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Varapalo de los socios de Sánchez al Gobierno: el Congreso rechaza los objetivos de déficit

El Congreso ha rechazado este viernes los objetivos de déficit público y la senda de estabilidad presupuestaria para todas las administraciones públicas el periodo 2019-2021 debido a la negativa de, entre otros, PP y Ciudadanos, y a la abstención de Unidos Podemos, PDeCAT, ERC y Compromís. “Su abstención es un no”, les ha acusado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. “Tendrán que explicar por qué cuando hay la posibilidad de que este país tenga 6.000 millones más para educación o sanidad al año, este Congreso se niega”, ha añadido la ex consejera del gobierno andaluz.

Estas cifras (que no son el techo de gasto para el Estado, que aprueba directamente el Gobierno) deberían servir de base al proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2019. Pese a que suponen una mayor relajación y una posibilidad de gasto superior para las comunidades autónomas y, en menor medida, la Seguridad Social (en concreto, se podrían afrontar 6.000 millones más de gasto), su aprobación se ha descartado en la primera votación después de que el Gobierno haya sido incapaz de reeditar los apoyos que obtuvo Pedro Sánchez en la moción de censura a Mariano Rajoy. No ha hecho falta que el PP use su capacidad de veto en el Senado, donde cuenta con mayoría absoluta.

Los objetivos de estabilidad para el periodo 2019-2021 han sido rechazados con los votos de PP, Ciudadanos, Coalición Canaria, Foro Asturias y UPN y las abstenciones de Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, y Compromís. PSOE y PNV han votado a favor.

Tanto Unidos Podemos como el PDeCAT aseguran que el Gobierno no ha llegado a negociar con ellos ninguna de estas cifras. “Cuando se tienen 84 de 350 diputados lo que se tiene que hacer es consensuar. Y a nuestro grupo sólo le llamaron el sábado por la mañana”, cuando ya estaban aprobadas las cifras en Consejo de Ministros, ha recalcado el portavoz de PDeCAT, Ferrán Bel.

“No están en condiciones de servir lentejas, nuestra abstención no es un ”no“. Tómesela como una invitación franca a hacer bien las cosas”, ha afirmado por su parte el diputado de Unidos Podemos Txema Guijarro. “Aprendamos de nuestro errores”, ha animado al Gobierno por su parte el portavoz de Compromís Joan Baldoví.

Sin embargo, el Ejecutivo afirma que trató de convencer a sus socios en la moción de que debían dejar que el PP se retratase en el Senado, para lo que debía superarse el trámite del Congreso. La ministra de Hacienda ha asegurado que el Gobierno y ella misma han hablado “no una, sino muchas veces” con los grupos parlamentarios, frente a las acusaciones de no haber negociado el texto. Montero ha tachado de “excusas” los motivos alegados para rechazar esta senda.

Motivos para la abstención y el no

La formación liderada por Pablo Iglesias no ha hecho pública su posición final hasta este viernes a primera hora, cuando la han trasladado a los medios. Al respecto, fuentes de Unidos Podemos han explicado que han decidido abstenerse en la votación al tratarse de “un techo de gasto diseñado para conseguir el voto favorable del Partido Popular”, ya que las cifras del techo de gasto impulsado por el Gobierno “dejan 5.000 millones de oxígeno presupuestario por el camino” y son unas cifras que “solo miran hacia la mayoría absoluta del Partido Popular en el Senado”.

Para la formación, el Gobierno tendría que haber propuesto en primer lugar la reforma de la ley de estabilidad presupuestaria. En ese “pack antiausteridad que saque de la crisis de precariedad en la que ha sumido a España el PP” sí estaría dispuesta a colaborar la formación morada. En concreto, creen que “es clave en estos momentos acelerar una reforma de la ley de estabilidad presupuestaria, levantar la regla de gasto que ahoga a los Ayuntamientos y derogar los reales decretos de racionalización del gasto que ahogan la sanidad, la educación y la dependencia”.

El portavoz de Unidos Podemos-En Comú Podem-en Marea, Alberto Garzón, ha resaltado que “la diferencia entre recortar rápido o despacio es sustanciosa. Pero se acaba recortando”. Ha recordado asimismo que “la propia definición de la regla de gasto es que el peso de lo público se vaya reduciendo”. “Estamos en contra de este modelo”, ha subrayado Garzón, que se ha mostrado abierto a dialogar de manera integral otra política económica.

Por su parte, el diputado de ERC Joan Margall ha animado a Montero a presentar un techo de gasto “nuevo y más expansivo” al considerar que el aprobado la pasada semana “no responde a las necesidades de las administraciones públicas catalanas”, informa Efe.

El portavoz de Ciudadanos, Francisco de la Torre, ha mostrado su rechazo a unos objetivos de déficit que no son más que una “borrachera de gasto público”, ha dicho, y a un techo de gasto es el “aperitivo de una subida masiva de impuestos que lastrará el crecimiento económico y no nos encontrará en una subida de impuestos a la clase trabajadora”.

¿Qué ocurre al no aprobarse estos objetivos de déficit?

Montero ha explicado que como los objetivos más flexibles que se ha logrado pactar con Bruselas (pacto que ha puesto en duda el PP) no se aprueban, entrarán en vigor inmediatamente los anteriores, más restrictivos y con menor gasto público. No obstante, el Gobierno “cumplirá el procedimiento” y volverá a llevar a votación la senda. El Gobierno tiene ahora un mes para volver a traer los objetivos a la Cámara.

La que se ha rechazado este viernes es un déficit del 1,8% del PIB en 2019, del 1,1% en 2020 y del 0,4% en 2021. La senda que entra en vigor al decaer esta es del 1,3% en 2019, 0,5% en 2020 y un superávit del 0,1% en 2021. Es decir, las CCAA y la Seguridad Social (donde se ha introducido la mayoría del nuevo margen) contarían con 6.000 millones menos cada año.

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha apuntado también a un posible cambio legal para permitir que los objetivos de estabilidad presupuestaria entren en vigor aun sin cumplir con los actuales requisitos: ser aprobados tanto en el Congreso como en el Senado. “Abandonen esa idea, el grupo popular no se lo va a permitir”, ha afirmado el portavoz Eduardo de Olano.

El techo de gasto, ya aprobado, base de los PGE

El Gobierno mantiene que la verdadera base del proyecto de Presupuestos es el techo de gasto, y éste no tiene que ser validado por las Cámaras. Se trata de un tope de gasto no financiero para el año que viene un 4,4% mayor que en 2018, esto es, situado en 125.064 millones de euros. Crecerá dos puntos por encima de lo que se supone que lo hará la economía el año que viene (un 2,4%), en 5.230 millones. Este techo es el que determina el gasto máximo de los Ministerios en 2019.

Así, Hacienda seguirá adelante con sus planes de presentar un proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2019 pese al varapalo de no lograr aprobar unos límites de déficit más flexibles por la abstención o la negativa de sus socios en el Congreso. “No crean que imposibilitan los Presupuestos”, ha dicho Montero durante el pleno. Ha asegurado que los configurarán “con la aportación de los grupos políticos que estén dispuestos a una mayoría plural y poliédrica”. “No somos ingenuos, no va a ser fácil, pero seguiremos trabajando con ilusión”, ha afirmado.