Los brexiters (así se apoda a los ciudadanos de Reino Unido que votaron a favor de salirse de la Unión Europea) ya tienen una consecuencia palpable, y dolorosa, de su voto. Algunos de los productos de alimentación más populares en Reino Unido han desaparecido de la web de Tesco, una cadena de supermercados emblemática en el país. El fabricante Unilever quiere subir los precios de sus productos un 10% ante la caída de la libra, que ha encarecido sus costes. Tesco se niega y algunos de las marcas más emblemáticas han comenzado también a desaparecer de las estanterías de los supermercados, aunque el primer lugar donde ya no se pueden encontrar es en la página web.
La carestía más dolorosa para el británico es la de Marmite, una crema de untar hecha con levadura de cerveza y que es uno de los símbolos de la gastronomía local desde hace más de un siglo. Pero otras marcas más conocidas fuera de Reino Unido también escasean en los estantes de los supermercados: la mayonesa Hellmann's, los helados de Benn and Jerry's, productos de droguería Dove, sopas Knorr, las pastas de Bertolli, el suavizante Mimosín, el detergente Skip, o la margarina Flora ya han desaparecido en varias zonas del país.
Aunque la voz de alarma ha saltado con Tesco, los medios locales, como Guardian o BBC, apuntan a que sin duda esta misma negociación se está llevando a cabo con otras grandes cadenas de supermercados de todo el país. Algunas voces acusan a Unilever de aprovecharse del brexit para intentar subir precios, incluso de productos que se fabrican en Reino Unido.
Ante este ataque a uno de los productos locales más emblemáticos, los diputados conservadores han lanzado un boicot a la marca en redes, pidiendo comprar la alternativa, fabricada en Australia, Vegemite.
Pero algunos expertos en distribución consultados por los medios británicos reconocen que la caída de la libre ha tenido un impacto tremendo en las importaciones y ha encarecido los costes de este tipo de negocios. La libra ha perdido un 15% de su valor frente al euro desde que tuvo lugar el referéndum en junio y ya está prácticamente en paridad con el euro y también ha caído frente al dólar hasta cambiarse a 1,22.
Para un país importador de alimentos como es Reino Unido, las perspectivas de que la libra siga cayendo son demoledoras. Uno de los aspectos más importantes lo subrayaba hoy mismo en Twitter un Obispo anglicano local: la subida de los alimentos golpeará, especialmente, a los más pobres.