Las comunidades improvisan mecanismos para gestionar las bajas ante la avalancha de contagios
La avalancha de contagios de la sexta ola y el riesgo de colapso de la atención primaria han obligado a las comunidades autónomas a improvisar procedimientos alternativos para la gestión de las bajas médicas por coronavirus. Desde que las farmacias inicien el trámite con un sistema telemático para comunicar positivos, como ya hacen Catalunya, Comunitat Valenciana o La Rioja y prevé Baleares, a habilitar líneas de teléfono y canales web específicos, como en Madrid, Andalucía, Euskadi, Galicia o Aragón.
A preguntas sobre los diferentes protocolos que se han puesto en marcha, el Ministerio de la Seguridad Social recuerda que este trámite corresponde a las comunidades autónomas, que tienen sus propios procedimientos internos para gestionar las citas y la tramitación previa de las bajas de incapacidad temporal. A efectos de la prestación económica abonada por la Seguridad Social, “será una baja transmitida por los protocolos informáticos establecidos sin mayor particularidad”, indica el departamento de José Luis Escrivá.
La explosión de contagios ha tenido ya un fuerte impacto traducido en bajas laborales, tanto en el sector sanitario como en otros servicios esenciales y en el conjunto de la actividad económica. Este viernes, varias patronales reclamaban el alta laboral por COVID automática para evitar falta de personal. Es el caso del comercio alimentario, que ya supera las 20.000 bajas laborales por este motivo, y que advierte de que la decisión adoptada de algunas regiones de conceder bajas telefónicas en base a autotest de antígenos está suponiendo un problema añadido de gestión de las altas, que sí deben obtenerse de manera presencial en los centros de salud. Este sector plantea incluso acortar el actual periodo de siete días, que entienden está resultando insuficiente para garantizar la adecuada cobertura de las vacantes.
La información facilitada por el Ministerio es todavía incompleta. El martes, Seguridad Social difundió los primeros datos provisionales de las bajas COVID en diciembre, con 240.011 procesos de baja por incapacidad temporal hasta el día 23, el triple que en todo noviembre. Esa cifra no refleja la avalancha de positivos de las navidades. Y contrasta con las bajas COVID registradas según la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT): 566.175 personas en diciembre.
AMAT, que agrupa a las asociaciones de empresarios que colaboran con el sistema de la Seguridad Social en la gestión de las prestaciones, apuntó el miércoles que la expansión del virus con la variante ómicron ha provocado “un verdadero tsunami de bajas laborales” en diciembre que “no tiene visos de remitir en las primeras semanas de enero”. Y reclamó que se agilicen las altas de las incapacidades temporales ante “un alargamiento innecesario de los procesos” de baja por la saturación de la atención primaria.
A finales de diciembre, Gobierno y comunidades acordaron reducir las bajas por COVID de diez a siete días en los pacientes positivos –siempre que en los últimos tres días no tengan síntomas–, en un intento de evitar la paralización de muchas actividades por la proliferación de incapacidades temporales.
Fuentes de la Seguridad Social señalan que están tramitando las bajas que les llegan de los servicios autonómicos “sin ningún problema”, si bien el posible atasco no depende del Ministerio. También recuerdan que en enero del 2021 se tramitaron más de 600.000 bajas en un mes.
“No damos más de sí”
Como explica Carmen, médica en un centro de salud en Madrid, las bajas se otorgan por positivos, posibles positivos (personas con síntomas hasta que se hacen prueba) y contactos estrechos no vacunados. Los contactos vacunados no tienen baja ni cuarentena obligatoria: pueden ir a trabajar, pero los sanitarios recomiendan que reduzcan al mínimo su interacción. Esta profesional recuerda que la baja “la tiene que firmar siempre un médico” y “el autodiagnóstico se refiere a que el ciudadano puede hacerse el test de farmacia y, si es positivo, comunica esto a las autoridades sanitarias, a su centro de salud, y se da por válido”.
Para muchos madrileños, estos días está siendo imposible contactar con su ambulatorio por teléfono y se desplazan físicamente para tratar de tramitar la baja. La Comunidad de Madrid creó una Unidad COVID específica a la que se deriva a los ciudadanos que notifican positivos en el teléfono habilitado COVID (900 102 112). “Hay médicos en este servicio, que son quienes están tramitando las bajas. Pero están desbordados, no dan abasto”, explica Carmen. “El paciente, si necesita la baja y no le llaman de esta unidad para dársela, se presenta en el centro de salud y nosotras intentamos llegar a lo que podemos. Pero son muchos casos. Hay médicos que se están presentando voluntarios para ayudar a tramitar bajas doblando turnos”. “No damos más de sí. No llegamos y también enfermamos. En mi centro hoy hay dos compañeros contagiados”.
