Los cómos y los porqués de la venta de Bolsas y Mercados Españoles
Esta semana saltaba la noticia de que SIX, la bolsa de Suiza, ofrece comprar Bolsas y Mercados Españoles por 2.800 millones de euros, un tercio por encima del valor de las acciones de BME al cierre del mercado el viernes pasado. Seguidamente se supo que Euronext —que agrupa a las bolsas de Francia, Países Bajos, y algunos otros países europeos— había entrado en conversaciones con BME para hacer su propia oferta alternativa. La propuesta de SIX cuenta con el beneplácito de la dirección de BME. Está claro que la bolsa española resulta atractiva para otras bolsas europeas de mediano tamaño. Las más grandes, London Stock Exchange en Londres y Deutsche Börse en Alemania, llevan años flirteando con la posibilidad de fusionarse entre sí, pero no parecen estar interesadas en mercados más pequeños.
Se plantean varias preguntas. ¿Qué motiva a SIX y Euronext a querer comprar BME? Y ¿cuáles pueden ser las consecuencias para la economía española de la adquisición de BME por parte de una empresa extranjera?
BME agrupa a varias empresas de servicios en infraestructura financiera de España. Esto incluye mercados organizados de renta variable, renta fija, y derivados, así como servicios de compensación y liquidación de transacciones de valores, servicios de contrapartida central y servicios de registro de valores. SIX y Euronext proporcionan servicios similares en los países en los que operan. Por tanto, la principal motivación para adquirir BME es la diversificación geográfica de estos operadores. A pesar de la creciente integración de los mercados financieros europeos, los inversores siguen participando preferentemente en los mercados de su propio país y las empresas generalmente cotizan sus acciones en su mercado nacional.
Esto nos lleva a una posible motivación de SIX para comprar BME. Resulta que, como resultado de una disputa entre la Unión Europea (UE) y Suiza, ha terminado el libre acceso mutuo a los mercados de valores.
Solución para los obstáculos europeos de SIX
Después de varios años de negociaciones la UE y Suiza cerraron un nuevo acuerdo marco para sus relaciones mutuas en 2017, pero en Suiza hay fuertes resistencias a ratificarlo. Como forma de presión, la UE decidió no renovar desde julio de este año la llamada equivalencia regulatoria de los mercados de valores suizos, en particular SIX. Eso quiere decir que los inversores de la UE no pueden comprar y vender valores a través de SIX si éstos están disponibles en otro mercado organizado de la UE. Como represalia, el gobierno suizo prohibió que los valores cotizados en mercados suizos se negocien en mercados organizados de la UE.
Está claro, por tanto, que a SIX le conviene adquirir una filial domiciliada en la UE. Si es dentro de la zona euro mejor que mejor. Aunque el consejero delegado de SIX ha negado que su oferta de compra de BME tenga relación con la disputa entre la UE y Suiza, el presidente de SIX dijo que uno de sus objetivos era conseguir acceso sin barreras a otros mercados de capitales. Mientras tanto, BME afirma que servirá a SIX para expandir sus servicios dentro de la UE.
Independientemente de la disputa regulatoria entre la UE y Suiza, el hecho de que BME está en la zona euro permitiría a SIX ofrecer servicios de registro de valores, y de compensación y liquidación de transacciones, a toda la Unión Bancaria. Uno de los proyectos de la infraestructura financiera del Banco Central Europeo, llamado Target2 Securities, pretende usar el sistema de pagos existente en tiempo real y extendido a toda la zona euro, para apoyar la compraventa de valores. De esta manera sería posible acceder desde cualquier mercado de un estado miembro a todos los valores cotizados en cada uno de los demás. Claramente, la compra de cualquier mercado nacional de la zona euro sería beneficiosa para SIX al darle acceso a este sistema. El mercado español, por su tamaño y actividad, es particularmente atractivo. El único comparable sería el italiano, ya que el francés y el holandés son parte del conglomerado de Euronext.
Esto nos lleva a considerar las motivaciones de Euronext. Se puede ver a Euronext esencialmente como un proyecto de los mercados de valores francés y holandés para competir con los mercados de Londres y Alemania. Además de los mercados de París y Amsterdam, Euronext reúne los de Bruselas, Lisboa, Dublín y Oslo. Este último es el único que no es de la zona euro, aunque todos ellos están en el área económica europea. Como hemos observado, los siguientes mercados más grandes serían el español y el italiano. Euronext ha tenido conversaciones con BME en el pasado sobre una posible fusión, pero no llegaron a buen puerto. La oferta de compra de BME por parte de SIX pone a Euronext ante su última oportunidad para asociarse con el mercado de valores español. Es ahora o nunca.
Queda la pregunta de si, desde el punto de vista de España, es beneficioso o perjudicial que una empresa extranjera tal como Euronext or SIX adquiera los mercados y plataformas de apoyo españolas agrupadas dentro de BME. La respuesta es que probablemente da igual, por dos razones. En el caso de SIX, porque BME se convertiría en la base principal de la expansión del su negocio en la zona euro. Dado que no hay expectativas de que Suiza entre en la Unión Europea, los negocios de BME complementan, y no duplican, a los de SIX. En todo caso, SIX se ha comprometido, como parte de su oferta de compra, a mantener la gama de productos y servicios que BME ofrece en España.
Si Euronext compra, España puede perder servicios
En el caso de Euronext es bastante diferente. La integración creciente dentro de la unión bancaria hace pensar en la posibilidad de fusionar empresas que proporcionan servicios similares en diferentes países. Pero, por otra parte, los inversores y emisores de valores tienden a preferir sus mercados domésticos. En el caso de BME, está claro que por ejemplo el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), que está orientado a pymes, no tiene sentido que se deslocalice fuera de España. Para Euronext, el atractivo de BME es sencillamente expandir su base de clientes a inversores y emisores de valores españoles. Pero ciertos servicios de infraestructura, como la custodia de valores o el registro de compensación y liquidación de transacciones, generalmente involucran sólo inversores mayoristas o grandes bancos. Estos servicios se pueden proporcionar con cada vez más facilidad desde cualquier lugar de la unión bancaria. Si Euronext comprase BME, ésta última competiría en servicios mayoristas con las otras plazas europeas englobadas en Euronext.
Es poco probable que los accionistas de BME se opongan a la oferta de SIX; ya que de momento tiene el apoyo de la dirección de BME y ofrece una prima considerable sobre el valor de las acciones. Lo mismo se podrá decir si BME se acaba poniendo de acuerdo con Euronext sobre una oferta económicamente mejor. Queda la opinión de las autoridades de la competencia, españolas y europea, y los reguladores de mercado. Es poco probable que ninguna de estas autoridades se opongan. La fusión de SIX con BME daría lugar al tercer mercado más grande de Europa, a bastante distancia de las bolsas alemana y la de Londres. Por tanto, no se puede decir que sea una amenaza para la competencia. Lo mismo se puede decir de una posible adquisición por parte de Euronext.
En resumen, desde el punto de vista del inversor español, particularmente minorista, y de las empresas y entidades emisoras de valores, lo más probable es que nada cambie con la adquisición de BME por parte de SIX o Euronext. Pero cualquiera de las dos alternativas tendría consecuencias interesantes, y no aparentemente negativas, para el desarrollo de los mercados financieros europeos.