La Empresa Nacional de Residuos Nucleares (Enresa) tiene desde hace una década en su plantilla, con un cargo medio-alto, a un hijo de Juan Carlos Lentijo, desde hace algo menos de un año presidente del Consejo Regulador Nuclear (CSN), el organismo responsable de la protección radiológica en España que supervisa toda la actividad que realiza la empresa pública que gestiona los residuos nucleares en el país.
Según fuentes del CSN, “el pleno está al tanto de esta situación”, si bien otras fuentes apuntan que Lentijo nunca comunicó oficialmente esta circunstancia al máximo órgano de la institución. Tampoco se informó de ello a la Oficina de Conflictos de Intereses, dependiente del Ministerio de Hacienda. Lo hizo por entender los servicios jurídicos del organismo, y en particular el entonces secretario general, Manuel Rodríguez Martí, que Lentijo no estaba obligado a hacerlo.
Según el CSN, de acuerdo con la normativa, en este caso no existe ningún conflicto de interés. Fuentes al tanto del proceso apuntan que ese análisis ya se realizó mediante una consulta verbal a la asesoría jurídica con motivo del nombramiento de Lentijo como director técnico de Seguridad Nuclear del CSN en diciembre de 2021.
En materia de incompatibilidades, el estatuto del CSN (de 2010) se remite a dos disposiciones ya derogadas: la 5/2006, de 10 de abril, de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los altos cargos de la Administración General del Estado, y el código de buen gobierno de los miembros del Gobierno y de los altos cargos de la Administración General del Estado, de 2005, que señalaba que “se entiende que existe conflicto de intereses cuando los altos cargos intervienen en las decisiones relacionadas con asuntos en los que confluyan a la vez intereses de su puesto público e intereses privados propios, de familiares directos o intereses compartidos con terceras personas”.
Aunque su estatuto no menciona esta norma, el presidente del organismo está sujeto a la ley de altos cargos de 2015. Esta incluye los intereses familiares en los supuestos que pueden conllevar un conflicto de interés. Otro supuesto son las empresas o entidades a las que esos familiares “estén vinculados por una relación laboral o profesional de cualquier tipo, siempre que la misma implique el ejercicio de funciones de dirección, asesoramiento o administración”.
Según fuentes de la empresa pública este no sería el caso del hijo del presidente del CSN, Fernando Lentijo, que “trabaja en Enresa desde el 24/04/2013” con la categoría de “titulado en nuestra Dirección Técnica”. Se incorporó, por tanto, cuando su padre (que ingresó en el CSN en 1984, donde ha ocupado puestos como subdirector de Emergencias, subdirector de Protección Radiológica Ambiental o director técnico de Protección Radiológica) ya había sido destinado al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena, donde tuvo importantes responsabilidades hasta que en 2021 volvió al regulador español.
Ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), como su padre, Fernando Lentijo está especializado en técnicas energéticas. En su perfil de LinkedIn explica que se incorporó a Enresa en abril de 2013 como jefe de grupo de Ingeniería para el proyecto del ATC (Almacén Temporal Centralizado) “en calidad de responsable de seguridad y licenciamiento”, para el desarrollo de análisis de seguridad y documentación preceptiva de licencia, “responsable de la coordinación con organismos reguladores”, responsable de contratos de ingeniería, apoyo a la dirección en la coordinación y gestión del proyecto y participación en grupos de trabajo y proyectos internacionales.
Este joven ingeniero industrial especializado en Técnicas Energéticas por la UPM, donde obtuvo varias becas de excelencia por méritos académicos, completó su estancia en la École Nationale Supérieure de Techniques Avancées (ENSTA) de París y con un máster en Ciencia y Tecnología Nuclear de la UPM. Su trabajo de fin de máster, fechado el 3 de marzo de 2016, fue un proyecto sobre “impacto radiológico en operación normal del Almacén Temporal Centralizado (ATC)”.
Desde que Juan Carlos Lentijo fue nombrado presidente del CSN, no se ha inhibido en ninguna decisión del pleno que afecte a Enresa. “El presidente es conocedor de la ley y es consciente de que, en caso de que en el futuro (puesto que todavía no se ha dado esa situación) tuviese que decidir sobre un asunto que pueda incurrir en conflicto de intereses, tendría que abstenerse”, señala el CSN en un correo electrónico.
Recientemente el pleno del organismo ha aprobado una instrucción técnica en relación con la capacidad de recuperación del combustible gastado a medio y largo plazo para su remisión a Enresa, ha dado su visto bueno al nuevo plan de residuos radiactivos, cuyo primer borrador elaboró Enresa, y ha aprobado una propuesta de apercibimiento a la empresa estatal “por incumplimiento del estudio de seguridad” de un contenedor de almacenamiento, entre otras decisiones.
Fuentes del CSN indican que su presidente “tiene muy presente y cumple” el estatuto “en lo referente a incompatibilidades (artículo 27), así como el código ético del CSN, especialmente los principios de independencia y neutralidad, integridad, compromiso y transparencia”. Ese código ético insta al personal del organismo a plantearse si una decisión suya puede estar “condicionada por intereses familiares”.
Desde el CSN recuerdan que la ley de altos cargos obliga al Congreso a examinar a los candidatos propuestos para presidir los organismos reguladores y que los diputados “formularán las preguntas o solicitarán las aclaraciones que crean convenientes”, de cara a un dictamen sobre su idoneidad.
Lentijo superó ese trámite el 28 de marzo de 2022. Fue nombrado presidente del CSN en abril de ese año tras la inesperada dimisión de su antecesor, José María Serena i Sender. Su nombramiento recibió el respaldo de todos los grupos del Congreso, salvo Vox, que se abstuvo. Se había reincorporado a la institución en junio de 2021 procedente del OIEA, donde fue primero director de la División de Instalaciones del Ciclo y Tecnología de Residuos y, desde octubre de 2015, director general adjunto del organismo y responsable de su Departamento de Seguridad Nuclear. En el OIEA desarrolló una intensa labor nacional e internacional como experto tras el accidente de la central nuclear de Fukushima Daiichi (Japón).
Como explica una fuente del sector, la actividad nuclear es tremendamente endogámica: “Este es un mundo pequeño. Expertos en energía de alto nivel, para tomar decisiones y orientar, hay pocos, y al final nos conocemos todos”. Al propio CSN le cuesta cubrir determinados puestos, como explicó recientemente Lentijo en un encuentro con la prensa. “Uno de los problemas que tenemos todas las administraciones es la atracción de talento”, dijo, al competir “con otros que tienen más atractivo, sobre todo económico”. Como ejemplo, citó una reciente convocatoria de empleo del CSN en la que para 25 plazas se presentaron solo 50 aspirantes. Solo se pudieron cubrir 18 plazas porque hubo que descartar a varios candidatos.
En ocasiones, lo pequeño de ese sector genera relaciones familiares que alcanzan tanto al propio CSN como a la propia Enresa, en cuyo centro en Córdoba, como reveló elDiario.es, un 33% de la plantilla son parientes, o al organismo público Ciemat, dueño de un 20% de Enresa.