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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Choque entre EEUU y la UE por las medidas de Bruselas contra Apple, McDonald’s o Starbucks

Estados Unidos ha contestado a Bruselas después de que la Comisión Europea se planteara endurecer las medidas contra la evasión fiscal de las multinacionales. El secretario del Tesoro de EEUU, Jacob Lew, ha acusado sin rodeos a Bruselas de estar “fijándose en compañías estadounidense de manera desproporcionada” en una carta fechada el pasado 11 de enero. La propuesta de Bruselas llegó tras las revelaciones realizadas por la Comisión en los últimos meses según las cuales numerosas firmas internacionales como Apple, Fiat, Amazon, McDonald's, Starbucks o Google tributaban menos en algunos países de la Unión Europea cuantos más beneficios obtenían. Esta decisión ha desatado ahora una contrarrespuesta de Estados Unidos.

Temerosa de verse reducida a paraíso fiscal, la Comisión Europea presentó en enero una propuesta de directiva que, teniendo en cuenta la cantidad de dinero estimada que dejan de pagar las multinacionales por sus beneficios en la UE -de 50.000 a 70.000 millones de euros según el comisario Pierre Moscovici-, no parece demasiado revolucionaria. De aprobarse, los 28 estados miembros podrán gravar si lo desean los beneficios empresariales obtenidos por las multinacionales en la UE pero transferidos a terceros países, esto es, paraísos fiscales. Pero si no lo desean podrán dejar las cosas como estaban, y no incrementar la presión fiscal sobre las compañías ni recaudar lo que estas deben.

La medida sin embargo no ha sentado muy bien en Washington, como prueba la misiva revelada por Bloomberg: “Hasta tres de los cuatro actuales casos supuestamente afectan a compañías estadounidenses”, protesta Jacob Lew.

“Además, los informes hechos públicos sugieren que la Dirección General de Competencia [de la Comisión] persigue recaudar miles de millones en multas de firmas estadounidenses, y no es así con las no estadounidenses”. La última investigación de la que hay noticia afecta a 35 compañías que habrían pactado una suerte de arreglo fiscal con Bélgica, un Estado con un largo historial de prebendas fiscales. Muchas son estadounidenses, como la cervecera Anheuser-Busch. Igualmente, Apple, Google o Amazon llegaron a acuerdos con Irlanda, Holanda y Luxemburgo. Que se sepa por ahora.

La carta también alude a las multas “retroactivamente basadas en una nueva y expansiva interpretación de las ayudas estatales”, ventajas selectivas a unas multinacionales y no a otras. Y a la supuesta “legalidad” internacional: “Los estados miembros no tienen derecho a tasar fuera de los reconocidos estándares fiscales”, señala el secretario del Tesoro.

Su argumento se basa en el marco acordado en el seno de la OCDE y el G20 conocido como Erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS en sus siglas en inglés). Si cualquiera de los 28 quisiera multar a Apple, Starbucks o Amazon por obtener ventajas fiscales selectivas, “esto dañaría al contribuyente estadounidense”, deplora Lew.

En el penúltimo párrafo de la carta, de dos hojas, el Tesoro de EEUU suelta la amenaza en forma de bomba. “Competencia podría minar los acuerdos fiscales estadounidenses con los Estados Miembros de la UE”, avisa Washington. “Creemos que esta incertidumbre podría dañar el clima de negocios en Europa y abortar la inversión directa extranjera”, añade.

En la Comisión Europea aseguran no haber respondido todavía al Gobierno de Barack Obama. “Todas las compañías, sin importar su nacionalidad pero que generen beneficios en territorio de la UE, deben pagar los impuestos de acuerdo con la legalidad fiscal”, zanja una portavoz de Competencia. “La Comisión ha estado en contacto con las autoridades estadounidenses con relación a este tema y por supuesto está siempre disponible para aportar información extra a quien sea para aclarar cómo rigen los principios legales de ayudas estatales en esta área”, dice.

En el Ejecutivo comunitario recuerdan la actitud cooperativa manifestada en diciembre por Tim Cook, el consejero delegado de Apple, al albur de las investigaciones en torno a esta multinacional emprendidas por la Comisión. “Traerme la empresa [la sede social de Apple en Europa] a EEUU me costaría el 40% del valor de Apple”, dijo.

Otros empresarios no piensan igual en Estados Unidos. “Si la UE continúa tomando medidas contraproducentes sobre los impuestos que los estados miembros ofrecen a las compañías, las firmas de EEUU puede que decidan llevarse sus negocios a otra parte”, advierte el socio de la consultora neoyorquina Friedman LLP en declaraciones a Bloomberg.