La empresa ha confirmado en un comunicado que ha iniciado el proceso de “reestructuración” de su deuda corporativa, y que los hace en un “momento muy adecuado, dado que los tipos del euribor están bajos” con el “objetivo de mejorarla, dotarla de mayor flexibilidad y adaptarla al entorno”, tanto en su sector de actividad como en el financiero.
La agencia Bloomberg había informado antes que El Corte Inglés ha contratado los servicios de Morgan Stanley para ayudarle a reordenar su cartera de deuda. Al mismo tiempo, está negociando con los bancos, entre los que se citaba al Santander, para prolongar el periodo de devolución de la deuda.
Para tratar de atenuar el impacto de la noticia, la cadena de grandes almacenes afirma en el comunicado que cuenta con una importante cartera de activos inmobiliarios, “situados en lugares irrepetibles” con “un valor de mercado varias veces superior al importe de la refinanciación”. Sus fondos propios ascienden, según la empresa, a 7.450 millones de euros.
La noticia simboliza el hundimiento del consumo privado en España y su impacto en la mayor cadena de centros comerciales del país. La crisis incide de dos maneras en la facturación de la compañía. A las ventas se une su negocio crediticio con el que se financian las compras realizadas por sus clientes. En 2012, la Financiera el Corte Inglés concedió préstamos por valor de 6.097 millones, un 9,86% menos que en 2011.
El Corte Inglés obtuvo unos beneficios netos de 210 millones en 2011, con un espectacular descenso del 43%. La facturación descendió un 3,9%, lo que revela que el grupo prefirió ver reducidos sus beneficios antes que su cuota de mercado. La estrategia se verá puesta a prueba en años sucesivos a causa de la profundización de la crisis económica.