Parece la trama de un culebrón, pero es la forma de nombrar altos cargos del Gobierno liberal del Partido Popular. La primera decisión del nuevo súperregulador de Competencia, la CNMC, ha sido nombrar como directora a la sobrina del ministro de Economía, Beatriz de Guindos. El movimiento ha empujado una ficha de dominó en el escalafón con el nombramiento de la hija del ministro de Agricultura, Micaela Arias. Arias era la persona de confianza de De Guindos en su anterior cargo como subdirectora de Industria y Energía.
Las dos recién ascendidas son funcionarias de carrera del cuerpo del Estado que más poder aglutina en este momento: los técnicos comerciales del Estado, conocidos como los tecos. Luis de Guindos lo es, y también sus dos secretarios de Estado, así como prácticamente toda la cúpula del Ministerio de Industria, los integrantes de la Oficina Económica de Moncloa y un sinfín de cargos intermedios. Quienes han trabajado con ellas de cerca reconocen su valía y experiencia dentro de Economía.
El nombramiento de la sobrina de De Guindos pone aún más en cuestión la independencia de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el súperregulador que echará a andar la próxima semana. El diseño de este organismo, que debe ser por sus funciones totalmente independiente del Ejecutivo, está manchado desde su inicio. Su estructura es la misma que la que aconsejó la auditora PriceWaterHouseCoopers a Telefónica, una de las compañías que más depende de las decisiones de este organismo. Se da el caso de que Luis de Guindos fue consejero de PWC.
Preguntado en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, De Guindos ha asegurado que se había enterado del nombramiento “por la prensa”. Además, ha aclarado que es el consejo de la CNMC el que hace los nombramientos en los que el Gobierno no interviene. Los diez consejeros se nombraron a propuesta de Economía, y ocho de ellos tienen relación con el Partido Popular.
Ante las deficiencias de diseño que no garantizan la independencia del organismo, criticado duramente por la Comisión Europea, el PSOE se abstuvo de nombrar a los dos consejeros que le tocaba, tal y como se suele pactar en la composición de este tipo de órganos. Así las cosas, de los diez consejeros que forman la CNMC, tres proceden de círculos afines al Partido Popular, una al PNV, otra a CiU, y otros tres fueron nombrados directamente por el Gobierno.
Entre estos nombramientos de personas que trabajaban en la Administración, destaca especialmente el de una persona de la absoluta confianza de Álvaro Nadal, actual director de la Oficina Económica de Moncloa. Ya que De Guindos ya se había hecho un organismo a la medida y había logrado situar al frente como presidente a un hombre de su confianza, José María Marín, Nadal situó a su segunda de abordo entre los consejeros para tener un pie en esta poderosa estructura.
De Guindos ha contraatacado con el nombramiento de su sobrina. Beatriz desempeñaba hasta el momento el cargo de directora de Competencia en el Ministerio, un cargo que ya había desempeñado su tío al principio de su carrera bajo uno de los gobiernos de Aznar antes de ser ascendido por Rodrigo Rato a secretario de Estado de Economía.
Esta lucha entre Nadal y De Guindos está trufando de familiares la alta dirección de Moncloa y Economía. El Boletín Oficial del Estado (BOE), publicó este sábado la creación de dos direcciones generales dentro de la Oficina Económica, asemejando cada vez más este departamento monclovita a un miniministerio. Al frente de una de las direcciones Nadal ha situado a su cuñada, Eva del Valle, que también es teco. Del Valle está casada con Alberto Nadal, actual secretario de Estado de Energía y hermano mellizo del director de la Oficina Económica de Moncloa.