¿Economía circular u oportunidad de ingresos? Ikea, Zara y Decathlon buscan su hueco en el negocio de segunda mano
Un negocio que hace unos años ni se planteaban, pero que tras la irrupción de aplicaciones donde los usuarios compran y venden productos de segunda mano –como Wallapop o Vinted– y al calor, también, de la exigencia de la sostenibilidad, se ha convertido en una oportunidad para generar ingresos con los que antes no contaban. Las multinacionales del comercio se han lanzado a capitalizar la venta de artículos de sus marcas o de terceros a los que se puede dar una segunda vida. Así lo han hecho en España gigantes del gran consumo, como Inditex, Ikea o Decathlon, pero no son los únicos porque otras empresas, como H&M, Zalando o Amazon, también han apostado por la misma estrategia.
Estas compañías más que hablar de una estrategia comercial prefieren definirla como una apuesta por la “economía circular”. De ese modo la llama la cadena francesa de prendas y productos para hacer deporte, Decathlon. La compañía, controlada por la familia francesa Mulliez –la misma que es dueña de otras multinacionales del comercio como Alcampo o Leroy Merlin–, ha puesto en marcha espacios en parte de su red de tiendas para dedicarlos a la compraventa de estos artículos a los que se puede dar otra oportunidad, ya sea porque los compradores están concienciados con la sostenibilidad, porque buscan ingresos extra o porque quieren comprar a precios más económicos.
“Si está limpio y en buen estado, te lo compramos”, asegura Decathlon como lema comercial. Básicamente, realiza una tasación y abona el importe de esta al vendedor y, después, lo revende. No compra todo lo que comercializa de primera mano, pero sí una gran parte de artículos, desde bicicletas a patines, pasando por esquís, equipos de fitness o de golf, hasta tiendas de campaña o tablas de surf. ¿Qué diferencias de precio puede haber? Por ejemplo, la filial española vende online, de primera mano, una bicicleta plegable de 20 pulgadas por 330 euros y, de segunda mano, por 280 euros. Eso sí, la propia compañía matiza que las fotografías de estas últimas “no son contractuales”. Es decir, no se corresponden al 100% con la bicicleta original.
Da información sobre los clientes
En el caso de Decathlon, habla de un proyecto de economía circular porque, además de esa venta de segunda mano, también ha puesto en marcha un proceso de reparación y de alquiler de artículos, ya sean bicicletas o tablas de paddle surf. Se ofrece por días o por meses, en una especie de servicio de suscripción similar al de las plataformas de contenidos audiovisuales y que le permiten abrir una nueva vía de negocio.
Algo similar ocurre con Ikea. Hace unos días, la filial de la multinacional sueca comunicó que ampliaba a todo el territorio español el servicio de la plataforma online 'preowned', que básicamente permite la compraventa de muebles de segunda mano, pero también su donación. Antes de ampliar esta actividad lo testó con una prueba piloto en Madrid. Hizo algo similar en Noruega, en Oslo, antes de lanzarlo al conjunto de ese mercado.
Ikea explica que este modelo funciona y, además, deja entrever que es una fuente de información. Hace unos días, comunicó que la prueba piloto ha sido satisfactoria porque ha tenido casi 120.000 visitas mientras ha estado operativa, desde agosto hasta diciembre, y casi la mitad de los usuarios eran personas de menos de 35 años. Y con ella la compañía ha podido analizar cuáles son los hábitos de compra de sus clientes de artículos de segunda mano.
Por ejemplo, seis de cada 10 ya compraban muebles usados –en las tiendas físicas Ikea ya contaban con un espacio para estos productos– y los más vendidos son artículos para el salón, los dormitorios o de almacenaje. En cuanto a las series de muebles, “las más vendidas han sido Hemnes, Malm y Besta”, enumera.
La multinacional nórdica no da detalles económicos de cuánto le genera el negocio de segunda mano. Es lo habitual. Tampoco Inditex ha desglosado, al menos hasta el momento, datos financieros de cuánto le aporta Zara Pre-Owned, que permite tres tipos de acciones. Por un lado, contratar la reparación de prendas de la marca. Por otro, la donación de estas. También, la venta online de ropa o complementos de segunda mano, que tienen que ser de la marca del grupo gallego.
En sus resultados de este año, la compañía de Arteixo ha ido desglosando que, hasta octubre, Zara Pre-Owned estaba operativo en 17 países, entre ellos España. Hay otras empresas del negocio textil, como H&M y Zalando, que tienen en marcha servicios similares. Esta última, sí indica en el informe anual que, a través de su plataforma, comercializa cerca de 270.000 artículos.
Un negocio que ha crecido con la inflación
Las empresas no dan detalles sobre cuánto aporta la venta de productos de segunda mano, pero sí hay análisis de terceros de cuánto puede suponer. En 2022, con el despegue de la inflación, en todo el mundo se llegó a alcanzar el equivalente a 170.000 millones de euros, según un análisis publicado por la agencia Bloomberg. Una cifra que representó un repunte del 30% respecto al año anterior, cuando los precios estaban bajo control. Según ese mismo análisis, en 2027, la facturación del sector podría despegar hasta los 336.000 millones de euros.
Algunas compañías no desvelan cifras exactas, pero sí dan pistas. Por ejemplo, uno de los responsables de Amazon en Reino Unido cuantificó su actividad de segunda mano en Europa en cerca de 1.000 millones de libras (alrededor de 1.200 millones de euros) y afirmó que, solo en el Reino Unido, vendió en 2023 alrededor de cuatro millones de artículos usados, según recogió la agencia Reuters.
Que el negocio funciona se ve en las valoraciones de algunas empresas, que no cotizan, pero sí han dado entrada a inversores para reforzar su accionariado. Una de ellas es Vinted. La plataforma lituana vendió en noviembre parte de su capital a la firma TPG, en una operación que le supuso valorarse en cerca de 5.000 millones de euros. De momento, Vinted vende fundamentalmente ropa, pero está sondeando ampliar su presencia en otros productos como teléfonos móviles o artículos de lujo, como relojes.
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