España pierde 6.300 millones anuales por el desvío de beneficios y riqueza a territorios de baja tributación
España pierde cada año 7.200 millones de dólares (unos 6.300 millones de euros) de recaudación tributaria debido a la elusión fiscal, el desvío de beneficios empresariales y riqueza hacia territorios de baja fiscalidad y paraísos fiscales. Es una de las conclusiones del informe Estado de la justicia fiscal 2021 realizado por tres organizaciones internacionales a partir de datos recogidos por la OCDE. En todo el mundo, esta competencia fiscal provoca un deterioro de recaudación de 426.000 millones de euros.
El estudio ha sido publicado esta semana y detalla cómo determinados territorios provocan buena parte de esa pérdida de recaudación con sus políticas de baja o nula fiscalidad, erosionando los ingresos de los Estados en sus arcas públicas. El informe ha sido realizado por Global Alliance for Tax Justice, compuesta por distintas ONG de todo el mundo; Public Services International (PSI), donde participan sindicatos de distintos países, entre ellos CCOO y UGT en España; y Tax Justice Network, un colectivo de académicos que propugnan modelos de fiscalidad más justos.
El último informe actualiza uno presentado anteriormente este año por las mismas organizaciones gracias a la mejora de los datos recopilados por la OCDE, dando una imagen más fiel del impacto de estas estrategias que afectan tanto a la fiscalidad de las empresas como la de la riqueza. Aún así, los autores del estudio consideran que es una estimación “conservadora”, ante la ausencia en las bases de datos de una mayor transparencia y nivel de detalle, además de que no se contabiliza el impacto indirecto de esta elusión, que calcula que —en base a estudios del FMI— podría ser incluso tres veces esos 426.000 millones de euros.
En el caso de España, esos 6.300 millones de euros perdidos por la elusión fiscal se reparten de la siguiente manera. Unos 4.500 millones de euros corresponden al efecto que tiene la desviación de beneficios empresariales hacia territorios de baja tributación o paraísos fiscales. Un reciente informe de la Agencia Tributaria ya desvelaba que multinacionales españolas se servían de filiales sin casi empleados en Luxemburgo y Malta para tributar menos del 3% por los beneficios de su actividad en el exterior. El resto, unos 1.800 millones de euros correspondería a la pérdida de ingresos por la deslocalización de la riqueza privada en estos territorios. De este modo, España perdería en torno a un 2,5% de su recaudación fiscal, unos 140 euros por habitante.
Esta pérdida de ingresos que sufre España se vería compensada, en parte por el efecto del acuerdo global de un tipo mínimo de Sociedades del 15%. Un informe del Observatorio EUTax publicado el mes pasado señalaba que a España le correspondería recuperar 5.200 millones de euros. Sin embargo, la inclusión durante la negociación de una serie de deducciones vinculadas a los activos o trabajadores que las empresas tengan en cada territorio provocaba que los ingresos para España se redujeran a la mitad 2.500 millones de euros en el primer año y no superarían los 3.600 millones antes de una década.
A nivel mundial, el estudio calcula que las multinacionales desvían en torno a un billón de euros anuales de beneficio hacia paraísos fiscales, con el fin de reducir la fiscalidad de su actividad internacional, fuera de sus países de origen. Esto se traduce en que estas grandes compañías dejan de abonar al menos 275.000 millones de euros en impuestos. Los investigadores encargados del estudio advierten además de un desequilibrio importante que se produce entre los países más ricos y los más pobres. Es cierto que en valores absolutos los primeros son los que más dinero pierden, pero en cuanto al peso sobre sus ingresos fiscales, son los países con menos recursos los que se ven más afectados.
