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Madrid se queda sin embotelladora de Coca-Cola con el despido de 235 trabajadores

EUROPA PRESS

MADRID —

Coca-Cola Iberian Partners ha cerrado el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado hace unos meses con el despido de 235 trabajadores de la planta de Fuenlabrada (Madrid) que no se sumaron de forma voluntaria al plan de ajuste presentado por el embotellador único en España, según han informado a Europa Press fuentes próximas al proceso.

En concreto, cerca de la mitad de la plantilla de Fuenlabrada, integrada por 500 trabajadores, han recibido las cartas de despidos forzosos de la compañía, que completa así el proceso de reestructuración, donde se han visto afectadas 1.191 personas, y que ha quedado resuelto con el 80% de bajas voluntarias, según destacan desde la empresa.

Con este último paso, se completa la operación que supone el cierre de la planta de Fuenlabrada que llevaba paralizada en su actividad desde que los trabajadores iniciaran hace casi dos meses una huelga indefinida, así como los centros de producción de Asturias, Alicante y Palma de Mallorca, cuyo cierre también está contemplado en el ERE de la compañía.

El embotellador único ha resuelto ya cerca de las 1.700 solicitudes recibidas en el plan de adhesión voluntario, y sólo les falta resolver alrededor de un centenar de peticiones, por lo que esperan que a partir del 5 de mayo se inicien las recolocaciones.

En concreto, la adhesión al plan de ajuste en la producción de fábricas se ha situado finalmente en el 100% en las plantas de Asturias, Alicante y Palma de Mallorca, mientras que en la zona centro se ha llegado al 70%. No obstante, en el centro de Fuenlabrada el grado de consecución de los objetivos de reestructuración ha sido de un 60%.

Los trabajadores pertenecientes a cualquiera de los centros de trabajo y áreas afectados se podían acoger a una prejubilación a partir de 56 años, optar a una recolocación con una ayuda por traslado de 15.000 euros más 500 euros al mes para vivienda durante dos años, o solicitar una baja voluntaria incentivada con 45 días por año trabajado con un tope de 42 mensualidades más 10.000 euros adicionales.

Las salidas que se produzcan una vez finalizado el plazo de adhesión se harán con unas condiciones menos ventajosas, ya que se ofrecerá una indemnización de 33 días por año y 24 mensualidades como máximo. Fuentes de la compañía han explicado que los trabajadores que han recibido sus cartas de despido ya tienen sus indemnizaciones.

Comisiones no deja la lucha

En un comunicado, CC.OO. ha criticado que una vez más “con dinero y el mal uso del mismo, se ha pretendido tapar la realidad a base de campañas publicitarias, anunciando a bombo y platillo que en Coca-Cola no se despide y que con los 'voluntarios' la empresa había cumplido todos los objetivos que se pretendían en el ERE”.

En su opinión, una empresa multinacional “con enormes beneficios no puede nunca, pero menos en este momento con casi seis millones de parados en España, presentar un despido colectivo, alegando que por la fusión de siete empresas hay duplicidades y necesita organizarse mejor”.

En este sentido, han señalado que “siempre” han defendido “una negociación y acuerdo, sin cierres ni despidos forzosos”. Por ello, se oponen a los despidos colectivos forzosos que está ejecutando Coca-Cola Iberian Partners en el día de hoy, el mayor volumen de ellos en la empresa Casbega y dentro de la misma en el centro de producción de Fuenlabrada.

“Es más que evidente que esta medida no favorece a la resolución del conflicto, más bien al contrario”, entiende el sindicato, que ha asegurado que ahora se plantean como reto la opción de “readmisión de todos los trabajadores que han despedido forzosamente y que tan solo pretenden conservar su puesto de trabajo y su planta de producción”.

Por todo ello, desde CC.OO. aseguran que seguirán “con el conflicto y la demanda para la nulidad del ERE, hasta que consigan un plan industrial, de empleo y social, sin imposiciones de cierres y despidos forzosos”.

Aunque desaparezca el centro de producción, la sociedad resultante de la fusión de las embotelladoras tendrá su sede social en Madrid aunque la fuerza de trabajo estará en Catalunya.