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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El fondo que ha comprado 3.000 millones en ladrillo de Bankia está afincado en Bermudas

Bankia anunció este lunes un importante recorte en sus activos tóxicos en el balance. Ha traspasado una cartera de más de 3.000 millones de estos restos de la crisis del ladrillo al fondo de inversión Lone Star, uno de los más activos en la compra de estos activos de la banca española. De este modo, la entidad española se une a sus competidores que han ido cerrando operaciones similares a lo largo de este 2018.

En este caso, Lone Star ha realizado esta operación a través del vehículo Lone Star Fund XI. Este fondo fue creado en julio con 6.000 millones de dólares para invertir en todo el mundo. Además, tal y como figura en su registro en la SEC, el organismo regulador del mercado equivalente en EEUU a la CNMV española, este fondo tiene su sede en Hamilton, en el archipiélago de las Bermudas.

Tal y como ha explicado Bankia a la CNMV, la operación se ha realizado con dos filiales sin especificar de Lone Star que, a su vez, controlarán al 80% sendas empresas a las que se traspasarán 1.650 millones en activos inmobiliarios. El otro 20% queda en manos de la entidad nacionalizada. Por otro lado, el fondo estadounidense controlará al 100% una cartera de 1.420 millones de euros en préstamos de dudoso cobro.

Consultadas por este hecho, fuentes de Bankia señalan que las sociedades hacia las que se transfieren los activos incluidos en la operación sí están afincadas en España. Además, añaden que la operación se ha realizado con “una gestión profesional en el marco de un proceso competitivo”.

Para Bankia esta operación es bastante relevante. Logra reducir su cartera de activos adjudicados, como se conoce a aquellos que ha recibido como garantía tras impagos, hasta los 2.500 millones de euros. Y recorta los préstamos de dudoso cobro de 10.362 millones a 8.900 millones. Es la mayor venta de este tipo que realiza, ya que hasta el momento se había centrado en recortar estos activos mediante pequeñas ventas o colocaciones en su red comercial.

Un fondo asiduo a mercados 'offshore'

Según figura en la propia web del fondo de inversión, Lone Star suele crear estos vehículos de inversión paralelamente en Bermudas y en Delaware, estado de EEUU conocido por su baja tributación para actividades empresariales. Lone Star, que fue fundada en los años noventa por el multimillonario John Grayken, tiene sus oficinas centrales en Dallas, en el estado de Texas. Uno de los aspectos más conocidos de su fundador es que, pese a haber nacido en Boston y tener su empresa afincada en EEUU, asumió la nacionalidad irlandesa por motivos fiscales.

El fondo ya realizó otra operación de calado en España durante este año, al anunciar en junio la adquisición de una cartera de activos tóxicos de unos 13.000 millones de euros de CaixaBank, que incluía el traspaso de su inmobiliaria Servihabitat. Entonces, lo realizó a través de dos fondos, Lone Star Funds X y Lone Star Real Estate Fund V, ambos aparecen paralelamente en Delaware y en Bermudas.

Los bancos han realizado importantes operaciones de venta de activos improductivos a fondos de inversión extranjeros. Así lo ha hecho Santander con Blackstone, BBVA con Cerberus o Sabadell con Intrum. El caso de Bankia no es el primero en el que estos inversores se sirven de vehículos de inversión levantados en circunscripciones de escaso control tributario. Cuando Blackstone adquirió el ladrillo de Banco Popular, lo hizo a través de una sociedad controlada desde las Islas Caimán.

En el caso de Bermudas, el país no está incluido en la lista negra de paraísos fiscales realizada por la Unión Europea. Pero sí está presente en el listado “gris” de países que son igualmente opacos pero que se han comprometido de alguna manera a reformar su regulación. Actualmente solo hay seis circunscripciones en la primera lista –Samoa, Samoa Americana, Islas Vírgenes, Trinidad y Tobago, Namibia y Guam– y 64 en la gris.

Sin embargo, este territorio británico de ultramar fue señalado por Oxfam Intermon como “el peor paraíso fiscal del mundo”. La organización apuntaba que se había convertido en un lugar buscado por las empresas estadounidenses para reducir el pago de impuestos por sus beneficios.