También hay estos días muchos problemas para notificar las bajas a los centros de salud en Cantabria. Allí debe solicitarse con prueba diagnóstica confirmada, por teléfono o en el correo electrónico COVID del ambulatorio que corresponda. Si una persona da positivo en un test de antígenos en su casa, debe llamar al centro de salud o ponerse en contacto con Salud Cantabria Responde (942 204 080), informa Laro García. “Los médicos también revisan los positivos diariamente y se ponen en contacto con los vulnerables o los que puedan necesitar baja por encontrarse en edad activa”, explica la Consejería de Sanidad, que señala que de media los médicos pueden tardar en atender al paciente hasta tres días. Muchos pacientes critican los problemas para contactar con el servicio: “Es imposible, hemos llamado 50 veces y están ocupados”.
En Catalunya, las bajas laborales por COVID han pasado de 27.249 en la primera semana de diciembre a 79.249 a finales de año, aproximadamente el triple. Poco después de Nochebuena, y ante la enorme presión en la Atención Primaria, la Generalitat decretó que aquellos que diesen positivo en un test de antígenos en casa ya no tenían que ir a su centro de salud para validarlo con otra prueba.
De esta forma, se pedía a la población que si daba positivo en estos test lo comunicase a su centro de salud de forma telemática –en citasalut.gencat.cat– para que constase en la historia clínica, iniciar el rastreo de contactos y, si es necesario, pedir la baja. En principio, con esta simple comunicación del positivo y la información de la marca del test –sin más prueba que esto–, el médico debe extender la baja. Es un sistema similar al que ha puesto en marcha Euskadi, donde esta semana un 4% de su personal sanitario se encontraba de baja por COVID. Allí se realiza a través de un formulario en la web de su servicio de salud.
Dudas ante los nuevos procedimientos
Los sindicatos en Catalunya lamentan que la gestión casi exclusivamente telemática de las bajas les ha hecho llegar numerosas quejas, con “muchísimas dudas y angustia por parte de quienes daban positivo en casa y no sabían cómo contactar con su centro de atención primaria para que les hiciesen el parte”, constata Núria Gigaldo, secretaria de Organización Externa de UGT en Catalunya.
Para ella, el principal problema no es si este circuito alternativo funciona correctamente, sino que muchos trabajadores no tienen la información necesaria para completar los trámites ni saben a qué webs acceder. “Los criterios van cambiando y yo sé cómo pedirlo porque lo he investigado y tengo los recursos para preguntarlo, pero no es nada fácil”, argumenta.
Ahora mismo, los portales de la Generalitat informan de que se puede pedir la baja a través de la web de cita previa o del portal 'La Meva Salut', a través del servicio e-Consultes (las consultas telemáticas). Pero este último está cerrado en algunos centros de salud debido al colapso y los médicos pueden tardar días en contestar.
Además, desde esta semana los positivos en test de antígenos se pueden notificar en las farmacias, que se encargan de trasladar la información al servicio de salud. Con este circuito, Gilgado se muestra algo más optimista, puesto que es más sencillo contactar con la farmacia, que es quien tramita la información, y luego el centro de salud se pone en contacto con el positivo por SMS para que tramite la baja si lo necesita.
En Galicia se ha puesto en marcha un sistema de autotest. El ciudadano se hace un test en su casa y si da positivo, tiene que llamar al Servizo Galego de Saúde para comunicarlo. En ese momento entra en un listado y debería recibir una llamada de su médico en 24 horas para tramitar la baja médica. El problema es que esa llamada no suele llegar tan pronto. La idea de la Administración Feijóo es liberar a los centros de salud de la gestión de bajas y llevar eso a la atención telefónica. Para agilizar ese trabajo, la Xunta acaba de contratar a 86 médicos jubilados para que se reincorporen a las labores administrativas y de gestión de incapacidades temporales. En cualquier caso, la sensación es que los primeros días tras dar positivo los trabajadores tienen que contar con la comprensión de la empresa en la gestión de su baja sin papeles, informa Gonzalo Cortizo.
En Extremadura, la Junta se está adaptando a la situación actual de la pandemia, teniendo en cuenta que las bajas por COVID ahora tienen una menor duración que otras enfermedades. Allí no existen incidencias a la hora de comunicarlas, informa Santiago Manchado. El Gobierno regional señala que se ha agilizado el proceso informático que utilizan los facultativos para dar las bajas, con especial atención a los profesionales esenciales para un seguimiento más personalizado. Desde el 1 de diciembre de 2021 al 5 de enero de 2022 se han iniciado 19.510 bajas en Extremadura, frente a las 14.219 del mismo periodo de hace un año. Son datos de los centros de salud de las 8 áreas de Extremadura, pero no se especifica el motivo de la baja.
Las medidas de las diferentes autonomías tratan de evitar el colapso en los centros de salud. Pero en algunos la situación ya es crítica, según sus profesionales. Y eso tiene consecuencias. Carmen, la doctora en Madrid, advierte de que la saturación de la atención primaria en la gestión de bajas y casos COVID supone descuidar otras patologías. “Si los teléfonos están saturados y si no hay citas ante tanto positivo, hay otras patologías a las que no estamos llegando”, lamenta. En ocasiones los propios pacientes ni acuden al médico ante las conocidas demoras y retrasos, lo que puede empeorar algunas enfermedades.
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