El gigante chino del comercio electrónico Alibaba ve en España un “punto de entrada estratégico” para su expansión internacional, y busca que cada vez más empresas, especialmente pymes, se unan a su plataforma AliExpress para vender tanto en el país como en el extranjero.
El grupo fundado por Jack Ma ha apostado por revolucionar su plataforma minorista internacional, en la que ofrece más de 100 millones de productos, y permitir que se inscriban vendedores de cuatro países piloto -España, Italia, Turquía y Rusia- en lugar de solamente firmas chinas o que se registren a través de filiales ya establecidas en el país asiático, como hasta ahora.
En el país ibérico, uno de sus tres principales mercados con más de 5 millones de usuarios activos cada mes, ya han conseguido que se registren más de 1.000 vendedores, y el objetivo es cerrar 2019 con “más de 10.000”, explica a Efe el director de la compañía en España, William Wang.
Efe visitó la sede central de Alibaba, situada en la ciudad oriental china de Hangzhou, en el marco de un viaje organizado por el grupo tecnológico.
Un millón de productos españoles están disponibles en AliExpress, pero ¿cuáles son los sectores que interesan más a la empresa? Wang no se cierra: “la verdad es que estamos interesados en todas las categorías, pero algunas de ellas son especialmente fuertes en España y reconocidas a nivel mundial, como el 'fast fashion'. A un muy largo plazo también están la comida y el vino”.
Hace ya tres años la plataforma abrió en España AliExpress Plaza, canal de venta local en el que conviven empresas españolas con marcas chinas y globales.
El plan ahora es que las firmas de los cuatro países seleccionados puedan vender primero en la zona euro -y, a partir de septiembre, en Rusia- para hacerlo posteriormente a escala mundial, proyecto que presenta retos como el cambio de divisa, para que vendedores y compradores puedan usar su moneda.
Eso sí, AliExpress no vende en China, ya que Alibaba tiene otras plataformas separadas para su mercado local, como Tmall Global.
El objetivo a largo plazo de AliExpress es tener 500 millones de clientes en el mundo -desde su creación en 2010 hasta 2018 acumuló 150 millones- y contar con más de 1 millón de pymes inscritas.
Mirando más al futuro inmediato, en la empresa se dan cuenta de que el público y los vendedores en España tienen una imagen de AliExpress que no será fácil cambiar.
“Necesitamos encontrar la manera de formar un ecosistema alrededor de la plataforma que nos ayude a comunicarnos con nuestros vendedores en España y educarlos, para garantizar que entienden nuestra filosofía, nuestras prácticas de mercadotecnia, nuestras operaciones...”, explica Wang.
Asimismo, y aunque haya progresos en este campo, la penetración del comercio electrónico en España todavía es baja, “entre el 5 y el 6 %: estamos en la fase inicial. Todavía hay mucho margen de mejora para el futuro del comercio electrónico”, apunta el directivo.
De hecho, en la segunda mitad de este año AliExpress, que cuenta con unos cincuenta empleados dedicados para su filial española, redoblará su trabajo en redes sociales para “ser más visibles” ante su cliente objetivo: una persona joven -de entre 25 y 34 años- que utiliza la aplicación móvil para comprar.
Eso sí, Wang reconoce que quieren “mantener” la imagen de canal de venta de productos con una buena relación calidad-precio.
Por ahora, la firma apuesta por no cobrar tasas de entrada a los vendedores -en China son 10.000 yuanes (1.280 euros)- y “redefinir” su sistema, pensado para comerciantes chinos, para hacerlo más atractivo para los locales, ya que la meta a largo plazo es que en España la mitad de las tiendas sean locales y la otra mitad, chinas.
La presencia de productos del país asiático seguirá siendo clave para la plataforma, como muestra el hecho de que haya abierto un almacén de 10.000 metros cuadrados cerca de Madrid al que los vendedores chinos podrán llevar sus productos para llegar más rápido al consumidor final.
La apuesta la ejemplifica el subdirector general de Livolo -empresa de enchufes e interruptores inteligentes-, Jason Zhu: “con el almacén, la entrega es más rápida, y los clientes están más contentos, por lo que dejan mejores comentarios y eso lleva a más ventas”.
El futuro de la infraestructura en España también podría tener como coprotagonista a El Corte Inglés, empresa con la que se alió a finales de 2018 para “ayudarles a vender sus productos, especialmente en Rusia”, y a la que le está yendo “bastante bien” en AliExpress con sus marcas propias.
Y es que la firma china, que prefiere “integrarse en el ecosistema local en lugar de hacerlo todo nosotros mismos”, se plantea que en el futuro los clientes puedan recoger sus paquetes en los centros de El Corte Inglés e, incluso, comprar allí productos ofertados en la plataforma.
La presencia de otro de los socios españoles se nota incluso en un centro de clasificación que visitó Efe, en el que se procesan más de 600.000 paquetes al día, de los que un 10 % van a España ya con la etiqueta de Correos puesta para agilizar el proceso de entrega, merced al acuerdo que el servicio postal cerró con Cainiao, la filial logística de Alibaba.
Estas instalaciones, propiedad de Yanwen -socio local de Cainiao-, son uno de los últimos pasos que los paquetes recorren antes de volar a España, país al que llegan en un período de entre cinco días y tres semanas, dependiendo de la urgencia del cliente.