El año del coronavirus acabó con 622.600 trabajadores menos y 527.900 parados más. Los datos publicados este jueves, de la EPA del cuarto trimestre de 2020, miden diferentes elementos del mercado laboral y permiten constatar que el impacto de la pandemia ha sido heterogéneo. Por edades, los jóvenes son los que se han llevado la peor parte, con una pérdida de trabajadores de casi el 20% entre los menores de 25 años respecto a 2019, cuando la media está situada en el 3,1%. El empleo en los servicios ha sido el más perjudicado por la irrupción de la COVID y las Comunidades Autónomas más afectadas, Canarias y Baleares, dan cuenta de cuánto daño ha hecho el virus al turismo y a las regiones que viven básicamente de este sector.
A continuación, se recogen algunas de estas particularidades en la crisis del mercado laboral por la COVID, que ha puesto fin en 2020 a seis años consecutivos de recuperación de empleo. En esta otra información, se amplían los datos de la EPA del cierre del pasado año, con datos sobre el alcance del teletrabajo, los hoagres con todos sus miembros en paro y sin ingresos y las horas efectivas de trabajo, entre otros.
1) Se recupera empleo, pero aún queda mucho destruido
El último trimestre del año sumó 167.400 trabajadores, según la encuesta, una cifra más abultada que en ejercicios anteriores y que ha continuado la senda de recuperación del empleo registrada en verano. Aunque en el tercer trimestre de 2020 el tirón del empleo fue más importante que en el cuarto, hay que tener en cuenta que el cierre del año es tradicionalmente peor para el mercado laboral y que además en los últimos meses de 2020 tuvo lugar la segunda ola del virus.
¿Qué vemos en la evolución del número de ocupados? Que el empleo se está recuperando, pero que aún queda mucho por restaurar. 2020 acabó todavía con 622.600 trabajadores menos y hay que recordar que la encuesta conatbiliza dentro de los ocupados a las personas en ERTE. Por sexo, el balance final de pérdida de empleo es muy similar: con 3,13% menos ocupados entre los hombres y un 3,10% de caída del número de trabajadoras.
Hay que destacar que los ERTE –el mecanismo de 'hibernación del empleo en el que aún se encuentran unos 700.000 trabajadores, según la Seguridad Social– han sido claves para reducir la destrucción de empleo en 2020. Pese a la enorme caída del PIB, que se prevé que ronde el 10%, la destrucción del empleo se queda en el 3%, según la EPA, algo inédito. 2021, que se supone que permitirá ganar terreno al virus gracias a la vacunación, es clave para ver la factura real de la COVID en el empleo y qué porcentaje de los puestos de trabajo sobreviven a los ERTE.
2) El empleo temporal siempre es más vulnerable
La debacle del empleo del segundo trimestre del año, con un millón de trabajadores menos, se cebó con los trabajadores temporales. Estos son los más vulnerables ante los problemas económicos, lo que para España es un problema muy importante porque tenemos muchísimo empleo temporal. En los dos últimos trimestres de recuperación de empleo, todavía muy marcados por la incertidumbre de la pandemia, vemos que el empleo temporal es que más está volviendo a aumentar.
El resultado: a finales de 2020, la tasa de temporalidad (porcentaje de trabajadores temporales sobre el total) vuelve a estar casi al mismo nivel que al cierre de 2019. Es del 24,6%, respecto al 25% de un año antes. Aquí, merece especial mención el sector público, que ha aumentado su personal eventual para hacer frente a la pandemia. Su tasa de temporal alcanza el máximo del 29,9%.
3) Los jóvenes se llevan la peor parte
El rostro de los más perjudicados por la pandemia son los jóvenes. Ellos son los que concentran una mayor destrucción de empleo respecto a los niveles precovid en cada grupo de edad. Entre los menores de 24 años, el descenso del número de ocupados es del 19%.
La tasa de paro, que en general terminó el año en el 16,1%, es también una muestra de la mayor afectación de los jóvenes en esta emergencia. Mientras que la tasa total de desempleo solo creció en 2,3 puntos porcentuales, en el caso de los menores de 25 años subió hasta el 40,1% a cierre de 2020, casi diez puntos superior a la del ejercicio anterior (30,5%).
4) Los servicios, los más perjudicados
El empleo en el sector servicios es el que ha registrado una mayor destrucción de empleo. Entre los grandes sectores, la EPA muestra que el número de ocupados en los servicios ha caído en un 3,6%, lo que supone que hay 537.100 trabajadores menos.
Le sigue en el descenso la industria, con una reducción de la ocupación del 2,5%, lo que se traduce en 70.100 personas menos trabajando que hace un año. El sector que mejor aguanta la crisis es la construcción, con solo un -0,3% de ocupación. La agricultura por su parte ha reducido su número de trabajadores en un 1,5% respecto al cierre de 2019, con 11.800 trabajadores menos.
En el siguiente gráfico se muestra un mayor desglose, con las actividades ordenadas según la pérdida de empleo en este 2020.
5) Canarias y Baleares, las más tocadas en el empleo
La afectación en el empleo tampoco es la misma por territorios. Los datos de la EPA evidencian cómo las Comunidades Autónomas más dependientes del turismo, Canarias y Baleares, son las que tuvieron peor cierre de año. Canarias perdió en el año de la COVID un 12% de sus trabajadores y Baleares un 8,1%. Le sigue, a mucha distancia, Catalunya, con un 4%.