Cerca de una decena de directivos de empresas de energías renovables y grandes suministradoras de electricidad han ingresado en los últimos meses, desde que estalló la pandemia, más de 88 millones de euros vendiendo acciones de sus empresas, que operan en uno de los sectores que han salido fortalecidos en Bolsa con la crisis del coronavirus.
La mayoría de esa cantidad corresponde a un multimillonario semidesconocido: Francisco José Elías Navarro, presidente y máximo accionista de Audax, una empresa catalana dedicada a la promoción de proyectos de energía renovable y a la comercialización de luz y gas en España, Hungría, Holanda, Italia y otros países europeos.
Según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elías ha vendido desde marzo acciones de Audax de 83,3 millones de euros. Una parte muy importante de ese paquete se vendió el pasado 7 de enero, cuando se desprendió de 25,8 millones de títulos de Audax por 56,5 millones de euros. La operación se ha comunicado a la CNMV este mismo lunes.
Además, entre marzo y noviembre, Elías vendió acciones de Audax por importe de unos 26,5 millones en operaciones que se concentraron especialmente durante el verano, cuando se desprendió de títulos por valor de unos 18 millones. Además, realizó compras por unos 4 millones de euros en operaciones realizadas en marzo y en mayo de 2020.
Elías ha realizado esas compraventas a través de su sociedad Eléctrica Nuriel SLU, con la que controla cerca del 83% de Audax. En 2020 esta empresa superó por primera vez los 1.000 millones de capitalización bursátil.
Aunque a gran distancia de las del dueño de Audax, también son millonarias las ventas que llevaron a cabo el año pasado cinco directivos de Iberdrola que se embolsaron 4,38 millones con ventas de títulos realizadas entre marzo y diciembre. Entre ellos destacan el director del Negocio Liberalizado de Iberdrola, Aitor Moso, que ingresó 1,66 millones en agosto al desprenderse de golpe de 150.000 títulos; y el director de Desarrollo Corporativo, Pedro Azagra, que entre marzo y mayo ingresó 1,54 millones.
Este último, ex Morgan Stanley, es, con diferencia, el directivo de Iberdrola que más acciones ha vendido en los últimos años. Desde 2013, Azagra ha ingresado 4,14 millones vendiendo títulos que ha recibido en su inmensa mayoría en los sucesivos planes de incentivos de la multinacional bilbaína.
Iberdrola fue una de las compañías más alcistas del Ibex en 2020. Mientras el año pasado el selectivo retrocedió un 15,45% (fue la mayor caída entre las bolsas europeas), la eléctrica se anotó una subida del 27% que le permitió batir récords de capitalización. Las operaciones de esos directivos se hicieron a precios inferiores a los actuales, dado que la eléctrica está en máximos históricos. Este año va camino de desbancar a Inditex como la empresa con mayor valor de la bolsa española.
Subida del 47%
En la eléctrica líder del mercado español, Endesa, solo consta una venta de títulos en 2020, la que realizó en noviembre su director general de Medios, Pablo Azcoitia. El pasado 5 de noviembre, Azcoitia ingresó algo más de 100.000 euros al vender 4.100 acciones de Endesa a un precio de 24,6 euros.
Ese precio es un 47% superior a los 16,65 euros por título por los que compró un paquete idéntico de acciones el 20 de marzo, en plena oleada de compras de directivos y consejeros que aprovecharon el crash bursátil que siguió a la gran reclusión para invertir en sus empresas.
Las últimas ventas de acciones de directivos de empresas renovables corresponden al productor fotovoltaico vizcaíno Solarpack. Dos miembros de su cúpula, pertenecientes a las familias que controlan la empresa, ingresaron cerca de 900.000 euros el pasado diciembre vendiendo títulos de la compañía: la directora financiera, María Burgos Galindo, hermana del confundador y consejero delegado, Pablo Burgos, se embolsó más de 475.000 títulos; y el responsable de Desarrollo Corporativo, Javier Arellano Galíndez, otros 416.000 euros.
Esas ventas se cerraron a precios de entre 20,7 y 27,3 euros por título, inferiores a la cotización actual de Solarpack, que este 2021 ha llegado a superar los 35 euros. Cotizada en bolsa desde diciembre de 2018, la vizcaína fue una de las empresas más alcistas de la bolsa española en 2020. Entre sus accionistas (6,5%) está la familia Ybarra Careaga, una de las grandes fortunas españolas que aprovecharon el crack de marzo para invertir en compañías cotizadas.
Desde marzo, no constan en los registros de la CNMV ventas de directivos de Solaria (que desde ese mes ha protagonizado un rally que la ha llevado en volandas hasta el Ibex), Soltec (que desafió a la COVID-19 saliendo a cotizar el pasado octubre), Red Eléctrica, Naturgy ni Grenergy, que salió a bolsa en diciembre de 2019 y desde mediados de diciembre está en racha.
Con la fotovoltaica y la eólica consolidadas como las fuentes de generación de electricidad más barata, la catástrofe económica por la peor pandemia del último siglo no ha truncado la fulgurante trayectoria alcista del sector en bolsa en los últimos años, aunque un informe de BNP Paribas conocido el pasado viernes advertía del riesgo de sobrevaloración del sector en España. El aviso provocó fuertes caídas en bolsa encabezadas por Solaria, el valor estrella del Ibex en 2020, con una subida del 247%.
La burbuja de proyectos renovables llevó al Gobierno a aprobar en junio un Real Decreto-Ley para poner orden en el aluvión de permisos de conexión a la red, en paralelo a la creación de un sistema de subastas de asignación de potencia que pretende canalizar el aluvión de inversiones necesarias para la transición energética.
La primera de esas subastas, que grandes eléctricas como Endesa rechazan por entender que no son necesarias, se va a llevar a cabo a finales de este mes. Enero ha comenzado con los precios de la electricidad en máximos históricos por la histórica ola de frío asociada a la borrasca Filomena, la mayor demanda, el aumento de la cotización internacional del gas que queman las centrales de ciclo combinado para cubrir el consumo y el aumento del precio de los derechos de emisión de CO2.
Una escalada que, según el Gobierno, es “coyuntural”, y que llega tras el desplome de precios que propició la pandemia en 2020. La subida de precios del denominado pool ha llevado al Gobierno a pedir a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) “que investigue si ha habido irregularidades en el mercado”, según anunció el viernes el ministro de Consumo, Alberto Garzón.