La presión ultra lleva a gigantes estadounidenses como Walmart, Boeing o Ford a retirar sus estrategias de diversidad
La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y la ola ultraconservadora en ese país están teniendo una derivada en el mundo empresarial que afecta directamente a la gestión de sus equipos y a las políticas para fomentar la igualdad. Algunas de las grandes multinacionales de ese país, desde el gigante de la distribución Walmart, pasando por el fabricante de coches Ford, hasta el gigante aeronáutico Boeing, están reduciendo sus estrategias para ampliar la diversidad, en gran medida por esa creciente presión de los movimientos conservadores.
El último paso lo ha dado el gigante de la distribución Walmart, considerado la mayor empresa de hipermercados del mundo. Como contexto, durante el año pasado facturó más de 611.000 millones de dólares, el equivalente a 578.000 millones de euros; y asegura que suma una plantilla de más de 2 millones de personas en todo el mundo, de los 1,6 millones corresponden a Estados Unidos.
En su país, Walmart va a poner freno a sus políticas de diversidad, equidad e inclusión, conocidas por el acrónimo DEI. De esta forma, tendrá menos en cuenta factores como la raza o el género para impulsar la diversidad de su plantilla y la contratación de proveedores, según la información publicada por la agencia Bloomberg.
El gigante de la distribución también va a dejar de participar en análisis y estudios promovidos por organizaciones como Human Rights Campaign, que defiende los derechos LGTBQ+ en el mundo empresarial; y revisará su participación en el Orgullo, según la citada información.
Esta situación no es un caso único, en los últimos meses, otras multinacionales del sector de la distribución, como Target o el fabricante de cerveza Budweiser, han vivido boicots por su posicionamiento en favor de la diversidad. “Muchos de nuestros empleados se han enfrentado en las tiendas a la reacción negativa de los clientes a nuestro surtido Pride”, reconoció hace un año el presidente y consejero delegado de Target, Brian C. Cornell, quien también asumió una caída de ventas por el boicot a sus tiendas. “Miembros de nuestro equipo empezaron a recibir amenazas y reacciones agresivas que afectaron a su sensación de seguridad y bienestar en el trabajo”, desglosó en una presentación a inversores.
El cambio en la política de Walmart coincide con la publicación en redes sociales de un vídeo en el que el activista contrario a las medidas en favor de la diversidad, la equidad y la inclusión, Robby Starbuck, aseguraba que se había puesto en contacto con directivos de la empresa para que cambiaran sus planteamientos empresariales o, en caso contrario, enfrentarse un boicot. Sin embargo, Walmart asegura en la citada información que ya había decidido replantearse su estrategia antes del video del activista conservador.
Una política promovida por la Administración Biden
Estas políticas en favor de la diversidad y la igualdad han sido una de las prioridades del Gobierno de Joe Biden. Poco después de llegar a la Casa Blanca, firmó una Orden Ejecutiva para promover los derechos civiles, la justicia racial y la igualdad de oportunidades en la Administración federal, a la que llegó meses después de la muerte de George Floyd a manos de un policía.
Tras esa decisión de Washington, las empresas recogieron el guante para promover ellas mismas ese tipo de política, hasta el despegue de la visión ultraconservadora. Por ejemplo, el Gobernador de Florida, Ron DeSantis, que aspiró a la presidencia, prohibió en 2023 que los colegios públicos y las universidades destinaran fondos a promover las estrategias DEI, por entender que son elementos de adoctrinamiento.
También el Project 2025, impulsado por el 'think tank' Heritage Foundation, está detrás de derogar este tipo de políticas de inclusión. Y Trump se ha rodeado de ideólogos de este proyecto para su futura Administración, porque ya ha designado a casi media docena de personas que contribuyeron al desarrollo de ese plan, que busca llevar a cabo la “segunda revolución americana”. De hecho, durante la campaña presidencial, la candidatura republicana lanzó la idea de que Kamala Harris aspiraba a la Casa Blanca porque los criterios DEI la ayudaron a llegar a la vicepresidencia con Biden.
En este escenario es donde las multinacionales estadounidenses han decidido echar el freno a las estrategias DEI. Una de ellas, el grupo automovilístico Ford. “Somos conscientes de que nuestros empleados y clientes tienen una amplia gama de creencias, y el entorno externo y legal relacionado con cuestiones políticas y sociales continúa evolucionando”, aseguró el consejero delegado de Ford, Jim Farley, en un comunicado interno donde explicaba la nueva política de inclusión e igualdad, recogido por la agencia Reuters.
Mientras, Boeing puso fin en octubre a su departamento específicamente enfocado en las políticas DEI y lo embebió dentro del área de Recursos Humanos. En este caso, el recorte va más allá, porque el gigante aeronáutico lleva meses inmerso en una crisis con varias derivadas. Por un lado, por los problemas con algunos de sus modelos, después que un 737 Max perdiera una puerta en pleno vuelo. Por otro, por la huelga de cerca de 30.000 empleados que se ha saldado con pérdidas de miles de millones de dólares. Por ello, anunció que iba a recortar su plantilla en cerca de 17.000 personas, el 10% de su fuerza laboral.
Boeing fue una de las empresas que recibió las críticas de Elon Musk por avanzar en las políticas DEI. “¿Quieres volar en un avión donde se ha priorizado la contratación de personal con enfoque en la diversidad, la equidad y la inclusión por encima de tu seguridad?”, aseguró en la red social X poco después del accidente del 737 Max.
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