España firmó hoy un acuerdo con la NASA para ampliar a las dos futuras misiones a Marte de la agencia estadounidense, InSight en 2016 y Mars 2020, la asociación que ya se ha probado con éxito en los tres últimos años en ese planeta.
La extensión de este acuerdo de cooperación entre los dos países lo suscribieron el administrador de la NASA, Charles Bolden; el director del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), Francisco Marín, y el director general del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), Ignacio Azqueta, en el Salón Aeronáutico de Le Bourget que se celebra esta semana.
La industria española se encargará de preparar una estación ambiental (REMS, en sus siglas en inglés) dotada de sensores meteorológicos para el entorno marciano que irá acoplada al InSight, cuyo lanzamiento está previsto en marzo del año próximo con el principal objetivo del estudio geológico y sísmico del planeta.
España también realizará una antena de comunicaciones de alta ganancia (HGAS) para la misión Mars 2020, que está programada para julio de ese año y cuyas metas serán detectar posibles indicios de vida en el pasado, así como el ensayo de tecnologías que permitan generar oxígeno.
En uno y otro caso, los dos instrumentos serán una evolución de los que se están utilizando en la misión Mars Science Laboratory (MSL), que permitió en agosto de 2012 el aterrizaje en el planeta rojo de un vehículo explorador de larga duración (conocido como “rover”).
El óptimo resultado que están dando en esa misión tanto la REMS -que recopila datos meteorológicos como la temperatura o la presión- como la HGAS -que permite el envío de los registros a la Tierra y la recepción de las instrucciones diarias para el “rover”- ha decidido a la NASA a apostar de nuevo por la tecnología española.
La antena la suministró entonces la compañía Casa Espacio, mientras que la estación meteorológica fue un producto desarrollado por CRISA con el Centro de Astrobiología.
Francisco Marín destacó que para el sector aeroespacial español este acuerdo “resulta más importante en capacitación” de las empresas que en términos de retorno económico directo, “por el prestigio” y “la exigencia” que supone colaborar con la NASA.
La cooperación entre España y la agencia espacial estadounidense empezó hace ya más de medio siglo, aunque dio un paso cualitativo con la integración de equipos españoles en el “rover” Curiosity, que lleva operativo desde hace casi tres años en un cráter de Marte.