Acceder a una vivienda es un problema para gran parte de la población y, al mismo tiempo, hay casi cuatro millones de inmuebles que están vacíos. Nadie vive en ellos. En concreto, más de 3,8 millones de casas estaban sin habitar en 2021, según los datos del censo de población y viviendas que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esos 3,8 millones de inmuebles representan el 14% del total. Un parque de inmuebles que, en ese momento, superaba los 26,6 millones de casas.
Saber cuántas viviendas vacías hay es un problema persistente, no solo por acotar la cifra, también por saber dónde están esas casas y qué hacer con ellas, cómo incentivar que entren en el mercado inmobiliario y acaben siendo habitadas.
En este censo, el INE ha cambiado la metodología. El organismo estadístico explica que, hasta 2011, las viviendas se clasificaban en tres tipos: principales, secundarias y vacías; y que esa categorización dependía de la información que recogiese el agente censal que visitaba cada edificio. Entonces, hace más de una década, cuantíficó 3,4 millones de viviendas vacías.
En cambio, la clasificación utilizada en el censo de 2021 “es mucho más precisa”, explica. Está basada en “datos más objetivos”, como son “los del consumo eléctrico que la vivienda ha realizado a lo largo de todo el año precedente al momento censal”. Es decir, parte de la premisa de que para vivir en una casa, hay que consumir electricidad, aunque sea mínima. De hecho, hace dos años ya avisó de que iba a cambiar la forma de medir.
En este gráfico se ve que en la España vaciada y en las zonas turísticas es donde se concentran más casas sin habitar
El INE se ha basado en el análisis de 28,8 millones de contadores eléctricos o CUPS (código único de punto de suministro), de los que más de 25 millones eran viviendas. Eso sí, matizan que son datos provisionales porque aún tiene que profundizar en fuentes y análisis de los municipios de menos de mil habitantes.
El análisis clasifica las viviendas en cuatro tipos: vacías, viviendas con muy bajo consumo, viviendas de uso esporádico y resto de viviendas.
Las vacías, en concreto, son aquellas que no llegan a un umbral mínimo de gasto eléctrico. El INE incluye aquí toda vivienda “que no dispone de contrato de suministro eléctrico o cuyo consumo total registrado en el año precedente ha sido menor al que una vivienda media de ese mismo municipio tendría si se ocupara durante 15 días en todo el año”.
“No obstante, para facilitar el análisis, se ha establecido otro umbral –fijo para todos los municipios- de 250 kWh que, de media y de forma aproximada, correspondería al consumo de una vivienda que estuviera ocupada durante un mes en el año”, aclara. Por eso, matiza, “a las viviendas con consumo por debajo de este umbral se las ha catalogado como de muy bajo consumo”.