2.166.799,15 euros. Es lo que ha facturado desde su creación hasta 2015, coincidiendo con una brutal crisis económica en España, Decuria Consulting SL, consultora fundada en 2008 por Eduardo Zaplana, exdiputado del PP, exsenador, exministro de Trabajo (2002-2004), portavoz del último Gobierno de José María Aznar, expresidente de la Generalitat Valenciana (1995-2002) y exalcalde de Benidorm.
En 2015, la firma declaró una cifra de negocios de 236.000 euros, un 41,2% menos, y ganó 48.749,41 euros (un 67,4% menos), importe íntegramente destinado a reservas, como en el anterior ejercicio, según las cuentas formuladas en Madrid el pasado 30 de marzo de 2016 y depositadas recientemente en el Registro Mercantil.
Decuria, que llegó a facturar más de medio millón en 2012, tiene como actividad principal “el asesoramiento en el diseño, implementación, gestión, y control de medidas estratégicas para sociedades y fundaciones”. También se dedica “a explotación de los derechos de propiedad intelectual de sus socios en todas sus manifestaciones, en cualquier tipo de soporte o medio de comunicación existente o que pueda crearse en el futuro”.
Zaplana constituyó Decuria el 30 de mayo de 2008, un mes después de que Telefónica anunciase su fichaje como “Delegado de la Compañía para Europa”. Había renunciado en marzo de ese año a su escaño en el Congreso: “Hay que saber quitarse de la primera fila cuando toca”, dijo al anunciar un “abandono temporal de la política”. No existen datos sobre el sueldo de Zaplana en Telefónica, donde lleva de baja más de un año como consecuencia de la leucemia que se le diagnosticó a principios de 2015, y en la que conserva su despacho en sus históricas oficinas de la Gran Vía de Madrid.
El mes pasado, tras someterse en abril a un trasplante de médula, el político anunció en una entrevista en la Cadena Ser, aparentemente restablecido de su enfermedad, que ultima un libro de memorias y volvía a sembrar dudas sobre la autoría de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
En su perfil en LinkedIn, Zaplana dice que su puesto actual en Telefónica es el de “adjunto al secretario general” de la compañía, descripción que no se corresponde con la realidad. El propio Zaplana, preguntado por este asunto, se define como “asesor”, mientras que fuentes de Telefónica dicen que su actual cargo es el de “adjunto a la presidencia”.
Otros asesores de la compañía, entre ellos, el exdirectivo Luis Lada, han utilizado sociedades para facturar las labores de asesoría y reducir su carga fiscal. No es el caso de Decuria, según Zaplana, que dice que “jamás” ha facturado nada a Telefónica por su trabajo, que define como “un puesto funcionarial”. Añade que los ingresos de esta consultora tienen carácter “privado”.
En Logista, de la que es consejero desde 2012, Zaplana cobró 98.000 euros brutos en 2015, cantidad que no puede facturar a través de Decuria, ya que la cobra personalmente por su condición de vocal “independiente” de la compañía. Formalmente, el exministro no se perdió el pasado ejercicio ninguna reunión del consejo de Logista. No obstante, la empresa permite a sus vocales (entre los que está la exministra socialista Cristina Garmendia) no asistir a las mismas en su sede física (ubicada en Leganés, Madrid) si delegan su representación y su voto a favor de otro consejero, incluyendo las instrucciones oportunas.
En un piso de la Castellana
En sus cuentas de 2015, Decuria (que tiene dos empleados) recoge gastos de 57.811,20 euros en remuneración a miembros del órgano de administración y 10.000 euros en gastos por donativos a entidades sin fines de lucro, con derecho a deducción del 35%. Zaplana es patrono de FAES, la fundación del PP que preside Aznar, y hasta julio del año pasado presidió el histórico foro de debate político Club Siglo XXI.
Decuria es titular de un contrato de 'leasing' de un turismo BMW con un valor de 30.096,43 euros suscrito hace tres años y que expiró el mes pasado. La firma declara por primera vez en sus cuentas de 2015 una participación del 40% en la sociedad Atalaya Padel, dedicada a la promoción inmobiliaria, las “explotaciones deportivas y de ocio de todo tipo” y la organización de eventos.
Decuria tiene su domicilio fiscal en el número 138 del Paseo de la Castellana de Madrid, donde se ubica la vivienda de 532 metros cuadrados que, según informó el diario Levante en 2006, Eduardo Zaplana compró mediante un crédito de 1.622.732,68 euros que le concedió la CAM, la caja vinculada al Gobierno valenciano que tuvo que ser nacionalizada por el Estado en 2011.
Las cuentas de Decuria las firman Zaplana y su otra administradora solidaria, su hija mayor, Rosa María Zaplana Barceló. De la llevanza de sus cuentas se encarga una persona muy cercana al expolítico, el economista Francisco Grau Jornet, que fue secretario del consejo de administración de la CAM desde 1998 hasta 2007 y luego, miembro de su comisión de control hasta la intervención de la entidad.