¿Y quién ocasiona esa erosión de ingresos? El informe habla de tres niveles. El primero de ellos es la denominada “telaraña del Reino Unido”, que se identifica en el informe con los territorios de las islas británicas así como aquellos de ultramar que se acogen bajo el paraguas de la corona británica. Todos ellos acumulan uno de cada tres euros de elusión fiscal de las empresas en todo el mundo. De hecho, solo Reino Unido y las Islas Caimán constituyen una cuarta parte de la pérdida fiscal “infligida”. “En el centro de la red se encuentra la City de Londres, donde las empresas pueden transferir sus ganancias después de desviarlas a través de las jurisdicciones satélites para pagar menos impuestos en otros lugares”, asegura el informe.
Si a estos territorios británicos se suma el denominado “eje de la elusión fiscal”, se alcanza el 50% de la pérdida de ingresos en el mundo. En este segundo nivel, los responsables del informe incluyen a Países Bajos, Luxemburgo y Suiza. Si además se incluyen a todos los países de la OCDE —el tercer nivel del que habla el informe— se suma el 70% de las pérdidas fiscales acumuladas, con lo que los autores del estudio señalan que son los países ricos los que más afectan a la elusión fiscal. Por ello, abogan por que los acuerdos de fiscalidad internacional —como el tipo mínimo del 15% acordado recientemente— se articulen a través de la Organización de las Naciones Unidas y no mediante foros acotados a las mayores economías.
Las grandes fortunas esquivan 150.000 millones en impuestos
El otro pilar analizado por el estudio es el de los movimientos de la riqueza privada internacional. El estudio cifra en 150.000 millones de euros la pérdida de ingresos por los movimientos que los grandes patrimonios hacen hacia territorios opacos. “El secreto financiero también limita la capacidad de hacer frente a las desigualdades mediante la imposición progresiva de los ingresos más altos y el patrimonio, y socava el contrato social”, apunta el documento. “La percepción (acertada) de que la fiscalidad y la normativa no se aplican por igual a todas las personas puede producir un efecto corrosivo en la confianza y la obediencia de toda la sociedad”, enfatiza.
En este caso, Reino Unido y su “telaraña” acumulan la mitad de esta erosión de ingresos y, si se añade a Luxemburgo, Suiza y Países Bajos, el porcentaje sube hasta el 66%. Es decir, dos de cada tres euros que las grandes fortunas eluden en todo el mundo en el pago de impuestos se producen en estos cuatro territorios.
En este sentido, los autores del estudio concluyen que los gobiernos deberían avanzar por introducir impuestos sobre el patrimonio, un gravamen que en España está muy contestado por la derecha, que llega a pedir su eliminación. “Hay mucho trabajo por hacer para garantizar que los sistemas de impuestos sobre la renta funcionen de manera más progresiva y efectiva para los que más ganan que sistemáticamente logran pagar tasas más bajas”, remarca el documento. Por ello, considera que es “inmediatamente posible” comenzar a gravar a la riqueza para intentar recuperar la progresividad del sistema fiscal.
En segundo lugar, los gobiernos deberían introducir impuestos sobre el patrimonio. Hay mucho trabajo por hacer para garantizar que los sistemas de impuestos sobre la renta funcionen de manera más progresiva y efectiva para los que más ganan que sistemáticamente logran pagar tasas más bajas. Pero un factor de progreso importante, inmediatamente posible, es comenzar a gravar la riqueza directamente, donde nuevamente los que están en la parte superior de la distribución se han beneficiado de manera totalmente desproporcionada durante una pandemia que ha impuesto un gran sufrimiento a muchas personas.
Sumando en conjunto el papel que tiene cada país en la pérdida de ingresos fiscales a nivel internacional, Islas Caimán se encuentra en cabeza. El archipiélago del Caribe, con apenas 70.000 habitantes, suma más del 17% de la elusión fiscal a nivel mundial. Le sigue Reino Unido, con el 14% del total. Singapur, Luxemburgo y Países Bajos rondan el 6% cada uno, mientras que Hong Kong y Suiza quedan por encima del 4%. Los 10 primeros países de este listado acumulan el 70% de la elusión fiscal en el mundo.
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