ocho puntos menor en España que en la media europea.
El IRPF no subirá para las rentas bajas y trabajadoras
En el caso del IRPF, la ministra ha recordado que se están produciendo “negociaciones”, en referencia a las conversaciones que mantiene el Ejecutivo con Unidos Podemos para lograr su apoyo a los presupuestos de 2019. Al respecto, “una de las opciones” es un aumento del impuesto sobre la renta para un nivel de ingresos “que no pueden identificarse con rentas medias y trabajadoras”. El líder de la formación morada, Pablo Iglesias, confirmó recientemente un acuerdo para elevar los tipos a rentas anuales superiores a 140.000 euros, lejos de los 60.000 que pedía inicialmente su grupo parlamentario.
Tasa a las transacciones financieras
Otro de los tributos a los que se ha referido Calviño en su intervención es la tasa a las transacciones financieras. Al respecto, ha afirmado que el modelo en el que se está trabajando se fija en la experiencia francesa, donde ha sido “muy positivo” tanto en recaudación como en no deslocalizacion de empresas.
El impuesto francés que Calviño vería con buenos ojos trasladar a España grava el 0,3% del valor de todas las compraventas de acciones de empresas francesas cotizadas y cuya capitalización bursátil supera los 1.000 millones de euros.
Fase de crecimiento, aunque se modere
La ministra se ha referido también a la fase de ralentización que vive la economía española. Al respecto, ha insistido en que se encuentra “en una fase positiva del crecimiento económico”, pese a que se está desacelerando “ligeramente”. Por el momento, ha precisado, no se plantean rebajar su previsión para el año que viene (el Gobierno espera un crecimiento del PIB para 2018 y 2019 del 2,7% y 2,4%, respectivamente), aunque si los indicadores llevasen a una revisión tampoco sería “un drama”, ha defendido.
Ha recordado que esta moderación, que se mantendrá en los próximos meses, ya estaba prevista, por lo que ha considerado que no resulta apropiado “lanzar mensajes alarmistas sobre un cambio de tendencia”.
Entre los factores que afectan a esta desaceleración ha citado el fin de los vientos de cola, como el crecimiento económico mundial o la política monetaria expansiva, a lo que ha unido el reto de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, entre otros, informa EFE.
También se ha referido a desequilibrios como la “cronificación” del paro en determinados segmentos de la población, con una tasa “inaceptable” del 15 %,, el “desorbitado” crecimiento de la deuda pública, el alto déficit público estructural o los altos niveles de desigualdad y pobreza.
“La coyuntura es favorable para abordar estos temas ya”, ha subrayado, porque España se encuentra en la fase expansiva del ciclo económico.