Las economías de la UE se desploman al cierre de 2020 por las nuevas olas del coronavirus a pesar del repunte del verano

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Después de un crecimiento espectacular en el tercer trimestre de 2020, tras una caída aún más espectacular en el segundo trimestre, la Unión Europea se ha desplomado al cierre de 2020 por las nuevas olas del coronavirus en el tramo final del año. Así lo constatan las primeras aproximaciones de Eurostat, al oficina estadística de la UE, publicadas este martes. De acuerdo con una primera estimación del crecimiento anual para 2020 realizada por Eurostat, el PIB cayó un 6,8% en la zona del euro y un 6,4% en el conjunto de la UE.

En el cuarto trimestre de 2020, el PIB desestacionalizado disminuyó un 0,7% en la zona del euro y un 0,5% en la UE, en comparación con el trimestre anterior, según la estimación preliminar de Eurostat. Estos descensos, relacionados con las medidas de contención de la COVID-19, llegan tras un fuerte repunte en el tercer trimestre de 2020 (+ 12,4% en la zona del euro y + 11,5% en la UE), y los descensos más pronunciados desde el inicio de la serie temporal en 1995 observados en el segundo trimestre de 2020 (-11,7% en la zona euro y -11,4% en la UE).

Eurostat advierte de que “estas estimaciones preliminares del PIB se basan en fuentes de datos que están incompletas y sujetas a revisiones adicionales”.

En comparación con el mismo trimestre del año anterior, el PIB desestacionalizado cayó un 5,1% en la zona del euro y un 4,8% en el conjunto de la UE en el cuarto trimestre de 2020, tras un -4,3% en la zona del euro y un -4,2% en la UE en el tercer trimestre en relación con el mismo periodo de 2019.

Entre los Estados con datos disponibles para el cuarto trimestre de 2020, Austria (-4,3%) registró la mayor disminución en comparación con el trimestre anterior, seguida de Italia (-2%) y Francia (-1,3%), mientras que Lituania ( +1,2%), Letonia (+ 1,1%) y España (+0,4%) registraron los mayores incrementos. Las tasas de crecimiento interanual seguían siendo negativas para todos los países.

Rebajas del FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó la semana pasada en 1,3 puntos porcentuales el pronóstico de incremento del PIB español para 2021, dejándolo en un 5,9% frente al 7,2% que había previsto el pasado octubre. La caída contrasta con la marcha económica del mundo, donde las previsiones del Fondo se han revisado al alza en 0,3 puntos porcentuales con respecto a la previsión anterior para alcanzar un crecimiento del 5,5% en ese año. Ahora bien, nuestro país va alineado con las previsiones de la Unión Europea, que pierde un punto porcentual respecto a la previsión de octubre y reduce el crecimiento en 2021 al 4,2%, según la actualización del informe de “Perspectivas Económicas Globales” que el Fondo ha hecho público este martes.

En esta revisión, el organismo multilateral que dirige Kristalina Georgieva reduce al 11,1% la caída del PIB español en 2020 (se mantiene como una de las economías más castigadas del mundo), frente al 12,8% que había pronosticado hace tres meses, y eleva 0,2 puntos porcentuales el crecimiento español en 2022, hasta el 4,2%. Salvo Estados Unidos, el pronóstico de las economías avanzadas es superior por décimas al que tenía el FMI el pasado octubre, una visión más positiva del débil crecimiento para Europa en 2021.

Dentro de las economías de euro, España no es la que sale más perjudicada en esta revisión de las previsiones económicas del FMI. El organismo multilateral reduce 2,2 puntos porcentuales el crecimiento de Italia que solo aumentará un 3%, mientras que disminuye un 0,7% el PIB de Alemania para 2021, situándolo la subida en un 3,5%, y reduce en medio punto porcentual la perspectiva de la economía francesa, que crecerá un 5,5% este año. A pesar de la rebaja, España será el país que más crecerá en 2021 entre las principales economías de la zona euro, según las previsiones del fondo.

Sin embargo, en el conjunto de las economías avanzadas, la evolución de la Eurozona es deprimente. La previsión de Estados Unidos para 2021 se ha revisado al alza en dos puntos porcentuales, con un crecimiento del 5,1%, “reflejando el arrastre del fuerte impulso de la segunda mitad de 2020 y el apoyo adicional del paquete fiscal de diciembre de 2020”. Respecto a Japón, el incremento de previsiones ha sido de 0,8 puntos porcentuales, con un aumento del PIB al 3,1% para 2021, que según el Fondo se debe “al impulso adicional de las medidas fiscales introducidas a finales de 2020”.

La previsión es que China crezca un 8,1% en 2021, manteniendo prácticamente las previsiones de octubre, siendo India la economía emergente que explosionará este año con un aumento del PIB del 11.5%, 2,7 puntos porcentuales más que en el pronóstico del pasado octubre, mientras que Rusia verá crecer su economía un 3%; Brasil, un 3,6%; y México, un 4,3% en 2021.

Problemas para el turismo

El FMI avisa de que “los exportadores de petróleo y las economías basadas en el turismo se enfrentan a perspectivas especialmente difíciles, teniendo en cuenta la lenta normalización prevista de la actividad transfronteriza, de la normalización de los viajes transfronterizos y las perspectivas poco halagüeñas de los precios del petróleo”. Un claro aviso para España donde el 14% del PIB depende del turismo.

Como principales riesgos para la economía mundial, el Fondo advierte que “el crecimiento podría resultar más débil si la oleada de virus (incluso de nuevas variantes) resulta difícil de contener, las infecciones y las muertes aumentan rápidamente antes de que las vacunas estén ampliamente disponibles, y el distanciamiento voluntario o los bloqueos resultan más fuertes de lo previsto”.

Especial atención pone el Fondo en las vacunas, que ve como una fuente de clara para “impulsar la confianza de las empresas y los hogares, lo que generaría una mayor recuperación del consumo, de inversión y el empleo, y las empresas contratarían y ampliarían su capacidad en previsión del aumento de la demanda”, pero también advierte del fuerte impacto económico que puede suponer que “el despliegue de las vacunas sufra retrasos, que la indecisión generalizada dificulte su adopción o que la inmunidad sea más corta de lo previsto”.