Los costes de los bienes intermedios o insumos de la industria (desde energía, hasta materias primas o cualquier otro bien o servicio necesario para la producción) cayeron en marzo por primera vez desde julio de 2020, según el índice PMI.
Este indicador adelantado sobre el sector manufacturero en España vuelve a marcar expansión de la actividad, tras hacerlo en febrero por primera vez en ocho meses. Y en marzo suma además crecimiento de los pedidos, de la producción y del empleo.
Según este mismo índice PMI, “aunque los precios de venta continuaron aumentando, la tasa de inflación fue la más baja desde noviembre de 2020”. Esta moderación de las subidas de precios debería trasladarse a la inflación que sufren las familias, y que mide el IPC (Índice de Precios de Consumo).
“La encuesta PMI de marzo proporcionó un abanico de noticias positivas con respecto al sector manufacturero español”, reconoce Laura Denman, economista de S&P Global Market Intelligence, la consultora que elabora estos indicadores. En concreto, el último índice industrial se basa en encuestas a 400 empresas entre el día 10 y el 24 del mes pasado.
“Es alentador observar una mejora en el comportamiento del mercado interno en España, ya que los datos de la última encuesta muestran el crecimiento más pronunciado de la producción manufacturera en poco más de un año, así como una nueva mejora en los volúmenes de la cartera de pedidos”, continúa la experta.
Denman considera la noticia más importante la caída de los coste, y considera que “dado que las tendencias de la demanda mundial aún son relativamente moderadas, podríamos observar una mayor atenuación de estas presiones durante los próximos meses”.
Previsiones del Banco de España
Recientemente, el Banco de España lanzó su proyección para este primer trimestre, para el que espera un crecimiento del PIB (Producto Interior Bruto) del 0,3%, respecto al último trimestre de 2022. La expectativa para el conjunto del ejercicio es del 1,6%.
“Entre los indicadores de naturaleza cuantitativa, el crecimiento de la afiliación [de trabajadores] a la Seguridad Social se intensificó en enero y, sobre todo, en febrero con respecto a los meses finales de 2022. Además, la recuperación de la actividad turística ha proseguido su curso, como apunta la estadística de las pernoctaciones de extranjeros, que, en enero, alcanzaron las cifras previas a la pandemia por primera vez desde su inicio”, resalta la institución monetaria.
Sobre el sector exterior, la reapertura de la economía china tras el levantamiento de su política de 'COVID cero' “ha contribuido a una mejora de las perspectivas de la actividad a escala global”.
Los efectos de esta reapertura sobre las dinámicas de la inflación a escala mundial son, en todo caso, de una magnitud e, incluso, de un signo inciertos. Por una parte, en un contexto de menores restricciones sanitarias en China, el mayor dinamismo de la actividad en esta economía asiática comportará, previsiblemente, una mayor demanda de bienes producidos en el resto del mundo y de materias primas“, comenta el Banco de España
“A partir de la primavera, se espera que la actividad económica presente un grado de dinamismo creciente, si bien en una coyuntura todavía muy incierta y en la que diversos factores seguirán induciendo una cierta debilidad sobre las dinámicas macrofinancieras de nuestra economía. Al incremento en el ritmo de avance del PIB contribuirán, entre otros factores, la disminución prevista de las presiones inflacionistas —con la consiguiente recuperación de la confianza y de las rentas reales de los agentes [trabajadores y empresas]—, el final de las alteraciones que aun persisten en las cadenas de aprovisionamiento global y la intensificación del despliegue de los fondos vinculados al Plan de Recuperación”, explica el Banco de España en su informe.
“No obstante, el crecimiento económico se verá contenido por el posible tensionamiento adicional que podrían experimentar las condiciones financieras, así como por la culminación de la traslación de los aumentos pasados en los tipos de mercado a los nuevos tipos del crédito y a la carga financiera de los agentes endeudados —esto es, por el impacto retrasado sobre la actividad que estaría asociado con el endurecimiento acumulado que ya se ha producido en el tono de la política monetaria—”, concluye.