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Las cinco amenazas para la economía: desde la recesión en Alemania hasta el riesgo bancario

Daniel Yebra

25 de julio de 2023 22:31 h

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Todas las previsiones de instituciones apuntan a un frenazo del crecimiento económico global en lo que queda de 2023 y, sobre todo, en 2024. Un 'aterrizaje' (según la jerga financiera) tras la recuperación del COVID que será más o menos 'suave' en nuestro país según la persistencia de la inflación, el daño de las subidas de los tipos de interés o si vuelven las turbulencias bancarias.

Este martes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó un punto su previsión de crecimiento económico de España del 1,5% al 2,5% en 2023, “ante la mayor solidez de los servicios y el turismo”. Se trata del mayor incremento entre los países desarrollados de su actualización de las perspectivas mundiales. Mientras, el organismo espera que el PIB (Producto Interior Bruto) de la eurozona apenas avance un 0,9% este año y que la economía de Alemania se contraiga un 0,3%. En 2024, nuestro país mantendrá un ritmo de crecimiento del 2%, frente al 1,5% del conjunto de Estados que comparten el euro, según las mismas estimaciones del FMI.

'Techo' del turismo

El liderazgo de España en las expectativas económicas entre los grandes países desarrollados encuentra su principal razón en el 'boom' del turismo, el sector de actividad que más ha tardado en recuperarse completamente del shock de la pandemia en 2020.

“La actividad económica mundial se mostró más resiliente en el primer trimestre de 2023, y el sector de servicios fue el que más contribuyó a esa resiliencia”, arranca el FMI. “El desplazamiento del consumo hacia los servicios, iniciado tras la pandemia, es casi total en las economías avanzadas, incluidas las economías de Europa meridional que dependen del turismo. No obstante, a medida que los viajes vuelven a los niveles observados antes de la pandemia, parece improbable una mayor aceleración”, explica el organismo internacional.

Ese agotamiento se diría inevitable en España ante el récord de ingresos y viajeros que se prevé para este 2023. “El turismo [...] va a verse sometido a una competencia creciente, en buena parte desde países que tienen unos costes laborales más reducidos que los nuestros”, añade el economista Alfonso Novales en un informe publicado por Fedea este martes.

Persistencia de la inflación y subidas de tipos

Concretamente, la bajada más rápida de la inflación en España por medidas del Gobierno como el tope al gas (o excepción ibérica) ha elevado la competitividad de España, tanto para atraer viajeros como para disparar las exportaciones de servicios no turísticos, como la consultoría, o relacionados con la tecnología y el transporte, otro de los motores más importantes del avance reciente del PIB y de las expectativas.

Una inflación más persistente dañaría esa ventaja frente al resto de economías desarrolladas, y sobre todo golpearía el consumo de las familias por la pérdida de poder adquisitivo, ahora que lo están recuperando poco a poco. Precisamente, un rebrote del gasto de los hogares es uno de los argumentos para dar continuidad al destacado crecimiento de nuestro país en 2024.

Si el consumo está amenazado por una inflación más 'pegajosa', que permanezca en los alimentos y en distintos servicios pese a la caída de los precios energéticos, también se ve lastimado por las subidas de los tipos de interés de los bancos centrales para luchar contra esa misma inflación. Un encarecimiento de la financiación que sería más agresivo todavía ante subidas de precios más persistentes, que no se normalicen cerca del 2% en el que el BCE tiene su objetivo, y que también afecta a la capacidad de inversión de las empresas y de los Estados.

Este mismo martes, la institución monetaria publicó su última encuesta sobre préstamos bancarios, en la que sobresalió el desplome de la demanda de crédito por parte de las empresas del conjunto de la eurozona en el segundo trimestre hasta un nuevo mínimo histórico. Entre abril y junio, la demanda neta de préstamos de las empresas que comparten el euro se redujo considerablemente, con un porcentaje neto del -42%, frente al -38% del trimestre anterior.

