“Si hubiera un poquito más de orden habría más inversiones”. “La incertidumbre política implícita va a pesar sobre la confianza de empresas y consumidores, y por ende a las perspectivas económicas”. “De momento, la economía española lo está haciendo bien, pero la situación política se ha tornado muy complicada”. “La economía española se debilita por la ausencia de un Gobierno”.
Son algunas de las declaraciones de empresarios e inversores en los últimos meses para alertar de un terremoto económico ante la ausencia de Gobierno o la posibilidad de que las políticas económicas cambien. Sin embargo, los datos son tozudos: las últimas cifras macroeconómicas muestran una economía que tira para adelante y un mercado laboral que crea empleo, aunque temporal. La falta de acción política hace que el crecimiento florezca de forma desordenada: ni en los sectores más necesitados, ni de forma sostenible ni equitativa. Pero por el momento, la incertidumbre política no ha paralizado la economía tal y como aventuraban algunos.
El presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, dijo hace solo dos meses que si la situación política continuaba, el PIB se vería afectado y se dejarían de crear 170.000 empleos. Según Vega, la economía y el consumo estaban ya sufriendo “un grave frenazo”. También el banco de inversión Goldman Sachs alertaba en enero de que la incertidumbre política afectaría a la confianza de empresas y consumidores, y debilitaría las previsiones económicas del país.
Willie Walsh, consejero de IAG (el grupo de Iberia y British Airways) también aseguró hace unos días que su opinión sobre la economía española es ahora más pesimista que hace un año: “Los gobiernos forman parte de la economía”.
El mensaje de estos empresarios e inversores tiene poco que ver con los últimos datos. El PIB encadena once trimestres seguidos de subidas: en los tres primeros meses del año creció un 0,8%, un 3,4% en términos interanuales. Fue precisamente el consumo de los hogares y el gasto de las administraciones públicas lo que impulsó la economía. Ambos conceptos crecieron por encima de lo que lo habían hecho a finales de 2015. Ese crecimiento del 0,8% se ha mantenido estable en los últimos tres trimestres.
El último informe de coyuntura económica del Servicio de Estudios de BBVA asegura que la ausencia de Gobierno y la incertidumbre restarán hasta ocho décimas hasta 2017, pero mantiene su previsión de que la economía crecerá al 0,8% durante el segundo trimestre. “A pesar de que no es evidente un deterioro de la actividad ante la falta de definición de un Gobierno en España, esto no quiere decir que el impacto en el PIB no se esté produciendo”, asegura el documento. De algo similar avisa el servicio de estudios de CaixaBank.
Índice de incertidumbre
La escuela de negocios IESE elabora mensualmente un índice de incertidumbre económica. Según el indicador de mayo, la incertidumbre en España cae por cuarto mes seguido y se sitúa en niveles similares a los de 2007, antes de que estallara la crisis económica. Para el profesor del IESE Miguel Ángel Ariño, se dan las condiciones para que se mantenga el crecimiento económico en España. En cuanto al paro, califica las cifras de “muy notables” pero sí considera que su ritmo de caída ha sido “ligeramente inferior” al del año pasado por la incertidumbre.
Las cifras del Ministerio de Empleo señalan que el paro registrado bajó en mayo en 119.768 personas, un descenso que es el mayor de la serie histórica para un mes de mayo. Por primera vez desde 2010, ha descendido de la barrera de los cuatro millones. La creación de empleo ha sido, además, muy abultada: el mes pasado la Seguridad Social sumó 198.004 afiliados más. En lo que llevamos de año el paro registado se ha reducido en 255.000 personas y se han generado 500.000 empleos.
En cuanto a inversiones, España recibió 21.700 millones de euros de fondos y empresas extranjeros en 2015, un 11% más que el ejercicio anterior, según el Ministerio de Economía.
Sin embargo, la presidenta del Santander, Ana Patricia Botín, reclamaba en marzo un acuerdo político rápido para evitar que la situación actual afecte a la economía. “El teléfono suena menos”, dijo sobre las inversiones.
Siempre se ha dicho que los empresarios están más cerca de la economía real pero su percepción frente a las cifras no puede ser más dispar. Algunos casos de países sin Gobierno, como Bélgica e Italia, ya habían demostrado que la economía de un país avanza con independencia de la celeridad en la formación de los Ejecutivos.
La mala sensación de los grandes empresarios españoles puede proceder de que desde hace años un 65% del negocio de las multinacionales procede de fuera de España. Lo que fue un activo durante la recesión española se ha convertido en un lastre en un momento en el que los mercados emergentes están duramente golpeados, con especial incidencia de Brasil al que las empresas del Ibex tienen gran exposición.
Los datos de inversión tampoco avalan estas teorías de parálisis. La inversión extranjera en 2015 creció con fuerza y, por el momento, no se observa ninguna fuga de capitales, tal y como algunos estaban aventurando.
Por el momento, la coyuntura macroeconómica no se resiente por la falta de Ejecutivo. Ante la fuerza del sector del turismo en España, salvo sorpresas externas (como el Brexit o shocks petrolíferos, por ejemplo), la buena marcha seguirá al menos hasta julio, lo que encadenará casi tres trimestres estadísticamente boyantes. La situación de China y de los emergentes y el precio de las materias primas condicionarán el otoño y el invierno. Pero por ahora, sigue siendo primavera en la economía.