Deutsche Bank, primer banco de Alemania, tuvo en 2017 una pérdida neta atribuida de 497 millones de euros, un 63,3 % menos que en 2016, por la reforma fiscal en EEUU.
Deutsche Bank informó hoy de que perdió en el cuarto trimestre del año pasado 2.186 millones de euros, un 15,6 % más que en el mismo periodo de 2016.
El presidente de Deutsche Bank, John Cryan, dijo al presentar el balance que en 2017 han logrado el primer beneficio antes de impuestos desde hace tres años y que los números rojos después de impuestos se produjeron “a finales de año por las cargas de la reforma fiscal en EEUU”.
Antes de impuestos logró en 2017 un beneficio de 1.289 millones de euros, frente a la pérdida de 810 millones de euros un año antes, “pese a un entorno de mercado difícil, bajos tipos de interés y más inversiones en tecnología y sistemas de control”, añadió Cryan.
“Sólo por las cargas de la reforma fiscal en EEUU a finales de año hemos tenido que contabilizar una pérdida. Vamos por el buen camino para lograr un crecimiento sostenido y rendimientos más elevados manteniendo los costes y la disciplina de riesgo”, apostilló el presidente de Deutsche Bank.
El resultado antes de impuestos fue mejor en 2017 porque Deutsche Bank tuvo menos depreciaciones y menos costes por litigios que en 2016.
Cryan también explicó que Deutsche Bank avanza en la integración del banco minorista Postbank y en el proceso para sacar a bolsa su división de gestión de fondos pero que todavía no están satisfechos con el resultado.
En el cuarto trimestre Deutsche Bank también tuvo una pérdida antes de impuestos de 1.345 millones de euros (-2.416 millones de euros un año antes) porque los ingresos en los mercados de capital no fueron buenos y por los costes de la venta del negocio de banca privada y de empresas en Polonia, así como por los costes de reestructuración por la fusión con Postbank.
No obstante, en el último trimestre del pasado ejercicio los costes por litigios y las depreciaciones también habían sido menores que un año antes.
Los ingresos por intereses se redujeron el año pasado un 15,2 % (12.469 millones de euros), mientras las provisiones para riesgos en los créditos bajaron un 62 % (525 millones de euros).
Los ingresos no relacionados con intereses cayeron en el mismo periodo un 9 % (13.979 millones de euros).