De hecho, la caída observada fue “sustancialmente más fuerte de lo esperado por los bancos en el trimestre anterior”, según advierte el estudio del BCE. El consejo de gobierno de la institución monetaria volverá a reunirse este jueves. Los analistas esperan que decida otra subida de los tipos oficiales de 0,25 puntos, hasta el 4,25%. En junio del año pasado se encontraban en el 0%. Para España, la encuesta también muestra una caída de la demanda de crédito por parte de las empresas y de las familias, tanto para vivienda como para consumo, aunque más moderada que en la eurozona y menos acusada que en el primer trimestre.

Turbulencias financieras

El agresivo ciclo de subidas de los tipos de interés es una amenaza también para los bancos. El FMI aprovechó su informe de este martes para advertir a los Estados de que deben preparar un 'colchón' de dinero ante el riesgo de nuevas turbulencias financieras. El organismo advierte de que “el susto” de marzo de este año, tras el colapso del Silicon Valley Bank de California y el contagio a otras entidades estadounidenses, hasta alcanzar al Credit Suisse en Europa, podría repetirse durante los próximos meses.

“La turbulencia en el sector financiero podría retornar conforme los mercados se adaptan al nuevo endurecimiento de la política [monetaria] por parte de los bancos centrales”, advierte el organismo. El FMI observa que los mercados financieros [bolsas, mercados de deuda pública y privada...] “siguen previendo una política monetaria menos restrictiva de lo indicado por las autoridades [por los propios bancos centrales: el BCE en la eurozona, la Reserva Federal en Estados Unidos, el Banco de Inglaterra en Reino Unido...]”.

Es decir, esperan menos subidas de los tipos de interés o que empiecen a bajarlos en la primera parte de 2024, “lo que agrava el riesgo de que si se anuncian datos de inflación desfavorables –como en el primer trimestre de 2023– se desencadene un aumento repentino de las expectativas sobre los tipos de interés y una caída en los precios de los activos”, continúa el FMI. Exactamente, tal cual pasó en marzo de este año. En esta información se explican más detalles de esta amenaza.

La recesión de Alemania

El FMI espera que la economía de Alemania se contraiga en 2023. En el primer trimestre, ya entró en recesión técnica, que ocurre cuando se encadenan dos trimestres consecutivos de caída del PIB. Los indicadores adelantados apuntan en el mismo sentido.

“Alemania también cayó en territorio de contracción [según el índice PMI, que se basa en encuestas a empresas cada mes], puesto que su actividad total disminuyó por primera vez desde enero pasado y al ritmo más intenso desde noviembre de 2022. Una caída especialmente intensa en la producción industrial alemana, que se deterioró a una tasa no observada desde 2009 (si se excluyen los meses de confinamientos por la pandemia), fue acompañada de una intensa desaceleración del crecimiento de la actividad en el sector servicios, que a su vez fue impulsada por una pronunciada pérdida de nuevos pedidos”, explica S&P Global, que calcula los PMI para las principales economías.

Alemania es “el segundo cliente” de nuestro país, según el ICEX (Instituto Español de Comercio Exterior), solo por detrás de Francia. Por otro lado, es el tercer origen del que provienen más turistas extranjeros, cerca de 10 millones al año, por detrás de Reino Unido y Francia, pero los alemanes gastan más, entre 1.000 y 1.400 euros de media por visitante, según el INE.

China

La última gran amenaza para la economía global y, por tanto, para España es una “recuperación deficiente de China”. Según el FMI, “los hechos recientes desplazan a la baja la distribución de los riesgos que afectan al pronóstico de crecimiento de China, con posibles consecuencias negativas para los socios comerciales dentro y fuera de la región”.

“Los principales riesgos incluyen una contracción más profunda de lo esperado en el sector inmobiliario si no se actúa con celeridad para reestructurar las empresas de desarrollo inmobiliario, un consumo más débil de lo previsto en un contexto de poca confianza y una contracción fiscal no prevista a causa de una menor recaudación de impuestos de los gobiernos locales”, resume el organismo.

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