La guerra de las comisiones por la retirada de efectivo de los cajeros terminó con un cambio de modelo sobre quién cobraba la comisión por sacar dinero. Ahora es el banco dueño del cajero el que cobra por este servicio al emisor de la tarjeta, que decide si repercutírselo o no al cliente. Un cambio que “podría favorecer” a las grandes entidades frente a las pequeñas, por tener una red de cajeros más amplia que les permite actuar con independencia del resto, al no tener que completar sus redes para prestar un servicio a sus clientes por toda la geografía nacional, según el informe publicado ahora por la CNMC.
En abril de 2015, Caixabank rompió el status quo del sistema de cobro de comisiones y comenzó a cobrar dos euros por la retirada de efectivos a los no clientes. A partir de ese momento, hubo un posicionamiento de las entidades en dos bandos. Por un lado, los grandes bancos como Santander o BBVA que decidieron apoyar este modelo y por el otro, la banca pequeña o mediana, que eran los más perjudicados por este cambio de modelo. Mientras se decidía qué modelo prevalecía, algunos usuarios acababan pagando doble. Finalmente, tuvo que intervenir el ministerio de Economía recordando la norma de Banco de España que no se puede cobrar dos veces por un mismo servicio.
La CNMC en su informe concluye que “el nuevo sistema podría favorecer, en principio, a las entidades con grandes redes”. En este sentido, el regulador explica en el documento que la red de cajeros de Caixabank, Santander y BBVAsupone un 45% de la red de cajeros. Esta gran presencia en el territorio es la que las permite tener una posición de ventaja frente al resto de entidades. Así, las conclusiones del informe continúan asegurando que la red de cajeros les permite “actuar con independencia del resto, al no tener que completar sus redes para prestar un servicio a sus clientes por toda la geografía nacional, a la vez que les da libertad como adquirentes para cobrar por el uso de sus redes a terceros, en vez de depender de acuerdos multilaterales como ocurría en el sistema anterior”. De esta forma, el informe recuerda que la tasa por uso de cajeros se ha triplicado en estas entidades desde una cifra de alrededor de 65 céntimos hasta los 1,85 y 2 euros dependiendo de la entidad.
La CNMC considera que es pronto todavía para valorar el efecto que ha tenido la reforma de la ley sobre las entidades de mayor red en su faceta de propietarios de cajeros. El regulador dice que para saberlo será necesario conocer cuál ha sido el efecto de la reforma sobre la conducta de los usuarios, puesto que es de esperar que como consecuencia de la subida de las comisiones por el uso de cajeros ajenos, los clientes decidan acudir a la red de cajeros de su propia entidad (o con acuerdos), lo que podría neutralizar, o disminuir, los teóricos beneficios derivados de una fijación unilateral de comisiones.
¿Cuál ha sido el efecto de este cambio de modelo de cobro de comisiones en los clientes? La CNMC considera que “el impacto final sobre el usuario de cajeros será complejo de determinar”. Y diferencia entre los usuarios de un tipo u otro de entidades. “Si se produce una elevación generalizada de las comisiones por uso de cajeros ajenos, afectaría con más intensidad a los bancos con menor red y a sus clientes, quienes previsiblemente podrían ser los que soportaran la subida si la entidad emisora decide no asumir la comisión del adquirente. No hay constancia de que esta situación se haya producido por el momento”, apunta.