La portada de mañana
Acceder
Feijóo confía en que los jueces tumben a Sánchez tras asumir "los números"
Una visión errónea de la situación económica lleva a un freno del consumo
OPINIÓN | La jeta y chulería de Ábalos la paga la izquierda, por Antonio Maestre

Los Carceller evitan la cárcel pese a ser condenados por “uno de los mayores fraudes fiscales”

Los poderosos empresarios Demetrio Carceller Coll y su hijo Demetrio Carceller Arce han sido condenados a siete años de cárcel el padre y 13 meses el hijo por “uno de los casos de mayor importe de fraude fiscal cometidos en España”, según reconoce la Fiscalía Anticorrupción en una nota. La condena es fruto de un acuerdo con el Ministerio Público que incluye conmutar la condena por una multa de 93 millones de euros a los cuatro condenados, aunque el peso de la misma corresponde a los dos miembros de una familia cuya fortuna se originó en el corazón del régimen franquista. 

La sentencia de conformidad que ha dictado este jueves la Audiencia Nacional tras el pacto entre los acusados y la Fiscalía condena a Demetrio Carceller Coll por la autoría de 13 delitos contra la Hacienda Pública por haber eludido el pago de impuestos. Su hijo ha sido condenado como cooperador necesario de cuatro de esos delitos. También condena a Gabriel Pretus I. Labayen como cooperador necesario en la comisión de esos 13 delitos y a José Luis Serrano Florez como cooperador necesario por la comisión de doce de ellos. 

Los condenados ya han abonado las cantidades defraudadas, que ascienden a 24,6 millones de euros y los intereses devengados por las mismas (doce millones). Además de imponer penas de prisión de menos de un año, se les ha impuesto multas por importe de 55 millones de euros. En total, 93 millones de euros.

El escrito de acusación acusaba a los Carceller de haber defraudado 72 millones de euros solo en los ejercicios no prescritos, así como de haber cometido blanqueo de capitales, cargo éste que se ha retirado durante la misma, informan fuentes próximas al caso. La nota de la Fiscalía añade que este verano los abogados de los Carceller preentaron “nuevos documentos” que provocaron que se rebajara la cantidad que se les reclamaba. Una parte de los bienes por los que no pagaron impuestos correspondían a la esposa de Carceller Coll, según esto. 

“El acuerdo de conformidad, que ha dado lugar a una reducción de las penal inicialmente solicitadas, se ha alcanzado valorando la antigüedad de los hechos cometidos -años 2003 a 2009-, el pago total de las cantidades adeudadas, sus intereses, las costas del proceso, así como la asunción de responsabilidades por todos los acusados en este procedimiento”, dice la nota de Fiscalía. 

Las penas impuestas a Carceller Coll por cada uno de los delitos son de seis meses en los tipos básicos y de 9 en los agravados. En el caso de su hijo y los otros dos condenados son 3 meses para los tipos básicos y 4 meses y 15 días para los agravados.

A los condenados se les aplica el Código Penal vigente en el momento de los hechos, por serles más favorable, y así ninguna de las condenas supera el año de prisión. Esto, sumado a que se ha reparado el daño, ha motivado que las penas de prisión sean sustituidas por una multa que ha sido mayor para los Carceller que para los otros dos condenados “atendiendo a su capacidad económica”, dice Anticorrupción. “La ley preveía expresamente esta sustitución para los supuestos donde la reparación del daño adquiere especial relevancia”, añade.

Una familia multimillonaria

Los Carceller son hoy los dueños de la cervecera Damm, de la petrolera Disa (la más importante de Canarias), son los mayores accionistas de la constructora Sacyr (13% del capital) y poseen la cadena de restaurantes Rodilla, dentro de un gran ramillete de sociedades.

El padre y su mujer habrían residido durante años en secreto en la localidad madrileña de Galapagar. En secreto porque pretendían hacer creer a Hacienda que lo hacían en Portugal y Reino Unido desde 1990, donde tampoco pagaban impuestos. El heredero del emporio tenía en 2011 entre 1.200 y 1.400 millones de euros, según un cálculo del diario ‘El Mundo’. Mientras, el padre andaba por ahí con fajos de billetes para evitar dejar rastro con tarjetas de crédito, afirman los investigadores.

Carceller Coll ocultó ser el dueño de los paquetes de acciones en distintas empresas a través de un entramado societario compuesto por estructuras fiduciarias tipo ‘trust’, radicadas en paraísos fiscales como Panamá, Luxemburgo, Antillas Holandesas y Madeira. El apellido Carceller no podía dejar de aparecer en los papeles de Panamá.  Según publicaron El Confidencial y La Sexta, la familia es cliente del bufete Mossack Fonseca desde 1995.

Para dar forma a todo el entramado defraudatorio, los Carceller contaron presuntamente con la ayuda del abogado de Barcelona Gabriel Pretus Labayen, cuyo apellido ya dio nombre a la Operación Pretoria, una trama de corrupción y blanqueo en la que se vieron envueltos destacados dirigentes de CiU. Petrus y Jesús Serrano Flores, colaborador de la familia, completan la nómina de condenados.

Una fortuna nacida en el corazón del franquismo

Además de ministro de Franco, Demetrio Carceller Segura fue uno de los fundadores de Falange y ferviente defensor de la Alemania nazi. El investigador José Ramón Villanueva Herrero le considera “el iniciador de la corrupción a gran escala” en España.

El también historiador Josep Fontana describe así la actividad de Carceller Segura como ministro de Franco: “Ninguno de los negocios, empresas, industrias, comercios, permisos de importación, de explotación, negocios bancarios, establecimientos de industrias o su ampliación, o de comercio, ni una sola actividad industrial, comercial o de la banca españolas podía realizarse sin contar con el beneplácito de don Demetrio Carceller”.