El terremoto del colapso del Silicon Valley Bank (SVB), que este lunes arrastró a caídas bursátiles en toda la banca europea y de EEUU, se ha tomado un respiro. Eso, sin que nadie se atreva a aventurar abiertamente que no vaya a haber réplicas. Tras un desplome generalizado en Bolsa al comienzo de la semana, este martes los mercados reaccionaron volviendo a mostrar confianza en los bancos y recuperando parte de lo perdido. Casas de análisis como Moody's o Goldman Sachs descartan, además, un efecto contagio en Europa y destacan sus fortalezas frente al sistema bancario estadounidense. Eso sí, los analistas recuerdan que la banca europea “no es invulnerable”.
La caída de un banco californiano el pasado viernes abrió este lunes una fuerte desconfianza en el sector bancario mundial. Los inversores castigaron con fuerza a la banca. La española se dejó 11.800 millones de euros en valor bursátil en una sola sesión y la inquietud por si el caso del SVB se replicaba en más entidades estadounidenses se disparó. Una muestra más de la interconexión del sistema bancario internacional, incluso cuando no existen vínculos de negocio o de clientes, como era el caso.
Las autoridades estadounidenses tuvieron que reaccionar rápido durante el fin de semana para tratar de evitar un efecto dominó como el de 2008. Finalmente, además de tomar el control del SVB, intervinieron el Signature Bank. Crearon un fondo de 25.000 millones para proteger a otros bancos ante la huida de depósitos y garantizaron la protección del 100% de los mismos. Con esos mimbres arrancó la semana y toda la banca se desplomó en Bolsa. Los inversores temieron que hubiera más bancos en EEUU que iban a caer. Incluso se señaló a una entidades financieras regionales como los siguientes en ser intervenidos.
Pero la jornada pasó sin que se produjeran novedades en la crisis. El tsunami que se temió se quedó, por el momento, en una fuerte ola. Tras ella, los bancos han vuelto a levantar cabeza en la Bolsa. En Europa comenzaron tímidos este martes, con algunas caídas en las primeras horas. Sin embargo, los primeros datos que llegaban de EEUU y la previsión de que iban a rebotar con fuerza los bancos puestos en duda el día antes, arrastraron al alza a todo el sector.
Si Sabadell encabezó el lunes la caída de la banca española con un desplome del 11,8%, un día después rebotaba y crecía un 4,5%. También subieron el resto de bancos, que terminaron en verde. La mejora fue significativa, entre un 2% y un 4%, aunque sin recuperar todo lo perdido. Una situación que se repitió en toda Europa, dejando atrás los números rojos. Con escasas excepciones como el Credit Suisse, aunque en su caso se produjo esa caída por las dudas continuadas que existen sobre sus cuentas y su funcionamiento, tras haber presentado su informe anual con retraso y con un enfrentamiento con la SEC, la CNMV estadounidense.
Varios informes de casas de análisis han planteado con la crisis del SVB las dudas sobre el sistema bancario estadounidense, pero han confirmado que el posible contagio a Europa es limitado. “Esperamos que el impacto directo en bancos más allá de EEUU será pequeño”, aseguró la agencia Moody's en un informe sobre la banca europea. “Mantenemos nuestra confianza en la salud del sector bancario europeo”, apuntaba en la misma línea un estudio realizado por Goldman Sachs.
¿Qué cambia entre los bancos estadounidenses y los europeos? En primer lugar, la exposición a los activos que más problemas han generado al SVB. “La cartera de bonos de los bancos europeos es inferior a la que tienen los bancos regionales de EE UU”, asegura Sergio Ávila, analista de IG. “Una diferencia crítica entre ambos sistemas, que va a limitar el impacto más allá del Atlántico, es que los bancos europeos tienen menos bonos que los estadounidenses”, apuntaba Moody's en su informe. En concreto, estos suponen un 12% en el caso del balance de las entidades europeas, pero un 30% en las estadounidenses.
Este es un aspecto clave en la caída del SVB. El banco tenía un gran volumen de depósitos que se ha disparado en los últimos años, pero no tenía a quién prestar ese dinero, ya que sus principales clientes, las start ups, ya cuentan con otras vías de financiación en los fondos de inversión. Por ello, decidió apostar a bonos de deuda, especialmente respaldados por el sector público, que daban pocas rentabilidades. Mientras los tipos de interés eran bajos, el sistema funcionó, pero estos subieron y el grupo comenzó a tener problemas por la pérdida de valor de sus activos.
