Las plantillas de las multinacionales se plantan en Estados Unidos: huelgas en Amazon y Starbucks en plena Navidad
La temporada navideña no está siendo tranquila para dos multinacionales estadounidenses que han visto como parte de sus plantillas se pone de huelga para reclamar una mejora de sus condiciones laborales en jornadas donde el consumo se dispara. Los trabajadores de Amazon y de Starbucks han puesto en marcha paros en Estados Unidos y evidencian así un malestar que está en línea con lo que ya ha ocurrido en los últimos meses en otros gigantes empresariales, como Boeing, donde las protestas obligaron a parar la producción de sus aviones.
Los casos de Amazon y de Starbucks son diferentes, pero tienen muchos nexos en común. Respecto a la cadena de cafeterías, uno de los sindicatos que representa a sus trabajadores, Workers United, ha llamado a la movilización a los empleados de más de 500 establecimientos para reivindicar mejoras salariales, en las condiciones laborales y en los horarios, tras meses de negociación con la empresa que no ha dado frutos.
La protesta comenzó la pasada semana en algunas ciudades, pero se ha ido extendiendo en unas jornadas que marcan los picos de consumo de todo el año. En un primer momento, estaba prevista en urbes como Los Ángeles, Chicago o en Seattle, donde tiene su sede Starbucks, pero a lo largo de los últimos días se ha ampliado a otros puntos, como Denver o Nueva York.
Workers United, que representa a cerca de 10.000 trabajadores en Estados Unidos, hace énfasis, sobre todo, en la situación salarial, que ha llevado al 98% de los empleados que representa a respaldar los paros. El sindicato pone como ejemplo a una trabajadora que cobra 16,5 dólares por hora trabajada. Asegura que con la oferta de mejora salarial que ha propuesto Starbucks, del 2,5% de cara al próximo año, su retribución aumentaría en 0,40 dólares por hora. “Eso no es nada, equivale a una bebida de Starbucks a la semana”, ironiza el sindicato.
Por su parte, la empresa afirma que la propuesta que reivindica este sindicato supondría un aumento salarial de entre el 64% y el 77% a lo largo de tres años, según la información publicada por la agencia Reuters. “Eso sería insostenible”, justifica la multinacional. Además, Workers United asegura que ha presentado decenas de denuncias ante el organismo que supervisa las relaciones laborales en Estados Unidos (National Labor Relations Board), entre otros motivos, por despedir a trabajadores que se sumaban a la representación sindical o por incumplir las jornadas laborales.
Los paros han supuesto un golpe para Starbucks, que en agosto cambió su cúpula directiva y nombró consejero delegado a Brian Niccol, que había dirigido la cadena de comida mexicana Chipotle. Su misión, revertir la situación financiera de la multinacional, que acumula varios trimestres con caídas de ingresos. Entre julio y septiembre, el último periodo del que ha presentado resultados, las ventas de la compañía en los locales abiertos desde hace más de un año –que indican la evolución comparable del negocio– se recortaron un 7% respecto a 2023, Sin embargo, en Estados Unidos la caída fue del 10% y en China, del 14%.
“Sentarse a negociar”
También reclaman una negociación para mejorar sus condiciones laborales los repartidores de Amazon que están sindicados a través de Teamsters. Este sindicato representa a cerca de 10.000 empleados del gigante del comercio online de ciudades como Nueva York, Atlanta, San Francisco, así como del sur de California.
De nuevo, presionan durante la campaña navideña porque es el momento en el que hacerse oír, por los picos en las compras, para reclamar una mejora salarial. “Si su envío se retrasa” durante estas semanas “puede culpar a la avaricia insaciable de Amazon. Le dimos un plazo claro para que se sentara a la mesa e hiciera lo correcto para los trabajadores que representamos. Lo ignoraron”, justificó el representante de Teamsters, Sean M. O'Brien.
En cambio, Amazon define este paro más como una protesta que como una huelga, según recoge EFE. También afirma, según esta agencia, que en las movilizaciones de los últimos días han estado presentes personas ajenas a la compañía y que se ha presionado a empleados para que se uniesen a la movilización, a la que, remarca, solo estaban convocadas 10.000 de las 800.000 personas que trabajan para Amazon en Estados Unidos.
Las protestas de las últimas semanas no son algo aislado. La recta final de 2024 ha estado marcada por las movilizaciones laborales en varios gigantes empresariales. Una de las que ha hecho más ruido ha sido la de Boeing, porque el cese de la producción de aviones tras parar cerca de 30.000 trabajadores ha conllevado que la multinacional disparase sus números rojos por encima de los 7.000 millones de dólares.
No solo está habiendo paros en Estados Unidos. En Europa, empresas como Volkswagen llevan meses de tira y afloja y negociaciones con la plantilla. En el caso del grupo automovilístico, se han saldado en los últimos días con un acuerdo para sellar 35.000 bajas en Alemania antes de 2030, de forma “socialmente responsable”, según ha pactado con el poderoso sindicato IG Metall. En este caso, la multinacional también se ha comprometido a no cerrar fábricas y a reducir los bonus de su más alta dirección.
Los paros y las protestas también han llegado a empresas poco acostumbradas a la conflictividad laboral, como el gigante francés del lujo Moët Hennessy Louis Vuitton (LVMH). En este caso, los que han parado son los empleados de Hennessy por la intención de la empresa de llevarse a China parte de la producción de coñac y evitar así los aranceles que ha impuesto a esta bebida el gigante asiático.
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