La Comisión Europea (CE) presentará la próxima semana un plan para desbloquear las negociaciones sobre el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, estancadas desde hace dos años por la resistencia de algunos países a asumir los riesgos de la banca de otros miembros de la eurozona.
El Ejecutivo comunitario prevé presentar el miércoles una comunicación que, si bien no constituye una propuesta legislativa, plantea iniciativas para impulsar los avances en la unión bancaria, indicaron a Efe fuentes comunitarias.
Entre ellas, contempla también introducir un activo seguro europeo -en forma de paquetes de deuda soberana de varios países de la eurozona- y medidas para acelerar la salida de los préstamos improductivos de los balances bancarios.
El objetivo prioritario, sin embargo, es acabar con el “impasse” de casi dos años en las discusiones entre países y en la Eurocámara sobre el Sistema de Garantía de Depósitos (EDIS, en inglés).
El EDIS, que según la propuesta inicial de 2015 debería estar plenamente operativo en 2024, tiene como fin sustituir progresivamente a los sistemas nacionales de garantías de depósitos para que, en caso de quiebra, cualquier cliente de la eurozona vea garantizados sus depósitos de hasta 100.000 euros de la misma forma, independientemente de dónde se sitúe su banco.
Sin embargo, algunos países, con Alemania a la cabeza, se niegan a mutualizar los riesgos de la banca si antes no se reducen, es decir, no están dispuestos a asumir pérdidas por aquellos socios de la eurozona cuyo sector bancario no esté saneado o acumule préstamos improductivos legado de la crisis.
Para salir del atolladero, la Comisión propone modificar el calendario inicial para que el EDIS no tenga que absorber pérdidas en una primera fase, e introducir condiciones para avanzar hacia una segunda etapa en la que empiece a hacerlo.
Según el plan inicial, en una primera fase (hasta 2020) el EDIS solo aportaría garantías cuando se agote el sistema nacional y, si hay pérdidas, podría asumir como máximo un 20 % de las mismas.
En la segunda, hasta 2024, el EDIS podría intervenir antes de que se agote el sistema nacional e iría asumiendo progresivamente un mayor porcentaje de reembolsos y pérdidas, hasta llegar al 100 %.
La nueva estrategia de Bruselas propone que en la primera fase el EDIS no pueda asumir ninguna pérdida, sino que se limite a proporcionar liquidez (préstamos) al sistema nacional, que después tendría que devolverlos. Así, no habría ningún reparto de la carga entre otros países.
Además, antes de pasar a la segunda etapa, habría que efectuar una revisión de la calidad de los activos de los bancos (AQR, en inglés), que garantice que todos en la eurozona están igual de saneados. Los umbrales deberán decidirlos los países.
En todo caso, recuerdan desde el Ejecutivo, las pérdidas no las asume el contribuyente, sino la banca, que es quien aporta los fondos al EDIS y a los sistemas nacionales de garantías.
Por otra parte, la Comisión plantea crear un activo seguro europeo que, descartada la idea de los eurobonos -que hubieran supuesto mutualizar deuda-, se conseguiría “empaquetando” deuda soberana de distintos países de la eurozona para después vender los títulos en el mercado.
Esto permitiría a los inversores diferenciar el riesgo, daría acceso a nuevas jurisdicciones al mercado, y atajaría la excesiva exposición de algunos bancos a la deuda de su propio país, señalan fuentes comunitarias.
Además, dado que sería un activo seguro podría autorizarse su uso para cubrir requisitos de capital, afirman.
La comunicación que se presentará el miércoles insta también a continuar el trabajo para reducir los préstamos improductivos y completar el Fondo Único de Resolución.