El déficit del Estado cerró en 2022 en el 4,8%. Se trata de una cifra más baja de la inicialmente prevista por parte del Gobierno, que era del 5%. “Tal y como sucedió en los dos ejercicios anteriores, España logró cumplir con sus compromisos presupuestarios”, ha asegurado este jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La recaudación de impuestos alcanzó los 255.463 millones de euros, un 14,4% más que un año antes.
Hacienda constata así que tal y como se preveía el déficit público fue inferior durante el pasado año respecto a lo que se había presupuestado. El Gobierno mantuvo durante todo el año la previsión del 5% de descuadre en la cuentas públicas pese a los datos de recaudación extraordinarios que se iban conociendo, aduciendo los gastos extraordinarios de las medidas para solventar los problemas generados por la inflación.
Sin embargo, organismos como el Banco de España o la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal habían asegurado que el Gobierno estaba siendo excesivamente prudente y que el déficit público iba a acabar el año siendo inferior. La Airef, por ejemplo, señaló en enero que la previsión de cierre del pasado año rondaría un déficit del 4,5%.
Pese a que el Gobierno había mantenido su objetivo de déficit, era consciente de que las cifras serían finalmente más positivas. Aseguraba Hacienda que se debía a un ejercicio de prudencia ante la incertidumbre de la economía. De hecho, el Ejecutivo ya envió a Bruselas un plan presupuestario en el que se estimaba el uso de un colchón de en torno a 10.000 millones para prorrogar ayudas frente a la inflación que se obtenía mediante el aumento de la recaudación.
Cabe recordar que Bruselas tiene suspendidas las normas fiscales por lo que España no se encuentra en el procedimiento del déficit excesivo pese a superar ampliamente el 3%. El descuadre se produjo en 2020, cuando el Estado tuvo un déficit del 11% provocado por la pandemia. Desde entonces ha ido reduciendo la cifra, con el fin de volver a situarse por debajo de aquella barrera en 2025. “Es obvio que si un país cumple, incluso en ausencia de reglas fiscales, tiene más credibilidad para presentar reformas que permiten que Europa las avale”, ha asegurado la ministra.
Según ha informado el Ministerio de Hacienda, la administración central tuvo un déficit del 3,1%, las comunidades tuvieron un desfase del 1,1%. Las corporaciones locales tuvieron un déficit del 0,1% y la Seguridad Social, del 0,5%.
El año ha terminado con un registro récord de 255.463 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 14,4% respecto a los datos de 2021. Se trata de la mayor recaudación jamás alcanzada por el Estado. Montero ha asegurado que cinco puntos de este crecimiento corresponden a la inflación, mientras que el grueso se produjo por la mejora del empleo, del consumo y de los resultados de las empresas. El IRPF ha aumentado su recaudación un 15,8% y Sociedades creció un 20,8%.
El IVA, el impuesto más afectado por el aumento de los precios, creció menos que las otras dos grandes figuras fiscales, un 13,9%. Montero ha mantenido que la inflación no explica todo el crecimiento, ya que la tasa de referencia en ese periodo fue del 8,4%.
La ministra de Hacienda ha destacado que las medidas anticrisis que aprobó el Gobierno han supuesto un gasto de 35.000 millones de euros. Montero ha destacado que la sobrerrecaudación se ha devuelto a la sociedad en forma de ayudas frente a la inflación. El Ministerio asegura que ese incremento del gasto por la crisis es el doble de los ingresos obtenidos por el Estado gracias a la inflación.