En julio más turistas que nunca visitaron España. Nada más y nada menos que 8,2 millones (un 5,9% más) que completan una cifra de 36,3 millones de turistas extranjeros (cabe recordar que la población española sobrepasa por poco los 40 millones) en los siete primeros meses del año. Los datos, récord e imparables, marcan sin embargo una nueva tendencia que preocupa, y mucho, a los hoteles. Cada vez más visitantes optan por no quedarse a dormir en un hotel al uso y optan por otro tipo de alojamientos. Esto ha llevado a que pese al récord de visitantes, las pernoctaciones hoteleras de extranjeros en julio hayan caído un 1,8%.
Los peores temores del sector de la hostelería, que llevan un año en guerra con las webs que facilitan alojamientos en viviendas privadas como Airb&b, se están cumpliendo. Solo en julio, los turistas extranjeros que entraron en España (y que suelen rellenar formularios con el tipo de alojamiento que eligen al cruzar la frontera) y que optaron por alquilar una vivienda subió un 14% y ya suponen el 13,6% del total de turistas (1,1 millones en el mes). Además, los que dicen que han optado por “otro tipo de alojamiento”, se incrementaron un 30%. Estas cifras contrastan con los que dijeron optar por hotel cuya cifra se ha estancado.
Estos son los datos que recoge Turismo en las fronteras y que en algunas comunidades autónomas dejan aún más claro el cambio de tendencia. Así, Catalunya fue la comunidad que más extranjeros recibió en julio, 2,1 millones de personas, un 2,6% más que en julio del año pasado, pero esto no se tradujo en un récord de ocupación en los establecimientos hoteleros catalanes. Para estudiar los datos en detalle, hay que recurrir a la estadística de ocupación hotelera del INE que se publica el mismo día. Este registro es el que habla de una caída media de las pernoctaciones del 1,8%. Según el INE, los extranjeros que optaron por dormir en un hotel en Cataluyna cayeron en un 6,2%. Además, Baleares recibe menos extranjeros que Catalunya pero los que van sí se inclinan por los hoteles hasta ser la comunidad que mejor ocupación hotelera registra. Eso sí, con una caída de las pernoctaciones de los extranjeros del 4,6%.
La avalancha de turistas que registra Catalunya, y que ha sido muy polémica en los últimos días por imágenes como la de los jóvenes italianos desnudos haciendo la compra en el centro de Barcelona, no levanta al sector hotelero de la comunidad. En julio fue la cuarta comunidad autónoma por nivel de ocupación hotelera, precedida por Baleares, Canarias y Comunidad Valenciana. Y eso que los datos de ocupación incluyen también al turismo nacional, más proclive a recurrir a un hotel que a otro tipo de alojamiento.
Los extranjeros que pernoctaron en mayor proporción en los hoteles son los ingleses, y aún así, redujeron las estancias hoteleras en un 3,8% y eso que según las estadísticas en las fronteras entraron un 4,6%. Con todo, y pese a esta tendencia a la baja, los precios de los hoteles subieron ligeramente, un 0,7% y la rentabilidad hotelera también mejoró.
En las próximos días saldrán las estadísticas de alojamientos extrahoteleros, pero los pisos alquilados por web como Airb&b no aparecen debidamente reflejados en este tipo de registro porque, precisamente, una de las principales fallos que se le achacan es su opacidad. Con todo, con los últimos datos disponibles en junio, los alojamientos en apartamentos turísticos (que no corresponden a los de Airb&b), los camping y las casas rurales habían registrado una mejora en las pernoctaciones del 3,2%.
El malestar de la patronal hotelera por el avance imparable de otro tipo de alojamientos se deja traslucir en su última nota de evaluación del sector del mes de julio, en la que aseguraban que, “desde Exceltur queremos expresar nuestra honda preocupación por la formación de una economía sumergida paralela en numerosos subsectores de la cadena de valor turística (restauración, alojamiento, transporte urbano e interurbano) amparada por grandes portales ”online“ que ejercen de intermediarios con ánimo de lucro. Amparados en un vacío legal, los actores de esta economía sumergida no cumplen las normas actuales que regulan a la totalidad de empresas turísticas y que persiguen garantizar la seguridad del usuario y la calidad del producto y del modelo turístico español. Así mismo el régimen de opacidad en el que actúan favorece el fraude fiscal y laboral, suponiendo una bolsa de pérdida de ingresos para las administraciones públicas y por tanto para el sostenimiento del sistema de bienestar en España”.
Con todo, el vacío legal ya no es tal ya que tanto Catalunya como Madrid, y en en breve Andalucía, han emitido legislaciones muy estrictas para el alquiler de viviendas propias con fines turísticos que pueden intentar esta tendencia imparable que fluye sobre todo entre el turismo extranjero.