La sucesión de récords del mercado mayorista de electricidad de los últimos meses se ha comido parte del ahorro acumulado durante años por los clientes domésticos acogidos a la tarifa regulada de la luz, el precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC), con respecto a los que están en el mercado libre. Estos últimos, con precios estables, van a comenzar a experimentar subidas a partir de este mes de enero, cuando se revisen muchos de esos contratos.
El PVPC lleva años en retroceso y es la modalidad a la que hay acogidos unos 10,5 millones de suministros de baja tensión. Esta tarifa, que cambia cada hora, es la que ha tomado hasta ahora como referencia el INE para medir la subida de la electricidad en el IPC, lo que explica una parte de la fuerte subida de la inflación de los últimos meses.
Tradicionalmente el PVPC ha sido, según los expertos y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), más barato que las ofertas que promocionan las eléctricas en el mercado libre, donde hay más consumidores acogidos, unos 16,2 millones de suministros, y que suelen tener contratos con una duración anual. Pero esa tendencia cambió en un 2021 en el que el denominado pool, al que está directamente indexado el coste de la energía en el PVPC, batió más de una veintena de récords, como consecuencia del efecto en el mercado mayorista eléctrico de la subida exponencial del gas.
Mientras en el mercado libre, con contratos a precio fijo, esas subidas (al igual que las bajadas) tardan en trasladarse, su efecto ha sido automático en la tarifa regulada, cuyo diseño planteó cambiar el año pasado el Gobierno con una consulta pública. En ella, el Ejecutivo ha constatado que no hay consenso para ligarlo a referencias que serían más estables pero implicarían un sobreprecio para el usuario, como ocurría con el sistema vigente hasta 2013.
El resultado de la espiral de subidas del pool ha sido que el recibo medio de un usuario tipo acogido al PVPC batió en 2021 todos los récords, pese a las medidas que adoptó el Gobierno para contener la escalada: rebajas de impuestos, drástico recorte de la parte regulada del recibo (los cargos) o aumento de los descuentos de la parte de consumo que subvenciona el bono social, que exige tener PVPC.
Mientras, muchos clientes en mercado libre vieron recortada su factura el pasado ejercicio al tener contratos firmados con anterioridad a esas subidas y al beneficiarse también de las medidas del Ejecutivo.
El consultor energético y responsable en Renovables de Menta Energía, Francisco Valverde, que lleva siguiendo la evolución de la tarifa regulada desde su creación en 2009, calcula que un consumidor tipo en PVPC, con 4,4 kW de potencia contratada y un consumo de 3.500 kWh/año, pagó el año pasado unos 936 euros anuales, cifra sin precedentes y un 43% superior a los 653 euros de un 2020 que fue inusualmente barato porque ese año el pool se hundió por la pandemia y la gran reclusión.
Valverde ve “muy complicado”, por no decir imposible, estimar una media para las ofertas del mercado libre. Allí “hay cientos de compañías, cada una tiene tres tarifas diferentes y está todo súper atomizado”. La referencia oficial son los informes anuales de la CNMC. Pero estos se publican con años de retraso.
Los últimos datos son de 2019. Entonces, según este organismo, el PVPC fue un 17% más barato que la media de las ofertas del mercado libre. En 2018, que había sido el año más caro de los últimos ejercicios hasta que llegó 2021, el sobreprecio del mercado libre se quedó, de media, en el 10%. Y en 2017 esas ofertas que publicitan las empresas fueron un 15% más caras que el PVPC, según la CNMC.
Teniendo en cuenta esas estimaciones de Competencia y la factura media anual de un consumidor en PVPC en el mismo periodo (2017-2019), solo en esos tres años el ahorro acumulado por un cliente tipo acogido a la tarifa regulada sería de unos 316 euros con respecto a otro en mercado libre: unos 105 euros al año. Y se antoja muy difícil que las subidas de 2021 hayan borrado ese ahorro acumulado.
La CNMC todavía no ha publicado el informe correspondiente a 2020. Entonces, el precio medio mayorista se hundió por la pandemia, y esto benefició a los clientes en PVPC que han salido perdiendo en 2021. Como apuntó a finales de 2020 el consejero delegado de Endesa, José Bogas, durante ese ejercicio se produjo una salida importante de clientes domésticos a la tarifa regulada por primera vez en muchos años: “acertadamente” vieron que la caída del precio del mercado mayorista hizo esta opción todavía más atractiva para el consumidor.
El estudio de CaixaBank
A falta de datos oficiales de la CNMC, una referencia para conocer lo ocurrido en 2021 es un reciente estudio de CaixaBank Research basado en el análisis de 2 millones de recibos de clientes domésticos domiciliados en esa entidad. Ese informe sostiene que, en términos globales, la factura eléctrica de 2021 (contando mercado libre y regulado) fue “similar” a la de 2018, el año que tomó como referencia Pedro Sánchez para su promesa del pasado septiembre, que el Gobierno ha dado por cumplida.
Ese estudio, que no tiene en cuenta la media aritmética, sino otra variable, el recibo mediano (un valor numérico que separa la mitad superior de un conjunto de la mitad inferior y que suele utilizarse para comparar magnitudes muy dispersas entre sí), confirma que los clientes en mercado libre fueron los grandes beneficiados y los de PVPC, los grandes perjudicados. En especial aquellos con mayores consumos.
De acuerdo con los datos facilitados a elDiario.es por los autores del informe, para los consumidores en el segmento libre el recibo mediano fue el más barato de los últimos años, al situarse en 861,2 euros, un 5,7% por debajo de 2020. Por contra, el recibo mediano en el mercado regulado fue el más caro de los últimos años: se situó en 579,5 euros, un 19,3% por encima del de 2020. La notable diferencia con respecto al recibo medio en PVPC se explicaría, entre otros factores, por el efecto de los mayores descuentos del bono social: de hasta el 70%, aunque manteniendo los topes que se subvencionan. Esto ha perjudicado a hogares vulnerables con alto consumo, como los que tienen calefacción eléctrica.
Valverde es muy escéptico con los resultados de este estudio, porque solo tiene en cuenta el importe final de las facturas giradas, sin discriminar si ha habido medidas de eficiencia por parte de los consumidores ante la coyuntura de precios, como bajadas de la potencia contratada o el consumo para hacer los datos comparables.
En cualquier caso, los datos de CaixaBank apuntan que en 2020, con el mercado mayorista en mínimos, el recibo mediano de los consumidores acogidos al PVPC fue el más bajo del periodo analizado. Y que ese año, el desplome del denominado pool no se tradujo en una bajada para los acogidos al mercado libre, cuyo recibo mediano fue igual al de 2019.
Con el nuevo año, toca revisar muchas ofertas. Como recuerda Valverde, “en enero, los del mercado libre, sobre todo las grandes compañías, tienen una cláusula por la que se actualiza el precio en función del IPC; y la superoferta que contrataste en octubre automáticamente se revisa”.
Según el comparador de tarifas SwitchHero, en enero la tarifa de la luz que las eléctricas ofrecen a los consumidores en el mercado libre es de media un 28% más cara que la de diciembre. Entonces, el pool batió todos los récords y los futuros, que determinan las expectativas del mercado a medio y largo plazo, también se dispararon a cotas inéditas.