Más obligaciones regulatorias
Moody's apunta a que los bancos europeos tienen más obligaciones de capital que los estadounidenses. La regulación a este lado del Atlántico se ha mantenido férrea desde la pasada crisis financiera. Este modelo ha generado un gran volumen de liquidez para los bancos europeos frente a los estadounidenses, lo que alejaría un problema similar al del SVB, que ha tenido que vender activos a pérdidas para poder cubrir sus obligaciones.
Hay un dato utilizado por Goldman Sachs que ejemplifica esta diferencia. Es el índice loan to deposit (préstamos sobre depósitos) que divide el volumen de crédito sobre los depósitos que tiene el sector. Esto sirve para medir la liquidez de un banco. Si el ratio es muy inferior al 100%, significa que el banco no está logrando suficiente rentabilidad de su negocio ya que no estaría dedicando suficientes depósitos a conceder créditos. La media europea, según Goldman Sachs, es del 86%, frente al 67% de los bancos estadounidenses. El SVB tenía este índice en el 43%.
Pero la banca europea no solo se ha beneficiado de su mejor balance y de una regulación más fuerte. También de que el mercado ha visto con buenos ojos la reacción que han tenido las autoridades estadounidenses. Así lo apunta Ávila, que defiende que “la principal razón (para las fuertes subidas de este martes) es que los bancos afectados por el nerviosismo de la quiebra del SVB se están recuperando”. “La actuación de los reguladores ha detenido las retiradas masivas de fondos y esto está calmando al sector”, defiende el analista de IG.
Los bancos señalados en EEUU como posibles sucesores de la caída del SVB, especialmente First Republic, rebotaron con fuerza desde el comienzo de la sesión tras haberse hundido el lunes. Subidas de más del 50% apuntaron a un cambio del ánimo de los inversores respecto a estas entidades, lo que a su vez mejoró la cotización de los grandes bancos de EEUU. “El contagio parece ser bastante limitado, ya que los problemas fueron creados por un banco con poca o ninguna gestión de riesgos”, aseguró un gestor de Wall Street al Financial Times. “Las autoridades están interviniendo y haciendo lo correcto, así que no creo que las ramificaciones sean tan malas como parecen”, añadía.
A la situación de los balances y a que se haya calmado al sector, Ávila añade un tercer factor: en los últimos días, la crisis del SVB ha puesto en tela de juicio las rápidas y fuertes subidas de tipos de interés por el impacto que han provocado en la banca. Ahora, el ánimo de los analistas es que se puedan aflojar los aumentos de los tipos por parte de los bancos centrales. “Las apuestas del mercado son ahora que la Fed será menos agresiva en su próxima reunión”, apunta Ávila, apuntando también a que el dato del IPC en EEUU, del 6%, ha sido en media con lo esperado y el más bajo desde septiembre de 2021. “Si la Fed pone freno a la subida de tipos, se entiende que el BCE podría seguirle y hacer lo mismo, esto calma los ánimos también en Europa”, añade.
Efecto sobre el euríbor
Esta menor expectativa de subidas de tipos de interés ha tenido un efecto indirecto en un índice que puede tener repercusión en los hogares europeos: el euríbor. Este índice, que marca la revalorización de las hipotecas a tipo variable, ha retrocedido medio punto en dos días debido a las dudas sobre las futuras subidas por parte del BCE. El retroceso del euríbor está reflejando que si hasta este lunes la prioridad absoluta de los bancos centrales era la inflación, hoy la prioridad ha pasado a ser la estabilidad financiera.
Sin embargo, la crisis no se da por terminada y los propios analistas advierten que los bancos europeos no han esquivado del todo la situación. “Las diferencias críticas no hace que los bancos europeos sean invulnerables”, defiende el informe de Moody's. “Cuando la confianza se ha visto afectada, el contagio puede ser rápido”, añade la agencia de análisis, que considera muy relevante el efecto que la credibilidad del sector puede tener sobre una posible crisis. “Los balances de los bancos (...) a menudo son complejos y opacos con interrelaciones y exposiciones que a menudo solo se conocen después de que algo pase”, subraya.
El rebote de los bancos en Bolsa a uno y otro lado del Atlántico dan a entender que los inversores han visto contenida, al menos por el momento, la crisis. Ahora llega el momento de saber bien qué ha pasado y por qué no se vio venir el colapso de un banco con más de 200.000 millones en activos. Es por ello que el Departamento de Justicia de EEUU y la SEC están investigando la crisis de esta entidad, según avanzó el Wall Street Journal. Se trataría de dos investigaciones separadas y que analizarán también los movimientos de ventas de acciones que realizaron el consejero delegado del SVB y el director financiero antes del colapso.