Las protestas de los conocidos como “chalecos amarillos” contra el aumento de los impuestos a los carburantes continúan hoy en Francia, donde volvieron a registrarse bloqueos en carreteras y refinerías, y sus portavoces convocaron una gran concentración en la capital este sábado.
Chantal Lapuerta, una de las portavoces del movimiento que se organizó en todo el país a través de redes sociales, confirmó hoy en el diario “Le Figaro” que muchos de los manifestantes viajarán a París el próximo 24 de noviembre “si (el presidente, Emmanuel) Macron no se pronuncia sobre el precio de los carburantes”.
Las acciones multitudinarias que tuvieron lugar el pasado fin de semana y que dejaron 400 personas heridas y un muerto continuaron hoy, ya que los manifestantes consideran que el Gobierno ha hecho oídos sordos a sus peticiones y piden además un encuentro con Macron.
En Facebook, 143.000 usuarios se han mostrado ya “interesados” por el evento que da cita a los “chalecos amarillos” en la plaza de la Concordia de París entre las ocho y las once de la mañana, para marchar hacia el Elíseo.
“Hay que dar el tiro de gracia e ir todos a París por todos los medios posibles (compartir coche, tren autobús, etc...)”, indicó el mensaje en la red social, a través de la cual se organizaron los bloqueos el pasado 17 de noviembre.
El portavoz del Ejecutivo, Benjamin Griveaux, reiteró esta mañana en una entrevista en “RMC” que no dará marcha atrás en la fiscalidad del combustible y retomó las palabras del primer ministro, Édouard Philippe, que aseguró ayer “haber escuchado” el descontento popular.
“Piden poder vivir decentemente de su trabajo, que sus hijos vivan mejor que ellos, es por eso que preferimos poner impuestos en el carburante y no en el trabajo y hemos puesto en marcha dispositivos para acompañarles porque la transición ecológica es difícil”, dijo Griveaux.
El portavoz aseguró que hay que sacar a Francia del modelo petrolero actual porque “si dentro de 18 meses los países productores” deciden aumentar el precio del barril esto repercutirá directamente en el “bolsillo de los franceses”.
La protesta de los “chalecos amarillos” -en alusión a la prenda fluorescente que portan los manifestantes, obligatoria en la carretera-, que comenzó por el alza tributaria sobre los carburantes para financiar la transición energética, se ha extendido rápidamente ante la falta de poder adquisitivo en general.